sábado, 4 de diciembre de 2010

El Camino de Santiago. Dia 7. Portomarín - Palas de Rei

Los albergues municipales tienen eso, que la diana es, indefectiblemente, con la salida del sol, mas o menos...
Las risas matinales se nos cortan cuando Juanan no encuentra su cartera. Es un putadón, sobre todo por la documentación...


Salimos a la calle con la intención de repasar todos los sitios donde estuvimos ayer por la tarde. El sol sobre la iglesia templaria le confiere un color muy especial a las piedras que la levantan.



La famosa Pilgrim street, donde está el Café Supenedo, donde creíamos que se quedara la cartera. 


Como había dos sitios mas para mirar y no hacía falta que nos quedaramos todos, al terminar el desayuno, fuí ganando ese tiempo que siempre me terminaban sacando más tarde o más temprano.  La vista desde uno de los puentes es para pensar muchas cosas....
Al salir de Portomarín, la primera hora es en una subidita que pone a prueba el cansancio acumulado.  Aguanté bien.


Me adelantaron pronto los compañeros de habitación en Sarria... Lucas hace el doble de trayecto.  Corre hacia adelante unos metros y vuelve hacia atrás.  Corre hacia atras y vuelve.  Es su segundo camino y claro, sin mochila...  Javier me comentó que para la próxima, el can va a llevar sus enseres, a ver como responde...


El Camino discurre bastante rato al lado de la carretera, lo que lo hace algo insípido.  Los pinos sustituyen a los castaños y noviembre no es la época del año más esplendorosa para los pinares...
Es una etapa para volver a colocarse los auriculares. Compré unos por 6 pavos que suenan mejor que algunos que tengo de 30.  Si es que a veces somos algo gilipollas comprando...


El Forgiveness Rock Record, de Broken Social Scene es una mezcla especial.  A ratos recuerdan a Arcade Fire, a ratos a Stereophonics.  Guardo 5 cortes y añado otro cd a la lista de la compra.
La lluvia de los días anteriores hace inútil que laves los pantalones y las botas... ¿pa qué?... 


En Gonzar me atraparon los isleños. La cartera no había aparecido...


En Castromayor hicimos el primer avituallamiento.  Lo habitual; choricito, queso, pan y camino de las estrellas...
Juanan sacó todos los enseres de la mochila y apareció la cartera. en un rinconcito.  Algarabía general.  Ya sabéis quien pagó el desayuno...


Con muchas posibilidades... Le faltaba este slogan para enganchar más...

Jesús puso a secar el porro folar en la secadora, con lo que ahora tenía con que abrigarse pero nada que fumar...  Los mamones imprimían un buen ritmo de piernas, que pude seguir un rato, pero que luego me pasaría factura.


 - E lojo ti... ¿que miras? ¿nunca víches unha vaca, paspán?


A 2 kms. del mesón del Conde de Waldemaar se enciendieron las alarmas.  Bajé marcha, pues los pies empezaron a rugirme.  Ir más despacio permite apreciar mejor el paisaje, ya dije...


Carteles como este acojonan, la verdad.  Cierto es que las condiciones actuales no son las de antaño, pero...


A la velocidad que iba, era difícil tomar mal las curvas, por chungas que fueran...


Llegué a tiempo de pedir la comida con todos.  El menú, espectacular (10 €).  La sopa de huesos ha quedado perennemente archivada en mi memoria...  Con esa magnífica compañía...


Dios los cría y ellos se juntan... Alguien me dió una cita que me vale para este Camino; Los grandes momentos de la vida son con alguien, no con algo...


Se ve que el tal Conde de Waldemar fué un mago muy famoso en su época, hermano de la abuela del actual propietario.  Imagino que el legado familiar vendría de la herencia del prestidigitador, de ahi el agradecimiento al ponerle el nombre al restaurante...


Una vez retomado el camino, no resistí la tentación de hacerme una foto con Ho y las otras coreanas.


Bueno, ni yo, ni nadie...


Foto simpática en el km. 69... Te faltaba poner cara de viciosilla, Juanan...


