Soltando lastre

Como cambian algunos cuentos.  Este año ha sido movidito, la verdad.  Si miro como estaba en mayo y como estoy ahora, casi que no me reconozco.

En septiembre del año pasado, cuando la báscula llegó a marcar 98.8 kgs, decidí perder 20.  Sin prisas, sin demasiadas privaciones.  Comiendo de todo lo que me gusta, pero imponiéndome la rutina de 5 comidas al día, masticar despacio y saborear los alimentos.  Te rojo por un tubo y bastante ejercicio.  Listos.  Y si hay una fiesta, ya sea nocturna o gastronómica, me apunto.  No tan a menudo como antaño, pero tampoco vivo en plan monasterio.  No hay ningún exceso que no se queme en una piscina o sobre una bicicleta.

14 meses después he conseguido bajar un par de veces de 80, hasta 79.6.  Ahora mismo marca 80.3.  Estos dos últimos kilos están costando a dolor, pero caeran antes de que termine el año, por mis abdominales lo juro...

Tampoco forma ya parte de mi vida una muñequita listilla que conocí en febrero.  Los hombres, cuando nos enamoramos, nos volvemos algo idiotas.  Bueno, bastante idiotas. Hoy en día, no es complicado saber lo que sucede a distancia, así que fuí juntando algunas evidencias desagradables y la razón terminó por sustituir a la oxitocina.  De jugar al poker he aprendido a tomar decisiones correctas con información incompleta.  Por dolorosas que sean.  Six feet down, in six weeks time, the mess you left will end, como decía la canción.  Así fué, tras seis meses de relación.  Es curioso... Si cuando vives en la mentira eres feliz y cuando entras en contacto con la verdad ya no... ¿no sería mejor vivir en la mentira?.  No.  La verdad siempre termina por aflorar, indefectible y lamentablemente.  Alguien habrá aprendido que a una oveja la puedes esquilar las veces que quieras, pero si la despellejas o tratas de hacerlo y se da cuenta, será la última vez.

Otro enorme lastre que me he quitado de encima era un trabajo estupendo (hasta el año pasado) que se había convertido en una tortura mal pagada.  Increíbles políticas retributivas se están aplicando hoy en las multinacionales, aprovechando la multitud de gente que está sin trabajo.  Para mí, es un error enorme.  La prueba es que en mi equipo habrán ahorrado unos 22.000 en comisiones, pero han perdido unos 180.000 en volumen de negocio.  Aún así, el títere del psicópata y el mismo psicópata probablemente cobren su jugoso bonus anual.  Por el camino, cuatro Jefes de Venta eliminados para justificar malos resultados.  De ocho que había  Todos no podemos ser malos, creo yo.  Dejo atrás dos años con la mejor cobertura de ventas de España.  Y este año ibamos terceros, con las armas de mierda que teníamos para vender y con la ridícula tabla de variables que nos impusieron., un auténtico insulto a la inteligencia.  Aún asi, en la calle...Ya veremos como les termina el cuento...

La tensión que se generó con la Dirección de mi curro hizo que no posteara demasiado en este blog, más que nada para no dar pistas y que si me echaban, que era lo que quería, dada la situación insostenible que teníamos, tuvieran que apoquinarme la correspondiente indemnización, al menos para compensar la pasta que me han chuleado el último año y poco.

Ahora soy un parado más.  Pero un parado feliz y tranquilo.  Con todo el tiempo del mundo para mí.  A no ser que aparezca un trabajazo, me tomaré un tiempo largo de descanso.  Un año, si puedo.  Este Stop & go será bastante Stop, lo que no quiere decir que vaya a estar inactivo.  Tengo varios proyectos que tenía aparcados por falta de tiempo.  Mira por dónde, ahora me puedo poner con ellos.

Como en todos los cambios convulsos siempre quedan residuos negativos, he decidido hacer el Camino de Santiago como terapia de limpieza mental.  El miércoles me voy hasta Ponferrada con la mochila y allí ya veremos que sucede.  He hablado con varias personas que lo hicieron  en momentos complicados de su vida y a todo el mundo le fué bien.  Bueno, pues a probarlo.  Si no lo hago, no sé si me puede venir bien para terminar de encontrarme de pu-ta ma-dre, que es lo que me merezco...