miércoles, 8 de diciembre de 2010

El Camino de Santiago. Dia 10. Santiago

Como ya conté en el post anterior, el viernes amanecí crucificado..  Por las agujetas y por la postura; los brazos en cruz, en medio de la cama.  Estuve varios días que no podría dormir de otra forma. Tenía los hombros tan cargados que si me colocaba en otra posición, se me dormian los brazos.  Me estuvo bien, por animal.  Las cosas tienen un ritmo y hay que saber leerlo.  Tratar de ir por encima de él, sólo sirve para que termines jodido de alguna manera.  Eso, si no te rompes.  Romperme, no me rompí, pero fué de milagro.
Así que después de una ducha caliente, repasando con el intenso chorro de agua caliente toda la musculatura posible, me unté bien untadito de Radio-salil, acabando el tercer (¿o cuarto?) tubo del Camino.
Desayuné como un marqués.  Despacio, saboreando.  Leí dos periódicos, para  saber como estaba el mundo.  No muy bien, como siempre.  Me tomé dos pastillas de voltaren y dos sobres de Espidifen.  El Espidifen no es útil solamente para las resacas.  También sirve para los dolores musculares.
Tenía la Catedral a cinco minutos, así que tardé poco en llegar.

La verdad es que no sentí ninguna emoción especial, al contrario que la noche anterior.  Ya he estado muchas veces frente a La Catedral (y dentro, detrás, debajo y encima), con lo que no era una estampa novedosa.  Y ese día sabía que iba a llegar (vamos, 500 mts...), al contrario que el anterior.
Técnicamente, ese es el final del Camino.  En la práctica, debería ser el principio.  El verdadero Camino empieza cuando lo terminas.  Creo que es imposible pasar una semana, o más, andando y que no te sirva para nada.  Si no eres perfecto,  y no conozco a nadie que lo sea, te habrás dado cuenta que hay algunos comportamientos y actitudes tuyas que no son todo lo correctos que deberían ser.  Pero bueno, una cosa es que te des cuenta y otra, muy diferente, es que hagas algo para modificar esas conductas.  Siembra un pensamiento y recogerás una acción.  Siembra una acción y recogerás un hábito.  Dicen que las personas no cambian.  No cambian, si no quieren.  Si quieren, si pueden hacerlo.
Esta es una de mis fotos favoritas del Camino.  Por que es una metáfora visual muy buena.


Y bueno, ese era yo...  Lo malo de pedir que te hagan fotos es que no las toman en la perspectiva que tu quisieras.  Anotado para otra vez:  llevar un trípode, aunque sea pequeño.

Entré en la Catedral por que le había prometido al paisano del cuarto o quinto día una plegaria al Apóstol por él y por su señora.  No creo que gane un premio de plegarias, la verdad, pero la hice de corazón.  Se lo prometí y así cumplí.  La palabra dada es sagrada.  
Al salir intenté volver a tomar la fotografía, pero ni la luz, ni el edificio anexo, en obras, me dejaron.  Ya caerá otro día...
Dejé mi mochila en la consigna (2€) y fui a recoger mi Compostelana.  Me acordé de poner "Motivos religiosos y otros" en el impreso.  Si no, no te la dan.  Esta era la primera vez y ésta la guardaré.  Para futuras ocasiones, me vale con conservar la credencial de peregrino con sus sellos.


Tenía una horita larga hasta que me vinieran a recoger (nunca mejor dicho) e intenté pasear algo por el casco antiguo, pero nada de nada, el cuerpo ya no me daba para más, así que me aposenté en la Casa das Crechas, uno de mis loccales favoritos de Santiago y me dispuse a esperar, entre té y té.
Una vez llegó el coche-escoba (debería ser, mejor, el coche-aspiradora), aproveché para tomar un par de fotos más, con el fin de inmortalizar el momento.


Esta toma es mejor que la anterior...


Y por supuesto, ésta foto no podía faltar.  Sin dolor no hay gloria.  Me acordé de Fran y de Josué, antiguos compañeros de trabajo.  Esa camiseta nos la compramos después de sufrir como perras para conseguir un contrato de más de 100 millones de pesetas (630.000 euros) para una banda de desagradecidos.  Ninguno de los tres estamos ya allí, con todo lo que dimos... Bueno, Fran sigue ahí, pero no creo que por mucho tiempo. En fin.  El tiempo pondrá a todo el mundo en su sitio, supongo.

