jueves, 25 de noviembre de 2010

El Camino de Santiago. Dia 3. Vilafranca do Bierzo - O Cebreiro

Las luces se abren a las siete de la mañana.  Esta vez no tuve a nadie en la litera de arriba y pude esparcir mis cositas en ella, con lo que recogerlas fué más sencillo que la mañana anterior.
Al salir al exterior, no hay sensación de frío, al menos para estar en Noviembre.  La gente duda cuánto abrigarse.  Yo soy de "más vale un por si acaso" que un "yo creía...".  En mi último trabajo saqué un doctorado en anticipación a los problemas.  En la puerta de salida de la habitación comunal, hay una frase que anoté mentalmente: "El turista exige, el peregrino agradece".  Vi ambas facetas.  Gente que pagando 5 euros por dormir se quejaba que el chorro de agua caliente no tenía suficiente presión, por ejemplo... ¿que quieres, por ese precio?.  Si quieres más, vete a un hotel, nenaza...
Para variar, fuí casi el último en llegar a desayunar.  El comedor del albergue bullía de movimiento.


Tostadas con un dedo de mermelada, zumo de naranja y té.  Es la primera ingesta y espero parar un par de veces a repostar....


Al empezar a andar, se preveía un día estupendo.  Al menos, la mañana.  Miguel probó el truco de Paola para los pies; colocar una compresa entre el pie y el calcetín.  Yo no me atreví.  Preferí cambiarme los calcetines un par de veces y tirar de Eudermin spray (gracias, Mamá).  No sé que tal sale el invento, pues a Miguel ya no lo ví más en todo el Camino.
Al atravesar Vilafranca, vemos una casita en venta. 100m2 de bajo y dos pisos.
- Mira, para montar un albergue, dije.
- O le ponemos unas luces rojas, unas bragas colgadas en el tendedero y la llenamos de chicas, que tampoco sería mal negocio...
Juer... Saben más del Camino que yo, así que no digo nada.  Pero probablemente sería un buen negocio.  No muy en la línea del espíritu del Camino, pero no todo el mundo viene por motivos espirituales o religiosos, claro.  "El reposo del peregrino" sería un nombre adecuado...


En el pueblo hay una tranquilidad total a las ocho de la mañana.  Aqui se vive a otro ritmo.
Los primeros kilómetros de subida transcurrieron al lado del río.  No conecté el ZEN.  El sonido del agua discurriendo entre las piedras es mejor música que la  mayoría de mierdas que me tragué la tarde anterior.  Todo lo que llevaba eran incógnitas, así que no me arriesgué.
A la hora de camino, Vilafranca se va alejando al fondo del valle...

Pensé que había ido para 7 días y desde Ponferrada eran 10 etapas.  Si quería llegar a tiempo de jugar en La Toja, tenía que ganar 2, algo complicado.  Ya veríamos.
La etapa es toda, toda, toda, de subida...


Sólo tenía agujetas en los músculos tibiares anteriores.  Me comentaron que no me preocupase, que el dolor va dando vueltas por el cuerpo, aleatoriamente.  Verídico.
El día iba clareando y los pájaros unieron sus trinos al murmullo del río en una deliciosa melodía.
En una de las fotos, nos adelantó el grupo de Isla Cristina, que usaron el servicio de subida de mochilas.  Por 4 pavos, puedes ahorrarte cargar con ella.  No es mala idea.
Miguel fué contando historias de toreros.  Periquillo se lo hubiese pasado de puta madre con ellas, pero yo no conozco a ninguno.  El chaval de rojo se ve que triunfó este año en Las Ventas.  Me repetí varias veces: No sacar "tortura de animales" como tema de conversación....
El día era estupendo y paramos para quitarnos algo de ropa, guantes y forro polar.
 

La primera rubia que vi en el Camino....


