lunes, 17 de enero de 2011

San Vicente. Dia 2

Como no necesitábamos ayuda divina, tampoco madrugamos.  El plan mañanero era un paseíto hasta la playa. Me hizo gracia ver en las aceras las marcas del Camino de Santiago, versión Camino del Norte.  Este tiene que ser una pasada hacerlo, sobre todo por cruzar los Picos de Europa.


Notita mental:  Seguir, algún día, estas marcas...


Al pasar por el puente sobre la Ría, empezamos con las ProBets.  La primera en cuajar fué acerca de saltar al agua desde el puente.  No había acuerdo en si de cabeza debía ser x 2,5 o x 3 sobre de pie, pero si en la cantidad apropiada por el riesgo...


El problema fué que teníamos intrépido, pero nos faltaba el financista y/o sponsor...


Así que proseguimos camino de la playa, conversando sobre temas triviales y sobre otros más trascendentales...


La verdad es que la vista del pueblo desde este lado, con los Picos de Europa nevados al fondo, es preciosa...

No sé si desde el puente se aprecia mejor el detalle, porqué el sol no colaboraba demasiado en la vista de la nieve...


Comida casera y tarde de sofá.  Juntar a tres mentes inquietas y dejarlas ociosas tiene su riesgo.  Como había que desempolvar la X-Box y eso era muy complicado, empezamos a buscar  donde enfrentar los talentos...  Al final, una anécdota acerca de un conocido de uno que tuvo un desliz con un travesti, pretendidamente involuntario, nos abocó a una apuesta donde el quiz consiste en adivinar si la foto pertenece a un Tranny o no...
Me costó 20 pavos y un ratito de preocupación.  Si ya no se distinguir entre una mujer y un travelo... ¿Será por que últimamente no me arrimo demasiado a menudo, suficientemente cerca, a especímenes del sexo opuesto?
Tizona me consoló haciéndome ver que 20 pavos no son nada, comparado con lo que podían haber sido esas equivocaciones en otro entorno.  Pues si...
Un ratito de tele y arreglarse para acercarnos hasta la Capital, a picar algo y submergirnos en la noche santanderina. 
Cenamos en... niputaidea... ninguno se acuerda del nombre del sitio de las barricas.  Pero mas que aceptablemente.  Morcilla, rabas, setas...


Deliciosos los entrantes de sopita de ajo...


Acordamos que sería yo el encargado de conducir de vuelta a casa, así que me tocó refrescarme con ceroceros....  El centro de Santander está lleno de locales con mucho gusto y el nivel de mozas se puede situar bastante por encima de la media de todas las ciudades que visite....

Siempre tiene que haber alguien que baje la media, claro...


Quedamos con Alberto Calle, un señor saco de anécdotas sobre poker, que no sale en las fotos por principios y con Corbein, un crack al que me apetecía mucho conocer desde hace tiempo...


Del resto de la noche... En fin... cuando vas con un índice de alcohol de casicero tienes una perspectiva muy divertida de las sandeces que sueltan tus colegas.  Seré discreto y me callo, pues quisiera que mis amigos sigan dirigiéndome la palabra, por ahora.  Eso si, Corbein se portó como un guía espectacular.  Queda pendiente la comida.  Te llamamos mañana sin falta...
Ah!  Ya quisiera Santiago Carrillo tener la edad que le atribuía Tizona.  Y  que pagaría encantado diez mil veces lo que este perdió con Pacocho por tenerla...

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