Sigo pensando que es un error llegar a Santiago por la mañana. Es mejor al atardecer.  El sol le da a la fachada de la Catedral de llenoy las fotos de la misma ganan en impacto visual.  Estas dos estan sacadas de  mi archivo personal.  Ya me diréis si no hay diferencia.
Si quieres ir a la misa del peregrino, vas al día siguiente y listos....



Después, nos encaminamos hacia casa, en Miño.  Creo que paramos a comer, pero no me acuerdo demasiado bien.
Hablé con un par de colegas del poker, a ver si alguno iba hacia La Toja en coche, pero no hubo suerte.  Había una super-alerta por temporal y no me apetecía demasiado bajar en moto hasta O Grove.
Bueno, que remedio.  Preparé la bolsa de viaje de la moto y me acosté para una siestecita reparadora de un par de horas.
Al despertar, sobre las siete de la tarde, el cuerpo me temblaba todo.  Tenía menos fuerza que un dibujo animado.  Encima, al abrir la ventana de la cocina, me golpeó la cara el intenso viento y la lluvia que caían.  Joer, una cosa es que te pille la lluvia durante el trayecto y otra, muy diferente, salir con ese temporal, con 180 kiómetros por delante.  Tengo un equipo bueno para ir en moto a pesar de las inclemencias del tiempo, pero ni mi cuerpo ni mi cabeza estaban en las mejores condiciones, así que era una locura salir.  Y esta vez si supe leer la señal y me quedé en casa, renunciando a la entrada del torneo y sonriendo por la lección que me daba la vida.; Mira que te avisé de todas las formas posibles.  Oíste, pero no quisiste escuchar.  Pues hala, a joderse...
Total, que hice un sobreesfuerzo estúpido para nada.  Y para perderme un día y medio o más con toda la gente estupenda con la que habíamos hecho grupo, casi familia.  Bueno, una para ver y aprender, dicen...

Total gasto del día: 26 €, acumulado: 452 €.  Eso da una media de 45 € por día., 47 si incluyo el billete de autobús de ida.  No me negaréis que es barato.  Y se puede hacer por mucho menos.  Creo que, si te lo propones, podrías pasar con 35 € diarios sin pasar penurias ni tener que hacerte la comida.  Se puede hacer con menos, pero ahí ya tiene que entrar la vena rata.

Hay pocas fotos de este día, pero si alguien quiere descargarlas, sólo tiene que usar el siguiente enlace.

11 comentarios:

MegTuning dijo...

Que nombre te ponen? Albertum y a mamarla, no? Muy bien lo de acordarte, eso de ir y decir por diversion y quedarte sin nada despues de tropecientos km es una sobrada que alguno de mis colegas en su momento hizo y todavia se arrepienten...

Albert Tortajada dijo...

Ioannum Albertum... Imagina, con ese nombre, en la época romana no me iba a comer una rosca...

MegTuning dijo...

Que eso no es nuestro nombre ni de coña... yo soy Josefum Javierum... Y Jesucristo entonces era Jesusum? Donde viene eso en la Biblia no me jodas... estaban vagos y dijeron todo acabado en um y a rañala... xD

Unknown dijo...

Tío, grandes relatos. Por eso te puse ayer lo de la ansiedad. Hubo momentos en que me dolían las piernas a mí.
¿No has conocido a nadie perfecto? ¿Y yo qué?

Albert Tortajada dijo...

Que me llamen como quieran. Ni caso..

Perico... ..... ....


....

....

Juaaaaaaaaaaaaas....

syrah dijo...

Muy buenos relatos.

En Ezequiel cogí la tajada del camino, con un inglés y un australiano que no habían comido pulpo en su vida. Al día siguiente no querían ni hablarme.

La última etapa es una barbaridad, casi 40 km. Por cierto, creo que la Misa del Peregrino también es por las tardes.

Saludos.

Albert Tortajada dijo...

Gracias, Syrah....

¿Conoces a alguien que no haya agarrado al menos una taja gorda en el camino?

Y si, lo que hice en la última etapa es una estupidez de las gordas, gordas...

jose javier dijo...

Preciosa la historia de tu camino. Enhorabuena

Albert Tortajada dijo...

Estuvo bien, la experiencia, la verdad...

Anónimo dijo...

Y no te animaste a redondear la mística quemando la camiseta en finisterre? Es sólo un poco más de andar... Y ya puestos, aprovechando el piñón fijo... (:

Albert Tortajada dijo...

Ya lo pensé, la verdad...
Y una vez en Finisterre, ir nadando hasta Miño, mochila incluída, para desmitificar eso de "A Costa da Morte". Pero lo dejé para otra vez... :)