Miguel me avisó: "En el camino se fuma como nunca, se bebe como nunca y se folla como siempre... ¡ná!". Puedo certificarlo.
Nos adelantó un famoso, acostumbrado a que le aplaudan veinte o treinta mil presonas que, comentó Miguel, "viene al Camino cada año, como cura de humildad.  A encontrarse con su humanidad primigenia, a recordar quien es realmente".  Interesante.
Poco a poco, con mis paradas para hacer fotos, los fuí perdiendo hasta quedar solo.  Al dejar la vera del río, conecté el ZEN.  A estas alturas, de cintura para abajo, me dolían todos los componentes de mi anatomía, excepto... bueno, ese... El ritmo que había imprimido de inicio la cuadrilla era demasiado elevado para mi nula preparación andarina.
Conforme iban cayendo las curvas, el dolor se hacía complicado de controlar mentalmente.  Había pasado ese umbral con las caderas y con los tibiales anteriores.  Tocaba luchar con él.
Llegué a Valcarce bastante malladito.  Dos colas y un bocata de tortilla: 6,40 €.  La cuadrilla de toreros ya había partido y están los Isleños.  Me senté en la terracita a leer La Voz, poner los pies en alto y cambiar los calcetines por primera vez.  Quería llegar arriba y si no recuperaba algo, pensaba que no podría lograrlo.  De los que salimos de Vilafranca iba último con diferencia.  Pero el Camino no es una competición.  Y si lo es, es contigo mismo.


Frente al restaurante, hay un albergue que parece bastante acogedor...


Empezó a refrescar y saqué de la mochila el jersey, los guantes y la braga para el cuello.  Un cartel en el camino parecía estar colocado para tranquilizar al caminante cansado.  Me asaltó una pregunta... ¿Ha muerto alguien, haciendo el Camino?


En Vega de Valcarce ya andaba como un zombi.  No sabía cuanto quedaba y no quería saberlo.  De hecho, de haberlo sabido, me hubiese quedado ahi.
El homónimo de Crystal Castles era un casi-seguro y, efectivamente, 6 cortes han venido a engrosar la colección musical.  Y otro cd que se venderá gracias a las descargas ilegales. The John Spencer Blues explosion suenan muy bien, pero no son mi estilo.  Notita para recomendárselas a Beni, del Non Sei y a Charlie, del Penique.  A ellos les molará.
Iba ignorando el dolor.  El dolor es sólo eso, dolor.  Pero tenía miedo de forzar demasiado algún componente del organismo y romperlo.  Debían ser las dos de la tarde y en cuatro se iba a poner el sol.


En Ruteira, hice la segunda parada.  Tumbado en un banco del área de descanso, la vista era esta:


Pincho el Disintegration de The Cure. El título venía que ni al pelo. Cargué los dos cd´s extra de la reedicion de lujo.  Los animales domésticos con los que me iba cruzando me observaban absolutamente indiferentes.  Otro pringao, debía pensar este minino....

En Ruteira, también me crucé con las coreanas del albergue de Ponferrada. ¡que majas!  Iban cargadas de guías y se me ocurrió preguntarles cuanto falta hasta O Cebreiro.  La respuesta fué descorazonadora: ¡11 kms.!.  Joder... esperaba 5 o 6... Eso suponía llegar de noche casi fijo.  Decidí jugármela imprimiendo un ritmo algo mas alegre, aún a riesgo de fundirme.  Sin dolor no hay gloria, dicen...
¿Adelantar? ¿Adelantar? ¿a quien? Nunca antes una señal de tráfico me pareció sarcástica...

¿Dije que tooooooda la etapa es de subida? Ahi va un ejemplo, tomando como referencia la autovía A-6.


Hora y media después, la misma autovía.  Sin haber visto un solo bar ni una casa habitada donde pedir agua.  Totalmente deshidratado.  Tienes todo el tiempo del mundo para enfrenarte a tus demonios interiores, que salen, lo aseguro.  Descubres puntos de vista que antes ni se te habían pasado por la mente.


Y otro ratito más tarde, la misma autovía.  Cuando creías que no ibas a poder, descubres que puedes. Eso te da unas fuerzas extra para enfrentarte a muchos problemas de la vida cotidiana.


