La recopilación diaria de fotos se hace antes o durante la cena, así que algunas posteriores a ese entrañable momento, quedan pospuestas para el día siguiente. Una de ellas es ésta. Una ronda típica de after the dinner.... Tequilas y Margaritas. De limón o mango, preferentemente. Mojitos y Daikiris. Todo lo digestivo que se necesita para bajar una copiosa cena...
08:50, listos para salir. Mañana pienso clapar hasta que el cuerpo me diga basta, por hinchado de dormir... Me toca el primer turno de chofer... El sol promete pegar duro a lo largo del día... A esa hora no sabía que iba a ser uno de los días en los que más me he reído en mucho tiempo. Probablemente fué uno de los que más me reí en mi vida. Hay que decir que los ocho del grupo hemos congeniado estupendamente, a pesar de ser de diferentes procedencias y departamentos. Todos, todos, gente estupenda que quedará en mi corazón para el resto de mi vida...
El Jeep no me transmite demasiadas buenas vibraciones. Tiene algunos detalles que minan la confianza en la máquina. Y no funsiooona el reproductor de sidís, manooooo.... El indicador de gasolina tampoco furrula y la tapa del capó vibra demasiado para mi gusto. Pero llevamos combustible suficiente (eso nos dicen) y el capó va bien amarrado con una cadena...
Somos 8 en el grupo y nos repartimos en 2 vehículos. Germán hace el primer turno de conductor en el otro Jeep.
A 40 minutos de salir entramos en la reserva de Sian K´an, la puerta del cielo. Pura selva.
Los badenes y la torpeza de algunos ralentizan la caravana, por momentos....
Así que buscamos cualquier excusa para retrasarnos (conseguí colocarme el último del convoy, la mejor posición) y así tener que zumbarle al Jeep para recuperar el tiempo perdido.
Entramos en los manglares. Ese desparrame de naturaleza, tanta belleza tan bien cuidada, pone un nudo en el corazón. Y si algún día tengo que esconderme de alguien, este es el lugar perfecto, siempre que superes el contratiempo del calor y los mosquitos...
A la bocafácil de ayer le toca el dudoso honor de ser la primera pringada que se sale de la pista. En una recta, que ya es complicado. Y eso, a pesar de sus cursos de conducción y el volante-contravolante. La soberbia tiene su justo castigo, siempre.... Hay quien soltó la teoría de que el Jeep no soportó el rollo de la pesada e intentó suicidarse. No todo el mundo tiene el aguante de Perico. Perico ha forjado su paciencia como Jefe de Servicio en Elis. Y eso es mucho...
Empiezan los charcos. Si Armando no me grita: ¡¡¡Cuidadoooo, un charcooooo!!!, casi me lo salto. Es lo que tiene la contemplación del paisaje... Descubrimos que la escobilla del limpia del copiloto no tiene goma. Pero somos gente de recursos... Trabajamos en Elis. Los cuatro en Ventas. Es imposible que nos quedemos tirados.
Esta es mi cara de:
Te juro que no lo vi... :)
El Jeep salpica algo al entrar en los charcos. Ese salpique suele terminar dentro del vehiculo, incluyendo sus ocupantes....
No. Aunque parezca lo más natural de pensar, a Armando no se le cagó encima una cigüeña. Es sólo agua y barro...
Llegamos a Punta Allen con algo de Jeep debajo del barro...
Después de reponer líquidos, nos dirigimos al embarcadero. Tengo la teoría, con los carteles indicativos de que, si los ponen, es por que ya sucedió en el pasado. Ya me cuesta imaginar una nata en barco, por muy taja que vayas... Pero seguro que pasó...
Más
De la Cuadra Salcedo o
Rodríguez de la Fuente, no puede ser...
El embarcadero...
Ya acomodados en la planeadora...
Nos han juntado con un grupito de cuatro señoras maduritas... vamos 12 en total...
Los manglares, algo para contener la respiración y pensar lo pequeño que eres...
Sesión de yo te doy cremita, tu me das cremita. Obviamente, al exhudar el grupo buen humor por todos los poros, las bromas son constantes. Armando luce hoy "Gay" en la espalda, en un color rosadito, mientras el resto de su anatomía posterior es de un tostado intenso...
