La reacción mundial contra el coronavirus raya la paranoia. Hay muchas enfermedades más contagiosas, o más mortíferas, o ambas cosas a la vez y no se les monta un pollo como este. Nuevamente, la amenaza de una pandemia griposa (SARHS, A, N1H1) ha desatado otra histeria, la mayor de todas las vistas, mientras no se encuentra una vacuna, que se encontrará, o una cura, que no va a haber. La gripe común, ya aceptada socialmente, mata más gente cada año del que podrá matar el último coronavirus, el Covid-19. ¿Por que convertir a este virus en el enemigo número 1 de la humanidad?
Escuché una teoría que propone que esto no es más que un test, un entreno. Parece el argumento de una peli conspiranoica pero, la verdad, podría ser perfectamente real. Los argumentos no son fácilmente rebatibles, exceptuando el hecho de que el conspirador principal es alguien anónimo y muy difuso. Veamos:
La población mundial llegará pronto a los 10.000 millones de personas, el triple que cien años atras. Mientras el 80% de la población vivía en la pobreza el sistema era sostenible. Pero cada año acceden a los privilegios y a los deseos de la clase media 200 nuevos millones de personas. El planeta tierra no tiene recursos suficientes para mantener un determinado nivel de vida para 6 millones de personas con el ritmo de consumo de una persona de clase media europea o norteamericana. Es insostenible.
Hay tres opciones:
Una, que cambien los hábitos de consumo de la población. Pero parece poco probable que los chinos, indios, tailandeses o nigerianos que están saliendo cada año "de pobres" renuncien a los placeres y comodidades de la clase media de la sociedad moderna.
Dos, obtener recursos extra para esa población. Probablemente, los avances científicos y tecnológicos lo podrían hacer posible. También probablemente, podremos extraer recursos de la luna o de marte, pero si el crecimiento de la población sigue a este ritmo, seremos 20.000 millones dentro de pocas décadas. Si la tierra fuera plana, la gente se caería del plato.
Sin una correcta planificación familiar sólo estamos retrasando el problema, no hay pan para todos y chorizo, menos. El control de población en determinados países o grupos sociales es una batalla perdida por el momento. Cuando se gane, ya será demasiado tarde.
La tercera solución, la más fácil. es eliminar a la mitad de la población. Hoy día es impensable que millones de ciudadanos acepten matarse en una guerra de trincheras. Y una guerra moderna sólo se puede mantener entre países desarrollados y es algo que se podría descontrolar y provocar unos daños colaterales indeseados. Tendrías que conseguir que los indios y los chinos se mataran entre ellos y, probablemente, pararían cuando llevaran un ciento de millones de muertos por cada bando. Con una guerra mundial no arreglas el problema.
Queda la pandemia. Lanzar un virus jodidamente contagioso y mortal en un porcentaje cercano al ébola. Los habitantes de los países mas pobres serían los más afectados, los que, como siempre, pringarían. En Europa y los paises más desarrollados, ya se habrían diseñado sistemas de contención y de prevención para que la mayoría, sobre todo la minoría en lo alto de la pirámide, no fuese afectada. Ahora estaríamos en pleno test de medidas preventivas y el que aprenda mejor los mecanismos tendrá más oportunidades de sobrevivir cuando lanzen el virus definitivo.
No hay pruebas de lo expuesto en los párrafos anteriores pero hay que reconocer una cosa, que como argumento para un thriller está fantásticamente construido y recordar otra: que la realidad suele superar casi siempre a la ficción.