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miércoles, 18 de agosto de 2021

Visibilizar la oscuridad

Soy una víctima del Covid. No he muerto ni tengo secuelas físicas. Ni siquiera he padecido la enfermedad. Pero su paso ha arrasado con la arquitectura de mi existencia con unas consecuencias aún incuantificables. He escrito "víctima" sin intención alguna de victimizarme. He escrito "víctima" para interiorizarlo sin vergüenza y para que, visibilizándolo, los miles de personas que están como yo puedan pronunciar la palabra en el mismo tono y volumen que el resto de la frase, sin tener que bajar los ojos.

Antes de la pandemia se suicidaban en España 10 personas al día. Al final del año, son más del doble que los muertos en accidentes de tráfico. 50 veces más que las víctimas de violencia de género, sin competir ni con la imaginación en los medios de comunicación. Antes del Covid ya era la pandemia silenciada, 1 millón de personas al año.


martes, 11 de junio de 2013

El Camino del Norte. Día 7. Markina-Xemein - Eskenika (Morga)

Si te mandan a la cama a las diez de la noche, es lógico que te despierten a las seis de la mañana.  Si duermes en un convento, lo normal es que hagas horario de convento.  Sin apenas abrir los ojos más que para no tropezar con el mobiliario y la gente, recojo lo poco que saqué de la mochila y lo meto dentro.  El albergue cierra a las ocho de la mañana, asi que esa es la insana hora en la que me enfrento a lo que sucedió ayer en el mundo, café doble y pincho mediante.


A las nueve empiezo el pedaleo.  El café no me ha hecho efecto y me pierdo dos veces antes de salir de Markina. "Perderse antes de salir" es el resumen de muchas vidas.  La desagradable sensación que me transmiten las muñecas, hechas fosfatina, no ayuda a mejorar mi percepción del día. Anoto como buena la canción de Beak, Mono, otra señal más de la tensión mental en la que estoy instalado en estos momentos.

miércoles, 5 de junio de 2013

El Camino del Norte. Día 6. Deba - Markina-Xemein

A las 6:45 me despierta el runrún de la gente que empieza a moverse.  No tengo nada que hacer hasta las 9, así que me enrosco en el saco con los auriculares.  No le pongo el sleep y, al rato, una melodía reclama mi atención.  Es una bonita canción pop para arrancar el día, el Yet Again de Grizzly Bear, que me despereza.  De todos modos, son ya casi las ocho. Al ir a colocar las alforjas, soy incapaz de encontrar la llave del candado de la bici.  Es la primera noche que la he atado en todo el viaje.

Todo tiene solución y la Guardia Urbana me presta una cizalla. Asusta un poco ver lo fácil que es robar una bici con las herramientas adecuadas...


martes, 4 de junio de 2013

El Camino del Norte. Día 5. Orio-Deba

Me levanto happy, flower power modo: ON y en lugar del Off and On habitual dejo sonar el All is full of love de Björk tres veces antes de salir del saco.  En el desayuno con vistas estamos todos los que hemos pasado la noche en el albergue.  Hay risas y muy buen feeling flotando en el ambiente, a pesar de que el día amaneció cubierto. Aprovecho para apuntalar las dudas que tiene Troy sobre la Iglesia.


Las despedidas no siempre son tristes y hay una tanda circular de abrazos en la que participa todo el mundo menos Young Mi que se limita a sonreir y a inclinar la cabeza.  Es curiosa la aversión de los orientales al contacto físico y anoto buscar el porqué.  En la libretita apunto epidemias-sexo-artes marciales entre interrogantes.

El Camino del Norte. Día 4. Donosti-Orio

A las 5:55, los franceses de mierda (hay de todo en todos los países, pero a mi me tocaron del % maloliente) empiezan a moverse.  Son como son y no los vamos a cambiar, así que empleo el sistema enchufa el reproductor mp3 y cúbrete con el saco hasta una hora normal. A las siete y media empiezo con la tediosa tarea de recoger las cosas y meterlas en la mochila y las alforjas. 

El sedentarismo lo inventó un nómada harto de ir con la casa a cuestas.  Una mañana le dijo al resto de su tribu: "Vosotros id yendo que yo ya... ya... ya inventaré la agricultura o algo, para comer, pero hoy no me sale de los cojones hacer el petate y me quedo aqui".

Después de desayunar me entretengo un ratito ajustando los cables de la bici.  Los de los frenos sufrieron bastante en el Jaizkibel.  El mantenimiento de una bici no es más complicado que el de una Vespa y ya tuve dos. En 20 minutos queda lista para la jornada de hoy.

sábado, 1 de junio de 2013

El Camino del Norte. Día 3. Donosti

Abro los ojos a las 08:30, una hora razonable.  No hay cosa peor en los albergues que los franceses que se levantan a las 5:30 y empiezan con el runrún de prendas de nylon y de las cremalleras para salir a caminar a las seis de la mañana.  A esa hora no han puesto las calles pero, claro, ellos vienen a pisar tierra, piedras y hierba y se la pela bastante el horario tradicional del país.