En Ferrerías me había equivocado.  No ví la flecha amarilla que indicaba el desvío y seguí carretera arriba.  De hecho, no veía los indios... ¿cómo iba a ver las flechas? (ya, facilón...). Llegué a la conclusión que ir sin una buena guía es de gilipollas.  Ese día hice 7 kms. extra.  34 en total.  Todos cuesta arriba...
El paisaje era espectacular, pero sólo estaba concentrado en dar un paso tras otro, un paso tras otro, un paso tras otro...  El Out of mind de The Cure, me animaba algo...
I´ll be ok
i´ll be fine
i´m out of sight
i´m completely out of mind...
Fascination Street quedaba de cojones.  Ya empezaba a ver lucecitas alrededor del campo de visión...
Un paso tras otro, un paso tras otro, un paso tras otro.  Y una sed insoportable.
Disintegration, en una excelente version live de 1989, terminó siendo la banda sonora del Camino:
And mouth, and eyes and heart all bleed...
...
And i´m breaking apart again
breaking apart like i´m made of glass again, screaming 
....
Now that in know that i´m breaking into pieces...
Entrar en Galicia es un pequeño respiro moral.  El pueblo aparece a lo lejos...


Comprobé como el dolor, efectivamente,  se va trasladando por diferentes partes de tu cuerpo.  A esas alturas lo que más me ardía de suplicio eran las plantas de los pies.  Agradecí la importancia de tener unos buenos brazos.  Eso te permite cargar el peso del cuerpo en el bastón, haciendo trabajar al tren superior y ahorrando un paso de cada tres, con el consiguiente descanso para las piernas.  Y así curran brazos y abdominales.  Y tengo claro que la próxima vez iré con dos bastones y no uno.  Sobre la manera de usarlos, yo me quedo con el bastón extendido al máximo, para poder cargar el peso mejor en los brazos.  Sin bastón, no hubiese terminado esa etapa.  Al llegar al pueblo, una estatua al peregrino te da la bienvenida.  Obsérvese como agarra el bastón bastante arriba.


El Pueblo no era O Cebreiro, pero pensé que no podía estar demasiado lejos...


Paré en la primera tienda-bar justo cuando el sol se ponía detrás de las montañas, pedí una jarra de sin y compré una botella de orujo de hierbas. Eh!, do bó, que son galego, le dije, pues me iba a dar Rua Vieja, que no está mal, pero yo sabía lo que pedia. Se fué a la trastienda y volvió con una botella envuelta en papel de periódico. 6,80 € total. Era para celebrar la hazaña al llegar al albergue.  Pregunté donde estaba y me dijeron que... ¡a 4 kms....! Eso suponía una hora y pico más de pateo que, obviamente, eran cuesta arriba.  Me entraron ganas de llorar.
Pero tienes dos opciones: seguir o rendirte.  Y no lo iba a hacer al segundo día, así que enfilé la carretera.  Pedrafita quedó atrás...


Me coloqué el foquito en la frente, rollo soy mineeeeeeroooooo... para que me vieran los coches que venían de cara y evitar el atropello de un gilipollas.  Pude leer sus pensamientos;  Vaya pringao, mira que están jodidos de la cabeza....
El viento se puso pesado, se levantó niebla pero ya no sientía los pies, lo que fué una ventaja para seguir pateando.
Al ver el cartel de O Cebreiro certifiqué que cuando crees que ya no puedes más, ni te imaginas lo que aún puedes.  Si no fuera por que estaba al otro lado de la carretera, me lo hubiera comido a besos.


Me acredité en el albergue, que está más que bien, con todo el cuerpo temblando.  Conseguí ducharme, untarme de radio-salil de rodillas para abajo, hombros y  lumbares y poner una secadora y me busqué un sitio para cenar.  Allí me encontré a los de Isla Cristina.  Como la ocasión merecía un homenaje y llevaba sin comer desde Valcarce, me ventilé un bonito chuletón  de kilo, acompañado de un mencía con los muchachos.  31 €.  No hay fotos por que me dejé la cámara en la mochila.
Al volver (tuvimos que entrar por una ventana), nos juntamos unos cuantos en el comedor del albergue y abrrimos la botella de orujo, que fué acompañada con alguna de vino y con unos taquitos de mojama.  Cada uno puso lo que pudo.
Como no teníamos vasos de chupito, nos apañamos como pudimos.





Vamos, que si alguien tenía algo que se contagia por la saliva, lo pillamos todos....


Nos hicimos la primera foto de grupo del Camino.

Hubo un ratito de jolgorio y algarabía y luego, a dormir.



Siete horas de tirón, todo un récord.  Otra vez dormí como un angelito.



