En 2007, Joshua Bell, uno de los mejores violinistas del mundo, estuvo tocando de incógnito en el metro de Washington durante 45 minutos. Pasaron por delante suyo varios cientos de personas sin que nadie le reconociera y pocos se detuvieron a escucharle algunos segundos. Recogió 32 dólares (lo que no estaría mal para la mayoría de mortales, casi un dólar por minuto) cuando las entradas para sus dos conciertos en el Festival Hall estaban agotadas, siendo la más barata de 99$.
La moraleja es sencilla. Si por el ritmo frenético que llevamos no sabemos detenernos unos segundos para escuchar a uno de los mejores músicos del mundo... ¿cuantas más cosas extraordinarias nos estaremos perdiendo, a lo largo del día?
Correr es de cobardes... (o de atletas)
7 comentarios:
Y de malos toreros.
Esos creo que entran en la categoría de "cobardes". Como los toreros de capote de madera... :)
Joder !! no te pongas tan trascendental, porque algunos, queremos llevar una vida de paz y armonía aquí en Bogotá ! Trabajando y divirtiéndonos sin más ...
jejejej ahora en serio, es acojonante !!
Pues eso, querido Jorge. Paz, armonía y tranquilidad. De eso se trata...
¿En Bogotá es posible, de veras?
dejate de polladas, que lo unico que significa es que al 90% la musica clasica se la funga y que al 99% no saben diferenciar a un tio bueno de uno malo... y francamente, para oir musica buena el metro no es el sitio...
Pues yo, en el metro de BCN me paraba a escuchar a los músicos. Bueno, a todos no, que hay algún perroflauta que hace de todo menos música...
Me habria encantado estar ahi. Apuesto que yo me habria detenido. Tal vez no se mucho de musica pero me encanta el arguende.
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