Sin estar secuenciando suficientes positivos, lo que implica desconocer adecuadamente la incidencia de la variante británica del Covid-19, se empiezan a tomar medidas que eran temerarias con la anterior variante.
Con dos meses desde que entró el tigre, sería lógico pensar que se habrá comido al gato y los números que valían para el gato igual se deberían replantear para el tigre.
Pues no, ¿Pá qué?
Si se abren los perimetrales entre zonas con más de 50 casos por 100K y la variante británica es la que está campando como predominante, ya le podemos poner fecha a la cuarta ola; 3 semanas para zonas con más de 500 casos, 4 semanas para zonas con más de 300, 5 para zonas con más de 200, 6 para zonas con más de 100 y 8 para zonas con más de 50.
Son los datos del Reino Unido, ninguna fórmula magistral. En Italia ya están comprobando la validez de la réplica del modelo obtenido desde las islas británicas. Joder, se trata de interpretar tablas de datos estadísticos de segundo de bachillerato, nada más.
Sólo tiene una explicación; que ya dan por asumido que es incontrolable y que funcionaremos a base de restricciones cuando los números atosiguen la capacidad sanitaria, una ola tras otra. Pues se olvidan de un detalle, que las camas de UCI sin médicos y enfermeras que los atiendan no sirven de mucho y cada vez hay menos.
Si aún hay alguien que piensa que con la vacuna la "antigua normalidad" está a la vuelta de la esquina, sería bueno que replanteara sus expectativas para evitar decepciones. La antigua normalidad no la vais a ver hasta que se haya vacunado todo el planeta. Y para eso harán falta cuatro o cinco años. Mientras tanto, irán llegando periódicamente nuevas variantes.
La puta estadística, esa ciencia tan denostada...
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