Total de gasto del día: 50,40 €. Acumulado: 99,25 €


Para descargar todas las fotos del día (61, ya me iba animando), sólo hay que pinchar en el siguiente enlace.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

El Camino de Santiago. Dia 2. Ponferrada - Vilafranca do Bierzo

La diana es a las 7 de la mañana.  Abren automáticamente las luces y todo el mundo se empieza a mover.  Me puse los auriculares y esperé a que todos salierande la habitación.  Necesito algo de espacio para empaquetar los bártulos y con tres personas más, no lo tenía.
Después de montar la mochila, ese ritual repetitivo de todas las mañanas, le pregunté al hospitalera hacia donde tenía que ir.  Me fuí sin una guía ni nada parecido, lo que, como me di cuenta al día siguiente, es un pequeño gran error. 
Me indica como tomar el camino hacia Vilafranca y me recomienda el albergue de Jato.  Pues vale, hacia allí encaminé la etapa.
Al pasar por delante del castillo, ví que hay una exposición que parece interesante; "Camino de las estrellas".  Pero abren a las 11.  Y la tienda de camisetas a las 10:30.  La próxima vez tengo que llegar antes, la tarde anterior.


Me cuesta una hora larga salir de Ponferrada.  La mañana está nublada y sin sol ni estrellas me oriento fatal.  Ni los comercios con el horario mas laxo han abierto aún...  Quería comprar un trípode pequeño, para las autofotos.  Decidí ir engañando a la gente para que me las tomara, lo que no es una mala opción, aunque hay mucho patán encuadrando, por ahi suelto.
 

Al final, terminé preguntando en la estación de autobuses.  Aproveché para desayunar y me comí el primer clavo del camino.  Bocata de pechuga y cola, 7,80 €. Es lógico.  Si los autobuses parecen aviones, los precios de la estación tienen que ser como los del aeropuerto...
En una farmacia pesé la mochila; 10.3 kgs, 2,3 más de lo recomendado.  Todos juntos dimos 95,5, así que llevo 3 kilos de ropa, botas, cámara, calderilla y navaja multiusos.   Compré toallitas para bebé, para la higiene post-evacuativa.
El primer disco, el acústico de Airborne Toxic Event se terminó.  ¡Que flojito, con lo bueno que es el enchufado!
Los primeros kms. son urbanos.  El cielo estaba cubierto y amenazaba con soltar en cualquier momento.
Ir despacio te permite fijarte en detalles que normalmente pasan desapercibidos...

Con el American Slang de Gaslight Anthem tuve la primera sorpresa musical agradable del Camino.  Mira por donde, otro disco que se va a vender gracias a las descargas ilegales... Suena ideal para caminar; destila fuerza y optimismo.
Las señales que acojonan cuando vas en un vehículo a motor, pasan desapercibidas a pie...
Me detuve en Fuentesnuevas a recargar el ZEN y el estómago.  Otro bocatita y una cola: 3,15 €.  Mas normal.


Seguía avanzando entre edificios.  Aún no había pisado tierra y debían ser las 11 y media de la mañana.  Band of Skulls y Divine Comedy harán que me replantee el criterio de algunos críticos musicales. ¡Que falta de sustancia!.
Al salir de Camponayara, el camino-camino se abrió, por fin, ante mí, en el enlace de ese pueblo con Cacabelos.  El otoño, languideceiente, aún deleitaba con su enorme variedad cromática.  Es mi estación favorita del año.  Este trayecto, a mediados de octubre, tiene que ser la repolla.


Todo ese paisaje, el aire en la cara, el olor a tierra recién regada por las nubes y la vista del camino por delante transmiten una increíble sensación de libertad.  Las primeras lágrimas del Camino me brotaron de los ojos al darme cuenta que, ahora, soy libre por completo.


Las combinaciones de colores eran espectaculares.  Con imágenes, ahorro palabras que no tengo para describir las vistas...




El lema del pueblo escogido para comer prometía buen acompañamiento a las viandas, como así fué.  Así fué, durante todo el Camino, la verdad...

El Camino hay que hacerlo cada uno a su ritmo, aunque lo empieces en grupo.  Y no hacen falta móviles para comunicarse...  Es habitual perderse.  Algunos, como Giovanni, auténticos especialistas.