A pesar de que no está la mar para demasiadas contemplaciones, alguna tortuga conseguimos divisar...
Le damos conversación a las señoras y resultan ser.... ¡gallegas!.... ¡De Ribeira y Coruña!. Vecinas de Fran y mias, vamos... Vayas donde vayas, un gallego encuentras. Hasta en la luna...
Aunque mucha fauna no divisamos, el aire y los colores del mar hacen el paseo una maravilla...
Paran la planeadora para un bañito...
La pena del día es que había algo de mala mar y no pudimos bucear en el arrecife. Esto hay que volver en otra ocasión y hacerlo...
Si no es de postal... ¿de que, si no?
La siguiente parada es para comer. La primera sesión de masaje-aftersun, a catorce manos, de la historia. Alguna ventaja tenía que tener el ser la única mujer entre ocho...
Con los postres, jugueteamos con las mascotas de la casa....
Chucho es... un loro. Humor mejicano...
Para la vuelta, cambio de chófer. El turno de Armando...
Tampoco le hace ascos a la velocidad. Así que tardamos poco, con la ayuda de un charco en el camino, me enseño que mi destino era salpicar y salpicar, en tener el Jeep hecho una guarrería, de nuevo...
En ese punto de mi vida, entendí por que no funsioonaaaaba el reproductor de sidís.... Estos vehículos sólo se pueden limpiar con una Kärcher. Y claro, eso estropea los reproductores de sidís...
Cachondeo corporativo, no podía faltar...
La vuelta se ralentiza mucho por que hay cientos de cangrejos cruzando el camino y, luego, la carretera....
Paciencia y al sol, que dicen...
El ritmo lento del trayecto te permite disfrutar mejor de los paisajes que brinda la madre Naturaleza...
Eso si. Una vez reanudada la marcha, charco que vemos, charco que se pilla...
Esto hace que la barra antivuelco del Jeep parezca el palo de un gallinero. O el palo de una granja de avestruces, si respetamos las proporciones de los tamaños...
Como un cerdo en un charco sería una buena metáfora. Por hoy acepto lo de cerdo. Y si me hubieses visto al llegar al hotel, el calificativo quedaba corto...
Una de las veces que nos quedamos parados, aprovechamos para echar unos bailecitos con una cangreja sugerente..
El turno de Fran al volante. En un charco, se equivocó y no levantó nada de agua. Ahi estuvo Armando para mandarle marcha atrás y que lo repitiera...
Al segundo intento consiguió pringarnos de pleno a los de atrás, amén de conseguir clavar la entrada. Puntuación de los jueces para el charco de Fran. 9.7, 9.8, 9.6, 10, 8.9 (el juez de Portugal, claro) y 9.9, para acadar una media de 9.85 y llevarse el premi del charco del día...
Que sea de Bilbao, no implica que esté embrutecida, aunque esta semana rodeada de australopitecus no mejorará su glamour. Antes muerta, que sencilla. Inma puede ir de barro hasta las cejas, pero que no falte un retoque de labios...
Más paisajes espectaculares...
Barro, lo que se dice barro, lleva todo el mundo hasta en el rincón más recóndito de su anatomía...
El famoso reproductor de sidís. Es imposible que funcione...
Hago otro turno de conducción. No debo permitir que el barro me impida ver el charco, pequeño renacuajo...
Encontramos cientos de cangrejos cruzando la carretera, lo que detiene la marcha muy a menudo. Yo digo que, si hay tantos (que los hay), ¿para que se les protege tanto?. Vamos a pararnos por un bicho que ve como atropellan a decenas de congéneres suyos y, aún asi, cruza la carretera sin mirar. No tiene demasiado sentido luchar contra la selección natural. Pero como no es mi casa, hago lo que veo hacer y callo.
Inma tira el último turno. La visión del cielo estrellado, con una absoluta ausencia de contaminación lumínica, es fascinante. En ese momento, entiendo perfectamente a los Mayas...
Al llegar al hotel, me meto vestido en la ducha, más que nada para hacerle un prelavado a la ropa y las deportivas. Cena en el restaurante mexicano, unas ronditas de tequilas y margaritas y a la piltra. Mañana, penúltimo día, toca relax total. A lo sumo unos bastonazos al golf y un paseíto en canoa. Y a consolidar el bronceado, que está costando de conseguir...