miércoles, 27 de julio de 2011

De Paseo por Miño

En quince días ya van dos amigas que me preñan.  Bueno, en estado de buena esperanza ya estaban algo antes, lo único que me enteré estos días.  Una de ellas hace como cuatro o cinco años que no viene por Miño, por esas cosas que tiene vivir lejos y disponer de contados días de vacaciones.  Cuando le cuento todo lo que ha cambiado el pueblo, rabia por venir, aunque lo tiene complicado.  Me pide que le haga fotos y se las mande para, en cierta manera, estar por aqui.

A raíz de mis crónicas de viajes y las suyas, con Mactans pensamos una vez crear un blog que se llamase viajandosinsalirdecasa, o algo parecido, en el que la gente colgaría experiencias y fotos de sus viajes., para compartirlas con el resto de visitantes de la web.  Poco a poco y con la colaboracion de muchos, se podría compilar la mejor guía gratuíta de viajes por el mundo.  Pero falta tiempo, recursos y ganas o todas a la vez y ahí quedó. Esta entrada de hoy podría valer para el proyecto, si algún día lo llegamos a tirar adelante, o si alguien lo tira adelante y quiere aprovechar el link, que cedo gustosísimo.

Pensé que la mejor manera de hacerle las fotos era aprovechando alguno de los paseítos en bici. Como no puedo hacer esfuerzos ni intensos, ni prolongados, cuando saco la saco (la bici) me lo tomo con mucha calma.  Y esta vez, con la cámara a cuestas, pues más todavía.  Este es un pequeño resumen gráfico de como está Miño.  Bueno, pequeño no sé.  Pero lleva mucha foto y poca letra.  Al estilo comic, vamos...

Lo primero que hay que hacer es cerciorarse de que hace un día adecuado para salir de paseo, lo que nunca está garantizado aqui, ni en verano. Para ello, nada mejor que la ventana de la cueva, que da a la plaza del parchís.


Una vez calibrado el clima, lo que ayuda a decidir la cantidad de ropa que debes llevar puesta y la que debes agregar en la mochila, por si acaso, el siguiente paso (obvio) es ir al parquing y sacar la bicicleta  a la plaza.  Esta es una de las vistas que tiene.


Debajo de la plaza hay un parquing para un centenar de coches.  Gratuíto.  La zona azul cuesta 20 céntimos una hora y media.
Por detrás, hay un senderito por el que, en dos minutos, sales del pueblo por arriba, aprovechando el  trazado de uno de los Caminos de Santiago.


No podría vivir en un sitio alejado del mar.  Pero tener el bosque a tres minutos de casa es otro lujazo.


Si no tuviera escrúpulos, podría perfectamente vivir sin ir a comprar a la frutería.  Manzanas, peras, cerezas, uvas hay a montones.  Lo único que cojo son castañas, en temporada.  Esas son de todos.


Este tramo del Camino Inglés, que debe tener unos tres kilómetros, aparte de los peregrinos, también es frecuentado por los lugareños, para pasear.


La ventaja del verano es que con cualquier short y una camiseta ya puedes tirarte al monte.  En invierno, la cosa se complica.  Unas mallas, un forro polar y un impermeable se hacen necesarios, la mayor parte de los días...


Llegamos al merendero del Baxoi, que ya he sacado en otros posts.  Un sitio excelente para relajarse leyendo, divagando o compartiendo una tortilla de tupper con amigos o familiares.


Durante la subida a Bañobre se encuentra esta entrada a una casa, que me flipa.  En Galicia hay la costumbre de levantar las casas justo al lado de la vía que sea, lo que le resta intimidad a uno, creo.  No es el caso de esta gente, está claro.


Puedes encontrar casas de todo tipo.  Desde el que ha decidido restaurar una siguiendo los patrones clásicos del rústico gallego, a pesar de lindar con un vecino que tiene la pared simplemente recebada...


Hasta el que opta por líneas más vanguardistas....


