El periodismo auténtico consiste en contar lo que no se publica en los medios generalistas, dedicados a la propaganda de sus dueños.
Una figura del periodismo que ha desaparecido es la de corresponsal de guerra. Desde Irak, sólo existe la versión oficial del conflicto, ya editada para TV, la del agresor. Del punto de vista del agredido apenas se muestran retales escogidos.
En esa versión, las historias de la gente corriente no tienen cabida, sólo se cuenta la vertiente geopolítica. Propaganda.
Cuando esas personas huyen de la guerra y del hambre y terminan en nuestro país desconocemos su periplo, lo que dificulta la empatía con su angustia.
De la falta de empatía al rechazo hay un paso, una línea muy fácil de cruzar con la debida dosis de propaganda
En la foto, para el que quiera comprar el libro, que está en otras plataformas, también nacionales.
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