Me presenté a las diez y poco de la noche, horario intersemanal. Me dicen que abren puertas a las 12, como todos los viernes y sábados de concierto. Bueno... Me voy al Penique y le echo una mano a Charlie en adecentar el piso superior para el partido de fútbol. Vuelvo cinco minutos antes de que salte al escenario lo mejor del pop en español.
Soltar la mejor, de primera, Simulacro de emergencia, me pilla algo frío. Pero con que pronto se van los años y que largo es el camino, si hay una salida, seguro que no es por aqui, empiezo a transpirar dopamina. Dentro del cuerpo ya no me cabe más. Belly flota sobre los teclados. Flechazo instantaneo. Siempre tuve mucha debilidad por las mujeres que hacen música... Dorian ha tardado 50 segundos en enganchar a las 300 personas que debe haber...
Luego,
Verte amanecer (
llevaba tanto tiempo buscándome, que me perdí sin querer...).
Veleros (pasé mucho tiempo buscando el cielo en los charcos). Las cuatro primeras, sin pausa ni para secarse los ojos...
Tan lejos de ti (no quiero volver a sentir que son demonios mis deseos, que estoy viviendo por que si, que tiembla el aire entre mis dedos).
En ese momento maldigo haber ido solo al concierto. Este es de esos que, con alguien adecuado al lado, el éxtasis es completo.
Veo a Belly, disfrutando. Vuelvo a enamorarme, otra vez
¿que quieres?
Paraísos artificiales queda encadenada a una brutal versión reprised (que DEBEN editar) de Corta el aire. Retrocedo hasta el fondo. La puerta del Playa está abierta y se ven las olas de Riazor. Me asomo fuera. Corta el aire del Atlántico... De la vida que soñamos, aún nos queda lo mejor...
Ya tengo todas las fotos que quería. Suena Mas problemas (Y hoy me siento tan débil que te daría mil besos). El primer coro generalizado ahoga la voz de Marc. (He-eee-e).
Te echamos de menos (Y en el fondo nunca supe como despedirme).
La noche espiral. Tengo que recuperarla, pues, en su día, la descarté (Todo lo que odié hoy me hace reir).
El grupo presenta un directo espectacular, a pesar de la acústica de la sala. Hay un par de metros cuadrados, seis metros delante de la cabina del DJ donde suena mas que aceptablemente. No me muevo de ahí. Por si alguien se distrae, Marc lanza contínuas arengas al público que tienen rapidísima respuesta. Perfecto maridaje...
Con Cualquier otra parte, se desata el primer apoteosis (Quiero que vengas conmigo, a cualquier otra parte).
Con La tormenta de arena, el segundo zénit... (Me buscarás en el infierno, porque soy igual que tú). El estribillo coreado por casi todos, vuelve a tapar al vocalista... (Todo lo que siento por ti, sólo podría decirlo asi).
Paran, preparando los bises.
Al final de la escapada... (Dicen que tu yo, vamos perdidos)
Solar... (Jugaré en las venas del viento, será finito y tan sencillo, sobre el mar)
¿Tenéis ganas de más, o nos podemos ir? pregunta Marc. Ni en broma...
Cierran con Las malas semillas, el último orgasmo. Y os bebisteis el tiempo y no os dejásteis escapar, y os perdisteis en la noche y no supiste regresar...
Diez minutos después de acabar, salen para firmar discos. No tienen camisetas XL, cajonacona. Ni L, por si me sentía optimista.
Aprovecho para regalarles una copia de la sesión que me curré. 16 temas de Dorian, nonstop.
Absolutamente pagado. Espero que les guste. La historia de la sesión la cuento en otro post y la cuelgo, si me dan permiso.
Aún tengo tiempo de conocer a un par de chicas la mar de majas, que tienen un blog,
Humanoidemagazine. Vamos a tomar la penúltima al
Soho, donde coincidimos con Marc. Luego me acompañan al Casino, a ver el final del torneo.
Que quieres, noche perfecta...