Eso es verdad.  El puto pastor alemán me habrá dado una veintena de sobresaltos, a lo largo de mis trayectos por delante de su territorio.  Mira que se donde está, pero a veces voy tan ensimismado que no me acuerdo y cuando se asoma a la verja ladrando como un poseso,  me casca cada susto que dan ganas de dispararle.  Eso, en plena ascensión al Tourmalet, me costará un infarto, algún día.  Hoy, que curioso, el puto chucho no estaba.


De flores no entiendo.  Apenas se distinguir un geranio de una hortensia, pero las hay a montones., lo que le aporta una interesante variedad cromática y olfativa al circuito.  La jardinería se le da bien a la gente de aqui...


Las rampas finales de la ascensión.  Voy con toda la calma del mundo, no sea que se rebote demasiado la espalda.  Hoy me adelantó un caracol. Porfuera, a lo Lorenzo.


La vista que tienes cuando llegas arriba paga el esfuerzo realizado. A este terrenito le tengo echado el ojo, por si algún día decido mudarme de donde vivo ahora.  De momento no lo decido por que supongo que el dueño del terreno querrá que se lo pagen, si le traspasa a alguien su titularidad...


En la lista de frutas, olvidé los kiwis...


Lo mejor de subir, es que luego toca bajada...


Esos chalecitos de diseño también están situados en una buena parcela.  Llevan así cinco años.  La crisis inmobiliaria o alguna otra crisis debió pillarle los dedos al promotor.  Me quedo con las vistas.  Una casa de tres pisos no es mi ideal.  Prefiero las estancias esparcidas a un solo nivel.


La valla de la obra está rota, así que me puedo subir a uno de ellos para cerciorarme que, efectivamente gozan de unas vistas magníficas sobre las marismas, el pueblo, la playa y la ría...


Al terminar la bajada, topo con la desembocadura del rio que, a un lado del puente, forma una marisma donde hay bichos variados de esos que interesan a la gente que les gustan los animalitos diversos.


Al otro lado del puente, el Baxoi se funde con el Atlántico.


Es ahí donde empieza la playa Grande, una de las dos de Galicia que siempre ha tenido la bandera azul.


Bueno, al trozo que se ve hacia la izquierda hay que sumarle este que queda a la derecha...


Entre la carretera y la playa se ha construido una pasarela por donde, por las tardes sobre todo, viene mucha gente a seguir ese consejo que tanto dan los médicos de camine una horita al día...  Los fines de semana las sombras se llenan de domingueros que vienen aqui a pasar el día, en familia u otro tipo de agrupación humana  Se traen de todo.  Hasta una abuela vestida de negro para que les cocine.  Así que disfrutan de un recurso que los vecinos les mantenemos en perfectas condiciones sin que dejen un duro en el pueblo, lo que a mucha gente de aqui le china bastante.


Este es uno de mis rincones favoritos, sobre todo en invierno.  Cuando el mar está cabreado, me gusta sentarme en la caseta de la Cruz Roja y contemplarlo.  Es fácil llegar a la conclusión de que no somos demasiada cosa, así que tampoco pueden ser muy grandes las preocupaciones que albergamos.  ¿Quien se va a agobiar, pues, con un problema pequeño?
 

Las dunas que hay entre la arboleda y la playa son de una titularidad privada que no está demasiado interesada en sacarles rendimiento económico, así que tampoco se puede hacer nada en ellas que deje algunas divisas en el pueblo. ¡Que le haremos!


La recta de la playa.  Si el día es bueno, se peta de coches.  Y la Guardia Civil ha encontrado un filón colocando un radarcito, de vez en cuando.  Cuando no hay tráfico, hasta en bici se pueden superar los 50 kms. por hora de límite.


¿Que hemos venido a la playa y hace viento? Pues nos resguardamos detrás de las dunas.  Tampoco nos vamos a volver a casa por que el Nordés esté juguetón...


En pleno mes de Julio, este es el aspecto de la playa.  


Pero es por que el día no es muy apacible.  Esta otra foto es de archivo, de un día bueno...


