Se conoce como gerrymandering a la manipulación de los distritos electorales para conseguir diluir el impacto de los votos del rival para conseguir más delegados con bastantes menos votos.
Me flipaba como el presunto ejemplo supremo de democracia podía no tener un sistema de votación rápido y moderno, al estilo de Estonia. La explicación es que si así fuera, no se podría manipular.
Las elecciones de Estados Unidos son el paradigma de una antesala donde los millonarios y las corporaciones juegan sus bazas para el reparto del pastel.
El 60% de los votantes deposita una papeleta, si, pero nunca optarán, ni de lejos, al sueño americano. Sólo tienen el 5% de la riqueza del país. Y ese es el modelo que se tarta de imitar en la mayoría de países.
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