Se me ocurren dos medidas controvertidas, pero muy meditadas, para relanzar el país sin apenas invertir un euro. Ya fuimos punteros en temas delicados como el matrimonio homosexual o la ley del aborto, esto no es más revolucionario.
1- Regulación definitiva de la prostitución.
Pero que no lo hagan carcas canosos. Hay suficientes organizaciones de base a las que consultar el "como".
No me salgan con la estupidez que la prostitución es opresión y bla, bla, bla. Sólo el 18% de personas prostituidas (un porcentaje nada desdeñable) lo es mediante coacción. Para ese 18% ya buscaremos una solución, no es este el debate. Oprimidos en su puesto de trabajo hay miles de millones de personas como para entrar a discutir ese matiz, ahora.