A diario cruzan por delante nuestro un centenar de barcos.  Algún capitán hijoputa ha lanzado algún sentinazo que llega fácilmente a la arena y la engorrona.  Antes había un helicoptero para vigilarlos, pero como estamos en época de recortes, ahora les sale gratis hacer pis en el mar...


Al otro lado de la ría está Sada, que tiene vocación de ciudad pequeña.  Nosotros preferimos seguir siendo un pueblo tranquilo.


¿Que hemos venido a la playa y sopla el Nordés? ¿Es eso un problema, cuando uno va preparado?  Aqui los domingueros son unos auténticos profesionales.


En Galicia, por lo general, se come bastante bien.  En verano hay múltiples fiestas gastronómicas por todo el territorio.  A esta creo que iré...


Tenemos puerto deportivo.  Sólo puedes entrar y salir de él con la marea alta, pero tenemos puerto deportivo...


Si me doy la vuelta, la foto que queda es esta:


Ver a los enanos de la escuela de vela y piragüismo me ha puesto los dientes más largos que a Condemor. ¡Como añoro los paseítos en piragua, por la ría...!


En el puerto hay quien tiene una flotilla de embarcaciones.


El detalle...


Lo dicho.  La ría, para los deportes náuticos es la repolla...


Y el espigón del puerto, otro rincón estupendo para dejar vagar los pensamientos...


Tenemos zonas infantiles por doquier.  Me vienen a la cabeza una decena.  Para 4000 habitantes que somos, no está mal. No es que me interesen mucho, la verdad.  Pero son un sitio excelente para ir a ligar.  Tengo un amigo que me presta a su niñita de 3 años y un peluche de la mitad de mi tamaño y eso ablaaaaanda a las mamás...  No me interesan ellas, por supuesto.  Me interesan sus hermanas solteras y sus amigas separadas.  El papel de papá perfecto lo hago taaaaan bien... :)


La gente mayor también tiene sus espacios para hacer ejercicio.  O sentarse al sol, a mirar la vida pasar...


Yo prefiero la playa pequeña por que siempre hay menos gente.  Aún no he aprendido a explotar el lado social de ir a la playa y suelo ir solo, a ventilar ideas y a ordenar párrafos, ya sean míos o de otro...


Siempre suelo colocarme en ese rinconcio con sombra.  Lorenzo y yo no somos muy amigos.  Eso no quita que haga algunos largos por la orilla, con un libro, eso si...


Hay que tener la precaución de ir con la marea alta por que si no, es imposible darse un chapuzón.  Con la marea baja, cuando has andado cien  metros, el agua aún no te llega a los cascarones.  Para una muestra, esta foto tomada al amanecer del día de San Juan, con el agua acabando de rebasar esa zona crítica.  Y había marea alta...


Sobre El Viejo Almacén ya hice un post, en su día...


Tomarse una cervecita aqui, no tiene precio...


La Playa Pequeña, vista desde el Viejo Almacén.


A Miño se puede venir en barca, en coche y en tren.  Es difícil equivocarse de andén, con lo que puedes ir a la estación con el tiempo justo.  Tenemos un aeropuerto a 25 minutos.


En esta plaza, en verano hay actuaciones todos los sábados, cine al aire libre y se ha usado como ágora improvisada en alguna reunión vecinal...


La calle principal ha sido completamente remozada.  Asfalto, aceras e iluminación.


A la entrada del pueblo se ha puesto un mirador sobre la ría.  Otro sitio estupendo para divagar.  Así no hay quien se centre... :)




Esta controvertida farola a mi, me mola.


Cuando pasé era la hora de la siesta.  A media mañana y a partir de media tarde no es fácil encontrar una mesa libre en las terracitas...


Otro de los diseños que me mola es ese efecto de la acera levantándose, para ocultar los contenedores.  Dan ganas de comprarse un monopatin (y terminar de partirse la espalda) ...


El cruce entre la calle principal y la bajada a la Playa.  Conseguir esta foto sin coches es un exitazo.  Aqui, los fines de semana y los días de verano que hace bueno se monta cada pollo de tráfico que flipas...


Al ayuntamiento también le han dado un lavado de fachada.