Frankie Rose suenan muy parecido a The Raveonettes.  Cuatro cortes y otro disco para pagar el Ferrari del Sr. Importcds...
La última paradita en el Mesón A Brea (A prea quedáballe mellor...).  El primero que llega pide para todos, así que cuando llegamos nos encontramos 10 juanantonics sobre la barra. A estas alturas podía seguirles el paso pues aprendí a sacar fotos más rapido que Billy el niño su revólver.  No es la idea de despacio, pero sirve para no perderse, cuando no apetece hacerlo...


El que es agro, es agro y no desentona en el rural.  Un abrasso, Juan Antonio... :)


Apenas una hora después llegamos a Palas de Rei.  Nos acomodamos en el albergue, que tiene su tiempo pero, por 5 €... ¿que más quieres?.  A la entrada del pueblo hay otro más moderno, pero queda poco céntrico.  Y nosotros no estamos para andar mucho después de cenar. 


Ah! se me olvidaba... ¡Encontramos una iglesia abierta!.  Por supuesto, le dedicamos un ratito.  De mesones, bodegas y tabernas podemos escribir un tratado, pero de interiores de iglesia es algo complicado, sin recurir a las guías o a internet.


Cada uno le dedicó el ratito a su manera.  Al salir, hasta tuve una visión. ¿no es ese el joroboado de Notre-Dame?... ¡Milagro, milaaaagroooo!


Ya dijimos que no hacen falta sistemas de comunicación modernos para transmitir recados.  El sistema ancestral del papiro entregado a un mensajero funciona casi siempre...  Giovanni tenía un buen motivo para perderse de sus amigos, pero ellos no lo sabían...


En el albergue le tocaba de nuevo a Sara compartir litera con Jean, el francés, el tenor de los ronquidos.  Me ofrecí voluntario para cambiarle la cama.  Con los auriculares puestos, no me entero de nada.
El botiquín del francés deja al mío como una bolsa de desayuno de un colegial... Fui a por otro tubo de Radio-salil a la farmacia.  Probé los masajes con alcohol de romero, que no va mal, pero prefiero la química moderna para mis dolores musculares.  Pusimos una lavadora colectiva y nos fuimos a cenar.


Durante la misma, se nos ocurren algunas ideas para hacer negocio en el Camino.  Una disco-movil, por ejemplo.  Yo, es que a la gente del albergue, la veo con ganas de bailar...
La tarta de galleta con chocolate, absolutamente mística.


Del nombre del sitio no me acuerdo, pero estaba saliendo del albergue, a mano derecha, gestionado por este simpático señor, un saco de anécdotas del Camino y la gente que ha visto durante muchísimos años.


Se nos volvió a pasar la hora de cierre del albergue, pero teníamos un contactillo dentro que nos abrió la puerta.  Mantuvimos una animada tertulia en el comedor un ratito y luego, a dormir.  Ni me enteré de los ronquidos de Jean...


Me guardé este bonito souvenir.  Una estrella Xacobeo special edition...


Total gasto del día: 47 €, incluyendo el Radio-salil.  Acumulado: 277 €.

Para descargar todas las fotos del día (96, 419 Mb), pinchar en el siguiente enlace.

viernes, 3 de diciembre de 2010

El Camino de Santiago. Dia 6. Sarria - Portomarín

Me levanté tardecito.  Creo que no estoy preparado para hacer el Camino en verano, con la vorágine de gente pugnando por salir cuanto antes para ser los primeros en pillar un sitio en el albergue de fin de etapa.  Cada vez estoy más convencido de que el Camino es para hacerlo lo más despacio posible.  Si vas deprisa, te pierdes el paisaje.  El de la naturaleza y el humano.
En el albergue dormimos cuatro.  Bueno, cinco.  Lucas también nos hizo compañía.  La verdad es que es mejor dormir con bichos como él antes que con la habitual sinfónica del ronquido que te sueles encontrar.  Con nosotros también durmió una australiana que se maquilló todita (media hora) antes de salir.  ¿Cuànto tardará en arreglarse para fin de año?


Antes de salir, un buen bocata de tortilla de patatas, con sus rodajitas de tomate (el concepto "untar el pan" aún no ha llegado a Sarria) y, sobre las 10 y cuarto de la mañana, me puse en marcha.  Compré una pequeña guía plastificada.  Lo de haber venido sin una guía medio decente no fué una decisión de personas listas.  Y yo no soy De La Cuadra Salcedo, ni mucho menos, así que, anotado; para la próxima vez, ir con una buena guía.


