La frase la oí hace unos días, de refilón en una emisora de Radio, en una de esas vueltas de madrugada que doy en la cama tratando de acomodar las hernias. Lo primero que pensé era que Mourinho se había quitado definitivamente la careta, pero la frase pertenece a Gadaffi, quien pudiendo pactar un retiro aceptable en algún país de Sudamérica, parece dispuesto a inmolarse. Antes muerto que cautivo. Y yo que estaba seguro que terminaría sus días en una villa en Isla Margarita...
En una grada del Bernabeu una pancarta proclama Tu dedo nos señala el camino. No me gusta nada el poder que ha tomado el portugués en Madrid. Y menos ver como la mayoría de la hinchada le ríe las gracias y se las alecciona. Creía que se iba a imponer el señorío y la grandeza del club, pero veo que ya vale todo con tal de ganar. Este año hago el propósito de ni calentar un partido y de abandonar la vertiente de hooligan culé. Las cosas se están yendo de madre y acabarán mal. Una cosa es la rivalidad deportiva. Otra esta espiral de estupideces en la que estamos inmersos desde el final de la liga pasada. Me borran hasta nuevo aviso, por favor, de toda discusión Barça-Madrid. Esto ya no es un espectáculo deportivo. No es ni un espectáculo. Es una guerra y en las guerras siempre hay algún muerto. No quiero participar en la de este año.
127 toneladas de basura dejaron en la vigilia de Cuatro Vientos los jóvenes del Papa. Bolsas del cátering sin tocar, a decenas. Rezar y tirar la comida en un mundo donde millones se mueren de hambre suena contradictorio. Ya organizarán confesiones exprés para librarles de la culpa. La asistencia masiva será una victoria para los organizadores del encuentro, pero esa actitud debería ser un martirio para sus conciencias, si las tienen.
Dos chavales mueren tras ingerir estramonio en una rave. Me pregunto que les llevará a jugar a la ruleta estramónica. ¿Una victoria de la experimentación extrema para huir de la rutina diaria y el no-future?
Tuve una época en la que me gustaba bailar por el lado salvaje de la existencia. Pero nunca con tantas odds de que el baile fuera mortal. Bonito martirio le dejan a sus madres.
Preocupante es, también, el panorama político español. Los partidos en el poder lanzan dos propuestas; una reforma de la ley electoral, que impedirá de facto presentarse a cualquier partido político nuevo y una reforma de la Constitución para establecer un déficit cero en los presupuestos del Estado. La primera, que ha pasado desapercibida en los medios de comunicación, supone un tapón total a la posibilidad de intentar modificar el sistema electoral desde dentro. La segunda, un menosprecio a la voz de la calle, que pedía a gritos participar en la toma de decisiones, amén de un disparate macroeconómico, pues limita la capacidad de acción del Estado en épocas de crisis. Aunque viendo como han utilizado la herramienta y lo que nos van a exprimir en los próximmos años por culpa de esa mala gestión, quizá sea un mal menor.
Ambas son una victoria del poder establecido de los partidos. A los ciudadanos de este Estado nos espera un seguro martirio para tapar los agujeros generados. Cada día estoy más convencido de que hay mucha marioneta de los grandes poderes dinerarios colocada en altos cargos de decisión.