Hay iglesia y creo que funciona.  La verdad es que no he puesto nunca los pies dentro.  Cuando me apetece hablar con Dios tengo veinte sitios mejores.


Llegamos a casa de Vuelta...


Mi hermano dice que aqui hacen las mejores pizzas del Mundo mundial.  Es el sitio del pueblo donde he pasado más horas (quitando mi casa), sin duda.  Más por las cañas que por las pizzas. También es, probablemente, el negocio que más gente de fuera nos aporta.  Con sus divisas y sus puestos de trabajo y todo eso...


En los bajos comerciales se han ido instalando varios negocios que le dan vidilla a la plaza.  A menos de cien metros de casa tengo:  Una peluquería, siete bares, el seguro de la moto, el médico, el banco, la óptica, una ferretería, el súper, unos congelados, una carnicería, un  kiosko, un relojero, un estanco, el ayuntamiento, correos y una farmacia para pillar pirulas con receta.  Y la iglesia, para el que quiera ir.  Hay un puti decente a un kilómetro y el mejor club del norte de España a 10 minutos.  Con una tienda de informática, el pack sería completo.


A la salida del pueblo está la hermana farola de la que está a la entrada.  Eso viniendo de Coruña.  Si vienes de ferrol, los conceptos entrada y salida se intercambian.


Cuando saco la cámara, como Billy el niño con el revólver, hay veces que me vuelvo creativo.  Cuentan que Billy el niño le hizo un as de picas a uno en el pecho, una vez...


¡Ah!, me olvidaba.  Una de mis tiendas favoritas, la frutería.  Hay días que lleno la nevera prácticamente sólo con lo que les compro...


La tarde se ha puesto magnífica.  Y eso es un buen motivo para disfrutar de ella....


Joer, el tour, que normalmente me lleva media hora larga (y que llegué a hacer en 24:43, como mejor tiempo) ha durado hoy cuatro horas.  Bueno, en el almacén me paré, de tertulia, una horita y media...

En fin, Miño tiene cien rincones más, pero creo que te habrás hecho una buena idea.  Mañana tengo que ir a Betanzos, si la espalda no me pasa factura de la aventura de hoy.  Trataré de capturar otra colección de rincones para que tus dientes rallen el parqué.
Si no vienes, es por que no quieres, por que motivos te sobran...

martes, 26 de julio de 2011

Justificarme un poco...

Que no lo necesito, ya lo sé.  Pero un comentario en mi post del domingo me da para contar media historia, así que lo aprovecharé (Gracias, Daniel, hoy estoy poco inspirado para con la novela...).  

Aviso:  Es un tocho, así que si tienes algo que hacer, hazlo.  Ya volverás, si quieres, otro rato. 
Y si quieres ir a la conclusión, que puedes ir sin leer el post entero, total, ni me enteraré, ni te pierdes la historia de la génesis del mundo,  busca un encabezamiento de párrafo que pone 

PUNTO DE ENLACE...

Tuve (hace 25 años ya, corre el tiempo...) una novia.  Eso no es sorprendente, lo sé (uy, como me voy a enrollar). Tenía una hermana, B., que estudiaba (además y puntualizo además, por que estudiaba, además, Biblioteconomía) Bellas Artes.  Dos carreras en cuatro años, sacó, portento que era.

Tímida y retraída, todo lo contrario que su hermana, me costó intimar (palabra excesiva para lo que fué nuestra relación) por que ni yo le interesaba para nada y a mi me parecía lo que todos conocemos como una rata de biblioteca.  Siempre enterrada entre decenas de libros abiertos, sin vida social apenas, siempre llegaba a comer a los postres y terminaba antes del café para volver a sus libros.  Muy pocas palabras cruzamos en el primer año de mi relación con su hermana.  Amables y correctas, por supuesto.  Nos caímos bien desde el primer momento aunque no supe hasta años más tarde el por qué.  Los dos éramos unos raritos. Con la diferencia que yo sabía disimularlo y llevar una adaptación al entorno real aceptable, cuando tenía que salir de mi burbuja.  Ella, ni quería, ni le interesaba.