Sarria pronto quedó atrás.  Las dos primeras horas de pateo las hice bajo una intensa lluvia.  Nueva bendición a la inversión hecha en el equipo.  La chaqueta es una maravilla que se seca en un santiamén y evita que te llegue al cuerpo ni frío, ni agua, ni viento.


Con la salida del sol, la luz invita a sacar las primeras fotografías del día.  Y el olor a tierra mojada es de mis favoritos...



El trípode podría ser importante, pero no imprescindible.  Siempre encuentras a alguien que te haga una foto...


Este quizá fué el día en que mas notitas tomé.  Pero la mayoría son personales.  No descarto darles cuerpo un día de estos, pero si sigo el orden cronológico con que las fuí transcribiendo de la cabeza a la libreta, no son más que un caos inconexo.  Pero creo que se convertirán en un interesante puzzle vital sobre el que hay que trabajar.  Tengo tiempo para ello, ahora.


¿Hablamos de ir despacio para poder disfrutar de los detalles pequeños? Tenía que haberlo grabado en vídeo, para poder deleitarnos con el sonido...


Si quieres, puedes encontrar infinidad de metáforas visuales a lo largo de cada etapa...


Montones de ellas...


En la primera taberna me encontré con los titos y con Ana.  A ellos se habían sumado Jose y Germán, que harían el camino desde Sarria, suficiente para obtener la compostelana.  Salieron las anécdotas de caerse de la cama del albergue.  Según la australiana, la noche pasada me caí y dormí un par de horas sobre el confortable parqué.  No lo descarto, aunque me desperté en la cama. pero voy a darle credibilidad a la guiri. Estoy acostumbrado a un colchón de 150*200 para mi solito y estas camas de 80 se me quedan en nada.  Me queda la duda de si me levantaría amorosamente la mujer y luego no me quiso decir nada... 
Avi supera esa caída con una que tuvo en el albergue de Santander, desde la tercera altura de la litera.  Él si que se dió cuenta...


Salí antes que ellos, pues ya sabía que me iban a adelantar. Dionisio, un lugareño, me ofreció nueces, avellanas y caramelos.  Me pidó una plegaria por él y su mujer, Castora, al llegar a Santiago haga .  Se lo prometí.  Ya estaba obligado a entrar en La Catedral, cosa que no tenía intención de hacer.  Ya la he visto.
Como dije, sabía que me iban a pillar.  Ana le impone buen ritmo a sus piernas.


Aunque también sabe pararse a capturar detalles.


Pero no tanto como el menda y volví a quedarme atrás...



Hacer el Camino con niños me parece una buena lección sobre la naturaleza.  Al menos podrán saber de donde viene el Mac Pollo...


Creo que la Magia del Camino se produce por la suma de energías de tanta gente que pasa por el mismo sitio con buenos propósitos.  Esa suma de energías tiene que dejar un poso que impregna a los que van pasando posteriormente.  No es difícil percibirla si vas con el espíritu suficientemente abierto.
En el siguiente stop and go volví a atraparles.  En la credencial de Peregrino sólo teníamos sellos de tabernas y de albergues.  Mas que nada por que la gran mayoría de iglesias están cerradas.


Esto es un café con leche y no las menudencias que sirven en la capital... (Bueno, esto son dos cafés con leche...)


El tipo iba con un palo y un ipod, recording sounds of the Way.  Grabando sonidos del Camino, vamos.  Frikis y gente rara, se encuentran unos cuantos, la verdad.  Yo el primero, vamos...


Seguimos un ratito más.  La intención era comer en casa del sinsangre, donde iban a parar los isleños.


Sin prisa, eso si.  Dijimos disfrutar de los detalles.



Y de las metáforas visuales...


En Casa Cruceiro, en Ferreiros, atrapamos a los de Isla Cristina, que ya habían terminado de comer.  A ellos se les había sumado Gemma, de Madrid, otro encanto de persona. Dios nos cría y nosotros nos juntamos...



