12 horas como mínimo delante de la/s pantallas de ordenador, 7 días a la semana desde hace un mes. Suerte del fútbol televisado, porque así sé más o menos en que día de la semana estamos.
Eso es debido a dos razones; la novela, que ya pasó de la página 300 y el proyecto web que estamos montando con tres amigos. Después de llenar el equivalente a una quincena de folios diarios, pocas ganas más me quedan de escribir aqui. Ni de leer, la verdad. Así que no me estoy enterando demasiado de lo que sucede en el mundo. Ni en el cercano ni en el que está algo más allá del alcance de mi vista.
85.7. Eso supone tres kilos menos en el mes que ha pasado desde que volví de Reus. Es cierto que los primeros gramos se pierden más deprisa, pero no está mal. Me había propuesto perder los 10 en seis meses, pero igual caen antes. Sobre todo porque aún no he empezado a hacer ejercicio de forma seria. Hago todos los días algo, pero bastante light, lo que alegrará a mi mamá y aleja la posibilidad de que vuelva a ver al reumatólogo o al neurocirujano antes de hora. Esta semana ya empezaré a ir 3 días a la piscina, que más la clas de Pilates, Dios que bien me sienta, y los paseos hasta el final de la playa algo son.
Intenté sacar la bici para probarme. Espero que el reumatólogo no lea estas líneas porque supongo que no le hará gracia que me pase por el forro sus recomendaciones. A los cien metros se me rompió el cable del cambio con el plato pequeño puesto, con lo que no había posibilidad de forzar. Encima el mecánico está cerrado diez días, así que no volveré a tenerla arreglada hasta el miércoles que viene. Y no, no intentaré arreglarla yo mismo. Me saldrá más caro que llevarla al mecánico. Con el termo ya he tenido suficiente. Ahora sería capaz de desmontarlo y volver a montarlo en menos de 45 minutos y con los ojos vendados.
Acepté una invitación para ir jugar a padel el jueves pasado. Debo tener por ahí un Ángel de la guarda que va tratando de evitar que haga demasiado el cafre. El miércoles sufrí un pequeño accidente doméstico con el palo de la fregona y me hice un corte en la palma de la mano. Nada del otro mundo, si no fuera porque le dió por abrirse en el segundo palazo del calentamiento del jueves y tuve que abandonar el partido por el molesto (para los demás) goteo de sangre sobre la cancha.
Con el tiempo voy entendiendo mejor las señales del Universo y ya me queda claro que tengo que tomarme la recuperación con más calma de la que quiero.
Pero necesito moverme. Esas doce horas (que algunos días son más) delante del ordenador no son demasiado buenas para la espalda.
También sigo intentando jugar torneos de poker, lo siento Tizona, sin remedio... Los descansos de cinco minutos cada hora me sirven para acordarme de levantarme a estirar las piernas. Por la noche, los jugadores rusos me tienen tan sodomizado que por las mañanas defeco en cirílico ¿Que coño hace un ruso gambleando Q3o a las dos de la madrugada de aqui?. Hoy le peté AA a uno con JJ y me tipeó en el chat "fuckin spanish gambler. Donk". Estuve a punto de mandarle el historial de "grandes movimientos preflop de los jugadores de la ex-URSS" pero pensé que no valía la pena el tiempo empleado en ello.
A ver si en el próximo post adelanto algo sobre el proyecto web y tengo escrito el capítulo 100 de la novela...