Como coincidimos en el tiempo y en el espacio durante casi cuatro años, sucedió que un día del segundo nos encontramos en el comedor de su casa.  Me sorprendió con los auriculares puestos, bailando (cosa que nunca hago en público) y con los ojos anegados en lágrimas de felicidad.  Al verme sorprendido, me detuve y me la quedé mirando como si me hubiese pillado robando galletas del tarro de la abuela, (pero sin sentír vergüenza alguna).  Creía que estaba solo en la casa, pero no. También estaba ella, la imperceptible que había resurgido de entre sus fotocopias de apuntes...

* Debe ser buena, la canción..
* Lo es...

Y sin más justificación se la puse a sonido ambiente primero, con los auriculares después.  Los auriculares son a la música, lo que el sexo con la persona que quieres, al amor.  La canción era el El mar no cesa de Héroes del Silencio.  Puede parecer una canción pop-rock más, lo reconozco.  Hoy en día no mueve de emoción ni un vello de mi cuerpo, pero sige retorciendo las entrañas de muchos recuerdos. Entonces, en un momento en el que estaba enamoradísimo de la mujer de mi vida, a la que cuando tuve, no quise y cuando quise ya no la tenía, esa canción describía perfectamente (a mi modo de ver) el agujero que tenía en el alma.

Besar el vacío, insostenible
la letal desida te amenaza...
Siento, por momentos, la ausencia de ti.
Carente de todo,
disidente de nada, muero por impulsos
de agonizante grillete.
Aprisionado por injustas manos,
miro mil puertas...
Están abiertas a la oscuridad
Están abiertas a la oscuridad....

Méceme con el impulso de tu risa,
arranca mi máscara de tragedia
Y que alente el huracán mis telarañas...

Lo que nos unía es que,con ella no tenía que justificar es comportamiento anormal, de llorar y bailar en solitario. Le trasladé a la historia sin que supiera que era la mía.  Le hablé de la pasión y la profundidad con la que Enrique Ortiz de Landázuri -Bunbury-  (un día tengo que contar como vi morir, apuñalado, a su hermano) interpretaba sus temas, y sobre todo, la mágica compañía que a esa perenne melancolía (la decadencia está prohibida) le daba el bajo de Joaquín Cardiel y como la guitarra de Juan Valdivia te succionaba las lágrimas sin que pudieras resistirte.

 (Si esperas sexo, puedes irte a otro sitio.  No hubo)

Después de escuchar dos veces el solo de guitarra del final de la canción (Pedro Andreu, a la batería, marca los tiempos con una elegancia soberbiamente discreta e implacáblemente hipnótica), entendió lo que le contaba y (también) se emocionó.

(abro paréntesis)

Maradentro tiene que ser un paréntesis necesario (otra canción mítica de cuando me di cuenta que se me escapó lo mejor que nunca conoceré)

Y por fin he encontrado el camino
que ha de guiar mis pasos
y esta noche me espera el amor, en tus labios.  
De cada mirada, por Dios, 
ardía el recuerdo en mi interior
Pero ya he deshechado, por siempre, la fruta podrida
En la prisión del deseo estoy...

Y aunque deba cavar en la tierra
la tumba que se que me espera
Jamás me vió nadie llorar así,
que termine un momento precioso
y le suceda la vulgaridad
Y nadar Mar adentro
y no poder salir
En la prisión del deseo estoy, junto a ti.

