Este mes traté de organizar mi ciclotimia, pero no salió demasiado bien. Ya sé, lo hablamos a menudo; se puede fluir, pero no nadar contracorriente. Aún así quise intentar que no me coincidiera el pico bajo con el fin de mes, pero exprimí demasiado el subidón. El resultado es más lluvia en el alma que en la calle, que ya es un decir, estos días.
No deberían afectarme los aniversarios, nunca les dí importancia. Pero estos dos de marzo, el tuyo y el de Maribel, me cuesta pasarlos. Probablemente porque viendo la cantidad de malnacidos que siguen respirando un aire que no merecen, me sigue pareciendo muy injusto que dos personas como vosotras, con esa alegría inacabable, a pesar de lo que se pudiera torcer el Camino, ya no estéis entre nosotros. Físicamente, claro.