Escogí el menú de la Pulpeira Compostela; Caldo gallego, chuletillas de cordero con ensalada, tarta de queso y té, 10 €.  Conversación con unos peregrinos:
- ....
- ¿Salvar al planeta? El planeta seguirá millones de años, a no ser que choque con algo muy gordo.  El problema es si la especie humana seguirá existiendo dentro de 100 años, en unas condiciones impredictibles.
(Cuanta razón...)
Con el té, leí una entrevista a Tim Hunt, Nobel de medicina. Terminaba con dos preguntas que anoté, para darle vueltas en otro momento:
¿Por que las cosas son como son?
¿Que es lo que hace que cambien?
Concluía con una interesante sentencia: "Es mejor ser pobre y honesto.  Así no sientes responsabilidad hacia quien te paga".  Si trabajas para otro, añadí mentalmente...
Después de comer, me cambié de calcetines y puse los pies un ratito en alto, a la orilla del río.  Casi que quedo dormido, con el murmullo del agua...


Tomé esta foto para la guerra de palabras de mactans y Noemí. "Compre en panificadora Barredo y quedará muy satisfecho".  Igual con luces de neón les hubiera ido mejor...


Retomé el Camino, con la ñoña de la digestión.  Me dije que el haberme hecho la pedicura (uñas y duricias), antes de salir, fué una gran idea.
Empezó a refrescar, lo que fué un buen motivo para estrenar el gorrito polar bajo el sombrero.  Anoté 3 canciones del Beneath this burning shoreline de Cherry Ghost. El de Ariel Pink me pareció un disco mal producido, aunque probablemente fuese yo quien no lo entendió...
Las piernas empezaron a pesarme más de lo que me hubiese gustado. Morning Breeders y Clientele no ayudaron a empujarlas, la verdad.  Simon y Garfunkel son unos tipos cool y agitados, a su lado.
Me entretuve pinchando las peras que había en la cuneta con el bastón y lanzándolas lo más lejos posible.  Pero me aburrí pronto, pues no sabía que longitudes estaba logrando.  Anoté mentalmente para traer en un próximo viaje: un medidor láser de distancias.
La última decepción musical del día fué Lovely Luna.  Con un planteamiento cercano a Dylan o Nacho Vegas, se queda en eso, en el planteamiento.  Decidí apagar el ZEN y disfrutar de los sonidos del campo.
A las cinco y algo de la tarde llegué al Ave Fénix.  Sin duda el más peculiar de todo el Camino. Lástima que Jato estuviera de viaje en Brasil y no pude conocerle.  Jato es una de esas personas cuya vida es el Camino.  Quedará la Ceremonia de la Queimada para otra ocasión.
Me duché, lavé calcetines y camiseta y... ¡me fuí a pasear por el pueblo!.  El lado masoca del peregrino, seguir andando. 
Un ambientazoooo!


Bueno, los jueves hay poco ambiente en muchos sitios, la verdad.  El pueblo tiene algunos rincones entrañables...


A las ocho, en el albergue, dan una cena familiar.  Por 15 € tienes media pensión. ¿se puede pedir más? (se puede, pero queda feo).  Me apunté, claro.


Para la ocasión, fuimos 4 a mesa.  Miguel, torero, 45 años, 10 Caminos en las piernas y en el alma.  Completamente enganchado.  Venía desde Pamplona.  Paola, italiana, 42, camina desde la etapa anterior a Jaca.  Jean, francés.  Venía de Francia.  No sé más de él. No sé francés.  Es un idioma que siempre me aburrió.  Y últimamente le he cogido algo de tirria, que quieres...
Con la increíble crema de calabaza y patatas afloró todo el dolor en las piernas.  Nada de nada ni en los hombros ni en la espalda, sospechoso.
La cena sirvió para llenar el estómago y el espíritu.  Cada uno contó su historia.  Está claro que esta es una experiencia única.
Poco a poco se fueron retirando a dormir.


Me entretuve algo conversando, en el patio, con un grupito de 4 venido de Isla Cristina.  Entonces no sabía la gran cantidad de horas que pasaríamos juntos y la amistad que quedaría forjada. Probé la (deliciosa) mojama que traían, antes de acostarme, sobre las diez y media.

 

 No pude evitar fotografíar esta hojita colgada en la puerta del albergue.  ¡Que bonita declaración de principios!


Total gasto del día: 36,25 €. Acumulado: 48,85 €.