Y por fin he encontrado el camino que ha de guiar mis pasos
y esta noche me espera el amor, en tus labios.  
De cada mirada, por Dios, 
ardía el recuerdo en mi interior...
Y nadar Mar adentro
y no querer salir

Escribo Mar con mayúsculas por que ella, claro, se llamaba Mar, igual que la hija de mis padres con la que, tampoco, volveré a hablar nunca.  Pero esto último es culpa suya, no mía.  Y lo primero no puedo arreglarlo.  Lo segundo, ni quiero, ni vale la pena.
(fin del paréntesis)

Se que toda la familia, menos su hermana, se extrañó de la cantidad de palabras (conversación) que empezamos a intercambiar a partir de entonces.  Creo que su madre hasta temió lo peor, un escándalo.  Los raritos estamos por encima de las pasiones carnales.  Yo diría que ni nos interesan como tales..  Preferimos la comunión de espíritus.  Intenté interesarme por la pintura, la escultura y la arquitectura.  Releí los libros de BUP.  Nada.  Fuí a un par de exposiciones.  Nada.  Un día que llegué a su casa (pasaba más horas que en la mía), B. estaba haciendo un trabajo sobre la Venus de Milo.  Su habitación, un caos.  Aparte de la cama por hacer, había una cuarentena de fotos de la estatua y la pila habitual de libros abiertos y fotocopias amontonadas.

(Otro paréntesis)
Tardé en llegar a amar la fotografía por que el padre de las dos hermanas, que descansa en paz, supongo, es uno de los mejores fotógrafos que han existido.  Era el talento puro detrás de una cámara.  Yo, si hago algo, lo hago para hacerlo perfecto, o no lo hago.  Y, a su nivel sabía (y sé) que nunca llegaría.  Por eso no me hice mucho por profundizar en la fotografía (entonces).  Con el tiempo he descubierto que se puede jugar al fútbol sin ser Messi y sentirte orgulloso de lo que haces.  Sólo tienes que hacerlo al máximo de tus posibilidades.  Me costó aprenderlo, pero desde entonces vivo mucho mejor conmigo mismo y con lo que hago.

(cierro paréntesis)

Cuando le pregunté que estaba haciendo, sabía que me metía en un charco.  Su madre me había dicho que llevaba una semana sin salir apenas de la habitación.  Al verme, se le iluminaron (algo) los ojos.  Era su trabajo de fin de carrera (o algo así).  Me explicó que había visto algo en ese cacho de piedra que nadie había visto antes.  Una nueva interpretación de la estatua.  Desde la segunda frase  de lo que me trataba de transmitir, me vi más perdido que la nave de Galáctica en el cuadrante P-13.  Trató de que viera lo que ella veía en la Venus, de la misma manera que le hice ver lo que casi nadie había visto en El mar no cesa. Imposible.  Yo no se fingir.  Ni en una mesa de poker, la verdad.  Me miró (casi) enfurecida y me espetó:

* No lo entiendo.  Con la sensibilidad que tienes para la música.... ¿Como puedes ser tan tocho con esto?

(Nota: entiéndase como tocho: paleto, palurdo, insensible, inculto, o todas juntas)

No lo sé... Lo siento.  El mejor cuadro del mundo, el edificio más imponente o la escultura más imaginativa sólo pueden arrancarme un pobre comentario; Ta bien... ¿no?. No me da para más, por mucho que me esfuerce. Eso nunca me traumatizó.  Sólo puedes añorar lo que conociste.  Lo que no, pues no.  Al contrario que con la música.  Tengo el don de oírla de una manera que la mayoría no puede.  O no sabe.  A mucha gente le enseñé a fijarse en detalles de la música que le pasaban desapercibidos.  Por que le abrí puertas a su percepción que ni sabía que tenía.  Y eso, la gente lo agradece.  Con lo que tiene, que normalmente suele ser agradecimiento.  Que es mucho.

Esa frase lapidaria de B. me acongojó muchos años, haciéndome creer que era un insensible.

* No lo entiendo.  Con la sensibilidad que tienes para la música.... ¿Como puedes ser tan tocho con esto?

No soy un tocho con el arte.  Soy normal.  La gran mayoría de gente no vibra con él.  Y no pasa nada.  Viven (vivimos) la mar de felices. Simplemente no estoy dotado para flipar con el cubismo de Picasso, el Gugenheim me parece... bien y si me regalas el David de Miguel Angel lo venderé para comprar cd´s. Y no por ello voy por la calle mirando al suelo.

