El vino es un lujo en USA. En el buffet del Wynn´s vale 14$ un vasito de vino blanco para acompañar las patas de cangrejo. Creo que fué en el Hard Rock donde Perico pidió si tenían Ribera del Mississipi. Camarero perplejo, obviamente.
En Las Vegas es muy fácil enamorarse seis veces por día. Camareras de casino y turistas en busca de desenfreno son las candidatas ideales. Uno tiene que ir bien mentalizado de casa para volver sin pasar por una capilla de bodas rápidas.
Que gracia la señora funcionaria que me confiscó un mechero en forma de pene de goma, al salir del aeropuerto McCarran. Después de decirme que era "asqueroso" me preguntó como se abría. Se lo explico, lo abre y se queda boquiabierta, fusilándome con la mirada. El mechero vibraba... (juas, aún me muerdo la lengua). Me dijo que no lo iba a pasar, que los "torch lighters" no estaban permitidos en un avión y que se lo tenía que quedar. Mi sonrisita de "si claro, lo entiendo" no le gustó demasiado. Menos mal que era para salir. Si es al revés, no entro. Y la abuelita se quedó el mechero-vibrador. Que le aproveche. En lugar de mandarlos con el inserso, en el país del progreso los tienen trabajando hasta que la palman.
Los estadounidenses son muy cuadriculados con las normas. Y la atención al público no es su fuerte. Y no dudarán en demostrar cual es SU parcela de poder. Hasta una simple recepcionista aprovechará su oportunidad de explicarte que allí manda ella. Hay que estar atentos a los carteles que regulan las colas y a los de las ventanillas. Si en su cartelito pone "Check out", aunque se esté rascando el higo no te va a hacer una copia de la llave de la habitación.
La idea de hacernos un tatuaje del desafío planeó durante los 10 días. Al final, nasti de plasti. No me parecía mala idea.
"Quiero salir ya de este infierno". Tizona en el hall de la planta 14, el último día. Alvarito no es de deportes de riesgo. Y estuvo practicando diez días uno de los mas riscky. Dormir con Mena...
Dialogo oído en el aeropuerto de Philadelphia entre dos miembros del equipo:
Vacililla 1: Tu cara me suena...
Vacililla 2: Eso será por que eres un pajillero.
Vacililla 1: ¿.....?
Vacililla 2: Es que soy actor porno....
Al llegar a Barajas tuvimos que cambiar el chip. Resulta que las mocitas entienden perfectamente las burradas que les sueltas.
Y pocas cosas hay como la primera tortilla de patatas que te comes al llegar a Hispania. Y ya no te digo nada de la primera chuleta con un vino de Toro (o de Rioja, o Ribera del Duero, o...). Realmente no se come nada bien en Las Vegas.