Para descargar todas las fotos del día (38), sólo hay que pinchar en el siguiente enlace.

martes, 23 de noviembre de 2010

Liga F-1 de Poker10 en Bwin

Hoy empieza en Bwin una interesante competición pokeril.  La gracia es que, como el nombre indica, irá ligada, también, al resultado por parejas, como en la F-1.  Podéis consultar las bases de participación en este enlace a la página de Poker10.
Yo me he apuntado con Periquillo.  

El Equipo se llamará Habitación 11114, que es la que compartimos en el Imperial Palace, en el inolvidable viaje del año pasado a Las Vegas.  Lo mejor de la habitación era las vistas a la piscina y al jacuzzi.  Me vienen a la memoria, Jonasete querido, los margaritas, no se por qué...


Como el mamón de Perico cuelga una foto mía en pleno agotamiento del viaje, yo tengo otra del nene por la mañana, pa que vea que si empezamos a sacar fotos, podemos acabar como Alonso y Hamilton el año de McLaren... :)


Aunque cuando se medio viste de faena, impresiona más...


En aquella habitación sucedio (casi) de todo).  Espectáculos como el surf...


Los toros...
 ...mejor no seguir, que espectáculos hubo alguno que otro.  Si alguien quiere bucear en el archivo del blog, las crónicas del viaje están ahi.  Fué en abril de 2009.  Sólo buscando fotos ya se me hizo un nudillo en la gargantilla. 
Que se vayan preparando el resto de equipos que Perico y yo nos tomamos estas cosas muy en serio.  A los torneos vamos con toda la tensión del mundo.  Si no, vednos antes de uno que jugamos en el Wynn.  Concentración a tope...



La verdad es que fué un viaje inolvidable, con grandísimos momentos, como las copichuelas en el Ghost...


O las carreras con el carrito de Doyle Brunson...



Pero sobre todo por las innumerables mujeres que se nos llevaron pegados al corazón...



En fin... No sigo, que me dan las lagrimillas....  Unas de emoción por los recuerdos y la mayoría de risa.  Hay una foto de ambos en calzoncillos que es mítica.  Yo, con mis 96 kilos de entonces, con unos gayumbos de Hulk y Perico, con sus 300 gramos (todos de pelo)) y un boxer clásico.  Igual si ganamos la cometición la colgamos...
Vamos calentando motores, nenos, que esto empieza en breve...

lunes, 22 de noviembre de 2010

El Camino de Santiago. Dia 1. Miño - Ponferrada

Después de comer, dí el último repaso a la lista de ropa, útiles y enseres que me llevaba, sin poder evitar la sensación de que me estaba olvidando algo importante.  Como cada vez que salgo de viaje.  Normalmente me gusta tenerltodos los detalles del viaje perfectamente planificados.  Esta vez sólo llevé la mochila y un billete de autobús hasta Ponferrada.
Al parar en la gasolinera para darle de beber al bicho, la muchacha, algo guasona, dado el temporal que estábamos atravesando, me pregunta:
- ¿que? ¿de acampada?
- Si, eso, a ver si se me zumba Becky, por que lo que es mi mujer...

Aproveché para dejar la Daytona en el taller para su primera revisión, la de los 1.000 kms., así que hice el trayecto de Miño hasta Coruña cargado con la mochila, esterilla incluida.  No muy cómodo, la verdad.  Pero sirvió para ahorrar un viaje.  La pinta, con el equipo completo y montado en una R, pa ver...


Para variar, llegué con el tiempo justo a la estación.  Tengo que aprender a apurar menos el tiempo.  Pero lo cogí.