PUNTO DE ENLACE

Pues eso, que sigo pensando que puedo aportar un valor añadido a algunas canciones.  No sé por que dejé de hacer posts sobre ellas.  Alguien me dijo una vez, en un torneo :  Yo voy todos los días a tu blog.  Pero cuando pones canciones o escribes sobre música, la verdad, ni lo leoEs que soy de otro estilo

Me parece perfecto que no te guste la música que propongo.  Y te agradezco, enormemente, la sinceridad.  Lo que me fascina es que te interese el resto de lo que escribo, que a mi me parece (siendo generoso) corriente.  Como poco.  Hubo quien me dijo que lo que yo escribía no valía para nada (lo que también me parece perfecto).  Que sólo venía a mi página por el blogrroll.  Para ver lo que escribían los demás.  Manda cojones.  Sinceridad, si.  Pero no seas tan bruto, coño.  Que si lo hago, es con ilusión.  No me adules, de acuerdo, pero no me menosprecies, por favor.... :).  También me han confesado no leer nada de lo que escribo, pero que entran en el blog, le dan al play del reproductor y luego se piran a surfear por la red.  Bueno, al menos coincidimos en gustos musicales. Al final, debe leer lo que escribo el 10% de las visitas...

En fin... Si creo que tengo alguna especie de talento es para con la música. Para con toda.  Para ver belleza donde a otros les pasa desapercibida. Pero no tengo tiempo de escuchar de todo. Ya he discutido eso con mucha gente.  Y he conseguido ceñir mi búsqueda a un delimitado círculo que puedo alimentar sin que se me acumulen los discos pendientes (llegué a tener 300 por escuchar). No pienso salir de ahí.  Me llega para hacer vibrar el alma, que es lo que espero de la música.  Es la mejor droga que hay, sin duda alguna.

Por eso, si vuelvo a descubrir una manera de que una canción pueda hacer sonreír a alguien, o llevar su melancolía con más dignidad.  Una frase que pueda acompañar en un momento de bienestar emocional, o de melancolía (la decadencia esá prohibida en tu mente), o de duda (las mejores). Un grito de rabia escondido en tres palabras, la descripción perfecta de un estallido de amor, lo que sea.... Cualquier sensación que crea que suele escapársele a la mayoría, lo haré.  Lo volveré a hacer.  Y si el post no sirve para que nadie (más) pueda apreciar esa canción, pues bueno, al menos me lo habré pasado pipa inmersionando en ella...

El objetivo de este blog (al que me incitó Pacocho) era, como reza la leyenda del título, Autopsicoanálisis.  Bueno, hoy me acabo de ahorrar no 100 pavos.  Al menos 300.  Y me han sentado de puta madre....

lunes, 25 de julio de 2011

Sobre los silencios de la prensa

Me enseña un colega un contrato.  Trabaja desde hace un año para una agencia de publicidad y ha conseguido una cuenta de una empresa importante para gestionar 200.000 € en inserciones en dos periódicos de mucha tirada nacional.  Es un contrato corriente (cantidad aparte), excepto en una cláusula que me deja anonadado.

En ella, la empresa firmante se reserva el derecho de cancelar dicho contrato si en alguno de los dos periódicos aparece alguna noticia que ellos consideran que les perjudica.  Hay que decir que la gestión de esa cuenta consiste en ir proponiendo inserciones en esos medios y su importe, para que el anunciante de su visto bueno, que normalmente lo da.  Al final del año pues, se habrán gastado esos 200.000 euros.  Los habrán invertido, que dirán ellos.  Invertido en controlar el periódico, de alguna manera.

Me comenta mi colega que él, al principio, se puso en contacto con los medios para comentarles la cláusula, que a él le parecía un abuso y que estos aceptaron sin rechistar.  Es habitual.

Cojo los ejemplares de esos periódicos de una semana (la hemeroteca de la cervecería no llega a más) y repaso los anuncios de media página o de página entera.  Ahora entiendo por que no publican nada sobre Islandia.

Lo suponía, pero ahora tengo la certeza y puedo descartar la conspiranoia.  La línea editorial de los periódicos no la marcan sus consejos de administración.  La dictan los anunciantes...