Se insiste hasta el cansancio con que estamos en el décimo día de conflicto, obviando que Ucrania lleva en guerra desde 2014, una guerra civil en la región del Dombas. Sin entrar en más matices, es un hecho que el ejército ucraniano bombardea desde entonces a los habitantes de Donetsk y Lugansk. Son ya siete años.
Han muerto 4000 civiles en la zona por esas bombas y balas (algunas de ellas por las de los rebeldes prorrusos también) y ningunearlos es establecer que hay ucranianos de primera y ucranianos de segunda. El conteo de víctimas del conflicto debería incluirles.