A las 5:55, los franceses de mierda (hay de todo en todos los países, pero a mi me tocaron del % maloliente) empiezan a moverse. Son como son y no los vamos a cambiar, así que empleo el sistema enchufa el reproductor mp3 y cúbrete con el saco hasta una hora normal. A las siete y media empiezo con la tediosa tarea de recoger las cosas y meterlas en la mochila y las alforjas.
El sedentarismo lo inventó un nómada harto de ir con la casa a cuestas. Una mañana le dijo al resto de su tribu: "Vosotros id yendo que yo ya... ya... ya inventaré la agricultura o algo, para comer, pero hoy no me sale de los cojones hacer el petate y me quedo aqui".
Después de desayunar me entretengo un ratito ajustando los cables de la bici. Los de los frenos sufrieron bastante en el Jaizkibel. El mantenimiento de una bici no es más complicado que el de una Vespa y ya tuve dos. En 20 minutos queda lista para la jornada de hoy.