Menú del peregrino: Caldo gallego (espectacular) y filete.  Sin postres, que se nos echaba el día encima. La comida es buena, pero la dinámica del servicio no es todo lo ágil que se espera.  Para estar detrás de una barra hay que tener alegría, murmura alguien. Para estar detrás de una barra sólo hay que comprarse un bar, pienso.
Los isleños me comentaron que habían podido visitar una iglesia, la de Barbadelo, de arquitectura románica, S.XII.  El cura, un profesional, estaba al borde del camino, invitando a los peregrinos que quisieran entrar en ella y se la abría.  Muy profesional, como pocos.  Nosotros no lo vimos, si no, fijo que vamos.
Después de llenar el depósito y cambiar el forro de los neumáticos, proseguimos la marcha.

Por muy dura que sea una etapa, siempre hay alguien que echa un cable.


Pregúntale a la señora por su stress...


Seguí encontrando infinidad de rinconcitos para contemplar pausadamente unos minutos...


La lluvia de la mañana puso el camino algo complicado en algunos tramos...


Pero pronto apareció Portomarín a lo lejos.  La vista del destino alivia el cansancio de las piernas.


Pero no debes concentrarte en él, pues te perderás lo que te queda de etapa...


Encontramos unas cuantas cruces artesanales.  Siempre quise pensar que no eran de peregrinos cuyo Camino terminó ahi.


Tampoco es difícil sacarse unas perrillas, si eres algo manitas...



Conforme la tarde iba cayendo, costaba cada vez más mover las piernas...


Portomarín seguía ahi, pero, por momentos, parecía no acercarse lo suficientemente deprisa...


Fuimos testigos de un arrebato de pasión...


Entre... dos vacas... Ahi un primer plano de la salida. Esa vaaaaca enamoraaaada de la vacaaaaaa...


Llegar a destino al anochecer no es, para nada, mala idea.  Los atardeceres de campo expanden el espíritu y todos los sentidos.



Por fin, el puente de entrada al pueblo...


La impresionante iglesia templaria, antes de una ducha y el consabido ritual de untarse de cremita. Yo me doy cremitaaaa, yo me doy cremitaaaaa....


Y reunirnos delante de una barra para remojar la jornada.  Frase de Sara: "Menos mal que os he encontrado.  Imagina que me junto con gente normal". Me lo sigo tomando como un cumplido, cariño...
Algunos, en su cuarta etapa, hicieron cambio de calzoncillos.  Ya llevan las cuatro posiciones posibles... Sip... prefiero, por lo que pesan y ocupan, llevar unos cuantos y lavarlos de vez en cuando y no esperar al final del trayecto...
En Café Supenedo nos dieron un estupendo clincic gratuito de destilación de orujo.  El de Portomarín pasa por ser el mejor de Galicia.  Y el de Galicia el mejor a nivel mundial, así que probamos el que, probablemente, es el mejor orujo del mundo mundial.


Pregunta de barra: Un albergue que es la polla... ¿es un alverga?... Nivelazo... (sip)
Ese día también pasará como en el que Juanan quedó bautizado como Caracolítico. El mote se lo endiñó Kitty (Sara), al respecto de un ácido para verrugas, o algo así....
La noche de Portomarín se puso fría, fría, mientras buscábamos un sitio para cenar.


Las agujetas en los abdominales eran lógicas, dadas las jartás de reír que nos pegamos.  Ahí, Quique prestigiando al vino de la casa, antes de que Juan Antonio nos sacara las enésimas risas con los chistes del elefante (¿Estas tonto, tú, o qué?) y de zuperman... ¡que grande!


Sara aguantando el paquete abdominal, para que no se desmontara...


Al final, coincidimos los tres grupos, más Javier, el colega  y Lucas (nenos, mandádme un mail, que perdí el vuestro en la libretita pequeña)


Tertulia de las buenas, con las consabidas anécdotas sobre albergues y ronquidos (como cuando toda una habitación de ocho se fué con los colchones al pasillo, dado el potencial decibélico de un bello durmiente) y de frases lapidarias (oído a un lugareño: "Yo mantuve a una ex-mujer y a un barman") y a dormir, después de entrar por una ventana del albergue.  Es importante contar con un infiltrado que te abra después de la hora de cierre...
El cartel a la salida del bar me parece un slogan buenísimo.  Y el Camino, el peor sitio del mundo para aquel que quiera hacer una cura de desintoxicación alcohólica...

 

Total gasto del día: 49 €.  Acumulado:  230 €

Para descargar todas las fotos del día (166, 539 MB), pinchar en el siguiente enlace.