Tengo una amiga cuyos médicos de Coruña no han hilado muy fino con ella, los últimos seis años (por ser benévolo con el diagnóstico). Después de cinco operaciones, aún querían volverla a abrir, por precacución (así le llaman los titulados en medicina a la suma de acojone+ignorancia).
Ella, lejos de rendirse, muy lejos, se ha ido a buscar una segunda opinión al Clínico en Barcelona. Allí ha tenido la suerte de encontrar un médico. Un profesional de esos que aún mira a los ojos cuando te pregunta. Con suerte no habrá que hacer nada. En algún caso, una cirugía menor, externa y con láser. En el peor de los casos, una cirugía externa de poca consideración. Una menudencia, después de lo que ha pasado.
La paciencia tiene premio. La persistencia tiene premio. El amor tiene premio. La suma de las tres tiene premio gordo.
Estoy muy contento por ella, mucho, y por mi, por tenerla como amiga. Es un gran ejemplo de como hay que tomarse las cosas, aún en el peor de los casos. Si con lo que le está tocando pasar lleva la existencia de una forma tan genial, el día que esté recuperada del todo nos avasallará con su energía y optimismo. Y ese día ya no está tan lejos, lo sé.
Esto me recuerda que el poker es como la vida misma. En la vida hay grandes personas, personajillos, mindundis y cagamandurrias. En el poker sucede lo mismo. Que está lleno de lloricas. Cuando las cosas vienen de cara, la mayoría sabe llevarlo mas o menos bien. Los buenos de verdad se forjan cuando la adversidad se instala en nuestro devenir por un período mas largo de lo que quisiéramos.
Ella, lejos de rendirse, muy lejos, se ha ido a buscar una segunda opinión al Clínico en Barcelona. Allí ha tenido la suerte de encontrar un médico. Un profesional de esos que aún mira a los ojos cuando te pregunta. Con suerte no habrá que hacer nada. En algún caso, una cirugía menor, externa y con láser. En el peor de los casos, una cirugía externa de poca consideración. Una menudencia, después de lo que ha pasado.
La paciencia tiene premio. La persistencia tiene premio. El amor tiene premio. La suma de las tres tiene premio gordo.
Estoy muy contento por ella, mucho, y por mi, por tenerla como amiga. Es un gran ejemplo de como hay que tomarse las cosas, aún en el peor de los casos. Si con lo que le está tocando pasar lleva la existencia de una forma tan genial, el día que esté recuperada del todo nos avasallará con su energía y optimismo. Y ese día ya no está tan lejos, lo sé.
Esto me recuerda que el poker es como la vida misma. En la vida hay grandes personas, personajillos, mindundis y cagamandurrias. En el poker sucede lo mismo. Que está lleno de lloricas. Cuando las cosas vienen de cara, la mayoría sabe llevarlo mas o menos bien. Los buenos de verdad se forjan cuando la adversidad se instala en nuestro devenir por un período mas largo de lo que quisiéramos.