El autobús, un lujazo.  Me sorprendí al sentarme en mi asiento, no estar nada inquieto, a pesar de no saber muy bien lo que me iba a encontrar.  Pero era precisamente esa la idea de esta aventurilla;  irlas a ver  venir, a lo que sucediera, sin prisas.  Si podía andar, andaba y si no, pues tenía intención de pararme el tiempo que hiciera falta.  Y si algo requería una inversión adicional de tiempo, iba dispuesto a concedérsela.
En el bus, una azafata nos ofreció auriculares, bebida y merienda, como en un avión.  Y como un avión parecía, pues me quedé frito hasta Lugo.
La noche anterior no dormí demasiado.  Me desperté a las 5 por una pesadilla de esas que hay que salirse bien, para no retomarla y me lié con la plantilla del blog y me dieron las ocho de la mañana.  Me volví a meter en cama y a las 9 llamó la cartera para traerme unos cd´s comprados en la red.  Dos desde Estados Unidos y uno desde Alemania, asquiridos el viernes anterior.  Increíble eficiencia.  Me volví a empiltrar y a las 9:45 tenía un mensajero entregándome una colonia comprada también por internet... ¡el día antes por la mañana!.  De 75 a 37 €, puesta en casa en 24 horas. Maravilloso, con lo poco que me gusta ir de tiendas...  Casi sin tiempo de cerrar los ojos, sonó el teléfono.  Contesté desde dentro del edredón.  Era Rudy, para comentarme un mail que le mandé a las 6:30 de la mañana, relativo a una consulta sobre HTML, que para mi es como el chino cantonés...
Ok, ya me levanto, ya me levanto, pensé...


Después de Lugo, volvieron con otra ronda de bebidas y más merienda.  Bueno, si pretenden que parezca un avión, yo hago lo que en un avión.  Y me volví a dormir hasta la entrada de Ponferrada.
Al llegar, pregunté en Información por el albergue y me dieron 25 minutos a pie o 10 en taxi.  Coño, vine a caminar, pensé y enfilé hacia el centro de la ciudad.  Decidí quitarme la reticencia habitual que tenemos los hombres a preguntar por donde se va a los sitios y fué sencillo llegar.  Antes, pasé por el imponente castillo templario, que no pude visitar ni por la tarde, ni por la mañana.  Es una visita obligada para un próximo Camino.


Me dieron como referencia 300 metros detrás de la Iglesia de San Andrés, que encontré a la primera...

También anoté, para adquirir en un próximo viaje, unas camisetas que vi en una tienda al lado del castillo.  Hubo una época de mi vida  en la que leí un montón sobre los templarios y los diseño de estas franelas me gustaron un montón.



 

Es más, llegué a pasear dos o tres años por el mundo con una Vespa negra, que tenía una cruz en rojo como la que sigue, en la chapa frontal  y que llevaba un montón de símbolos y frases relativas a los templarios, pintadas a mano.  Megafriki, lo sé, lo sé...  Una pena no tener fotos de esa máquina, por las horas que pasé decorándola.
 

Paré a cenar en el típico bar de Peregrinos.  Dos vegetales y una Sin; 5.10 €.


Al llegar al albergue, veo la distancia real que voy a  recorrer, a la que hay que añadir los dos kilómetros hasta la estación.  Y los siete de añadido del tercer día, pero esa es una historia para otro post...
No está mal, teniendo en  cuenta que eso debe ser una distancia mayor a la suma de todo lo que he caminado durante los dos últimos lustros...


En el albergue de San Nicolás de Flue encuentro a un Hospitalero la mar de agradable.  Me entrega la credencial (1€).  Dormir cuesta la voluntad.  5 € es una voluntad adecuada, me indica.  Perfecto.  Salgo a dar una vuelta por los alrededores.  A lo lejos se puede divisar la nieve que cubre las montañas del Camino de Invierno, el que va a Santiago pasando por Orense.  Parece una bonita opción para hacer en enero o febrero.


Me dió tiempo de ver dos de los goles del Barça al Ceuta antes de volver.  En el albergue había una treintena de personas, la mayoría de tertulia en la cocina-comedor. Por supuesto, dos asiáticas.  Un grupito de 5 guiris tenía dos botellas de vino vacías, otra a medias, las mejillas como tomates y una tertulia en guachinanglis muy animada, por lo que deduje, como así era, que eran de distintos países.
En la habitación, con 2 literas y poquito espacio para los bultos, coincido con Isaías, que está haciendo el camino desde Francia a Fisterra, con Manolo, un italiano con 2000 kms. hechos a pedal y con un francés que no dijo ni mu hasta que se durmió y que fué el que rompió la armonía de la noche con sus ronquidos.
Menos mal que me llevé el ZEN... Dormí como un bendito a excepción de la acostumbrada meadita de madrugada.

Total gasto día 1:  12,60 € (No cuento el billete de bus, ni el coste del equipo.  Eso ya lo tenía cuando salí)

Para descargar todas las fotos del día 1 (16, no muchas), pinchar en el siguiente enlace.