Precisamente, lo que hace que el poker vaya a molar tan generalizadamente durante, al menos, tres años mas, es que, a un día, suele ser brutalmente injusto. El "largo plazo" se la sopla a la inmensa mayoría. ¿Acaso es justo que Francia esté en el Mundial? pues estará... Y hablamos DEL FUTBOL, tu.
Si vas a jugar a esto (poker, digo) a menudo, es imprescindible meterse en la cabeza que esto se llama poker y no es comparable a ninguna otra cosa participativa de grupo, sea con cartas o sin ellas. Es un juego estrepitosamente caprichoso. A un día (a dos, a tres, a cinco...) cualquier mediocre puede tumbar al mejor. Esto es happy para el jugador mediocre, pero para el pretendidamente jugador bueno es durísimo. Es más, he visto unos cuantos jugadores que jugaban muy bien, abandonar en el los últimos dos años.
¿Juego yo bien?.... Pffff.... ¿comparado con quien? Si me comparo conmigo mismo, me quedan siglos por aprender. Que quieres. Comparo mi poker con el de algunos jugadores buenos y le veo carencias a paladas. Es más, cada vez que voy a casa de Tizona, ejemplo, aprendo bastante. Pero siempre salgo con el regusto amargo de que a "ese nivel" nunca llegaré. Y esta última vez, que vino Kokoliso, fué peor.
Dos tipos moviéndose por las mesas como a ti nunca se te hubiese ocurrido. Para muchos sería humillante. Para mi fué gratificadoramente esclarecedor. Encima Koke se vino con un colega, Jesús, con el que estuvimos jugando omaha (yo, tres manos, luego callé para ver y aprender, ellos tres horas...). Sabía que sabía poco de Omaha. Después de oír cuatro razonamientos de Jesús me di cuenta que para lo que valía, era para callar. Jesús me hizo ver que no tengo ni puta idea. Ni de lejos, ni en broma.
Ya hace tiempo que se que tengo un talento muy especial para seleccionar y mezclar música. También sé que tengo una cabeza privilegiada para el billar. Y que, si entrenara duro (hablamos de 8 horas diarias, cosa que no puedo hacer, ni haría, aunque me pagaran, vaya peñazo...), podría vivir del circuito profesional. Modestamente, pero viviría. Sin contar lo que podría robar en los bares.
Dejé el ajedrez hace 20 años, por que vi que nunca llegaría al 80% de la perfección. Por el mismo motivo, debería dejar el poker. Ni estudiando todo lo escrito, ni entrenando habilidades, llegaré nunca a estar entre los.... 1000 mejores, siendo generoso conmigo. No sé. es por poner un ejemplo.
Pero hay una diferencia muy jugosa entre el ajedrez y el poker. Al ajedrez, el mediocre fracasa a medio plazo y lo deja. Al poker, no. Hay toneladas de tarados que triunfan a corto plazo. Es por el enorme factor de suerte que tiene este juego, en ese corto plazo. Hay algunos pocos que saben reconocer que es suerte. Pero son muy pocos, poquísimos, los que reconocen sus carencias en poker.
Conozco pocos, contados con los dedos de una nariz que dijeran... va, soy malo, pero tuve una suerte de los cojones. Por eso seguiré jugando a esto. Ni loco quiero medirme con Ivey, ni Durr, ni de lejos, vamos, ni con, por poner ejemplos cercanos, Charlie, Vilariño, Iván Fernández, Paco Porto, Quique Martín, Marcos Arias, Javi Froiz, Tom, buaaah, me vienen a la cabeza quince más.
El secreto del poker, contaba alguien, en uno de los primeros blogs, no consiste en ser bueno. Si eres el 5º mejor jugador del mundo y juegas contra el 1º, el 2º y el 4º, palmarás.El verdadero secreto del poker es conseguir jugar contra gente mas idiota que tú. Si eres el jugador 100 millones del mundo, juega contra el 110 millones, el 253 millones y el 500 millones. Ahi está tu ventaja.
Al poker va a entrar gente a paladas, el próximo año. Ya escribiremos historias de familias rotas, ludópatas y etcétera, más adelante. El yonki lo es al juego, a la química o a las putas, es una excusa que no me da ninguna pena. Pero vendrá mucha gente con ganas de pasarlo bien por un módico precio. Sin complejos por perder. O ganar.
No soy muy listo al poker. Pero mientras crea que hay gente mas idiota que yo, jugando a esto, seguiré creyendo que tengo ventaja y seguiré jugando a este pérfido y maléfico juego. Habrá supuestos idiotas que me demostrarán en los fociños que no eran tan tontos y, a veces, las cartas aportarán ese 5% que hace feliz al mediocre o al acorralado. ¡La verdadera salsa del poker!