Hoy he decidido recorrerme Donosti, así que, después de desayunar como un campeón, dejo los trastos en la consigna del albergue. Los he recogido con premeditada parsimonia mientras intento recordar que día de la semana vivimos.  De paseo me llevo sólo la tablet con las muestras y el casco que, no lo sabía, no es obligatorio en ciudad. El sol está saliendo pero aún hay una espesita capa de nubes que no se lo quieren poner fácil.  A esta hora, el mar huele de una forma especial.  "Más fresco" sería la forma sencilla (y obvia) de definirlo.


viernes, 31 de mayo de 2013

El Camino del Norte. Día 2. Irún-Donosti

A las 6:15 (si, no es un error de transcripción) suena música irlandesa, que dista un poco de mi concepto de "despertar con música".  Técnicamente hay que desalojar el albergue a las ocho de la mañana, así que hay tiempo y me doy la vuelta dentro del saco.  Cuando me levanto, a las siete y algo, sólo quedan cuatro paisanos desayunando.

Lo de levantarme tarde y salir el último es para no olvidarme nada.  Si todo el mundo ya ha recogido sus cosas, lo que queda es mío.  Vosotros id tirando que yo ya... yo ya...  


jueves, 30 de mayo de 2013

El Camino del Norte. Día 1: Miño-Irún

Mientras la estaba embalando (joer, tuve que buscar como se escribía correctamente, empezamos bien) pensaba en los 127 pavos de la puesta a punto de la bicicleta.  Cambio de la transmisión, del cambiador, pastillas y ajuste de cables.  Por ese precio casi que me compraba una nueva.  Según el mecánico, la transmisión no hubiese aguantado el tute.  Se ve que esa "manía", como le llama él, de meterla en la playa no le sienta muy bien a los rodamientos.  Pienso en el gran placer que es pedalear en un palmo de mar y me la pela.  Ha durado seis años. Probablemente debería tener una bici chunga para esa gozada y reservar la buena para que dure, pero claro, nunca sabes cuando vas a terminar metido en el agua, depende del día... Divagar sobre tonterías mientras haces tareas rutinarias es la mejor manera de que no te agobien...

lunes, 27 de mayo de 2013

El Camino del Norte. Día 19

El peor día del Camino es siempre el segundo de la vuelta a casa.  Durante el primero se suele lavar el equipaje y guardarlo para la próxima vez.  Cuando vuelves del Camino siempre lo haces pensando en cuando vas a volver.  Si ya has ido dos veces, mientras puedas caminar siempre volverás; el Camino engancha irremediablemente.  Ese primer día de regreso no quieres mantenerte inactivo, así que ordenas fotos, ese inestimable apoyo para la memoria a partir de cierta edad y, los que tomamos notitas, las clasificamos convenientemente para desarrollarlas en su momento, en lo que es un ejercicio compuesto a mitades iguales entre la nostalgia y la reafirmación de todas aquellas verdades que se te mostraron durante el trayecto.

En el segundo día de la vuelta, aparece el dolor físico y el vacío existencial.  El cuerpo se ha acostumbrado a la tunda diaria de kilómetros y la encuentra a faltar, así que músculos, huesos y tendones protestan ante la falta de ejercicio como protestaron durante los primeros días ante el desacostumbrado exceso.  El espíritu, si no lo preparaste adecuadamente, queda aturdido ante la vuelta a la rutina.  Acostumbrado a la libertad absoluta y a la ausencia de horarios, volver a las obligaciones cotidianas, por pequeñas que sean, incomoda tremendamente, sobre todo si vienes de certificar que lo que haces con tu tiempo no es lo que deberías hacer o lo que quieres hacer realmente.

martes, 7 de mayo de 2013

On The Way, again (El Camino del Norte, día 0)

Mañana salgo hacia Irún en tren, mochila a la espalda y bicicleta embalada.  Me vuelvo a meter en el Camino de Santiago, esta vez en la versión Norte, la primigenia, la que usaban los peregrinos cuando la Reconquista aún no había avanzado lo suficiente para poder caminar por la interminable meseta castellana y sus planicies eternas.

Dicen que la del norte es la versión más bonita de todas, por el paisaje.  Lo sabremos a la vuelta, la cámara de fotos dará cuenta de ello.  La intención es llegar hasta Gijón, al menos.  El motivo principal para ir es hacer un reconocimiento para sondear las posibilidades comerciales que tienen Cantabria y el País Vasco para el proyecto Lucerito Artesanía. Todos sabemos como está el mercado y para que nos sea rentable la empresa hay que estirar la ruta norte algo más, antes de embarcarnos definitivamente en el proyecto.  Hasta Gijón ya tenemos claro todo el potencial que hay, ahora toca indagar más allá.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Letra en Obras (4)

Ando estos días con docenas de cosas por contar.  Puse más letras negras sobre fondo blanco durante el último mes (muchas de copypaste) que cuando estaba en la facultad de Derecho (en Empresariales me aburrí mucho y pasé muchas horas en el bar, así me fue...). Ninguna de esas palabras (0 -cero-) acerca de la novela, lo siento.
 
Lo de la novela me ha servido para cogerle muchísimo respeto a la gente que se llama, al menos, escribicionista.  Juntar dos relatos principales y una docena más de secundarios, con una continuidad aceptable, es una tarea respetable y cada día me asusta más, por el posible resultado fallido. Si realmente no tuviera necesidad de publicarla casi inmediatamente, le daría veintidós vueltas más y la hincharía con 400 folios.  Hay gente en ella que merece un libro sólo para ella.  

Pero no tengo ese tiempo, así que va a quedar como quede.  Sigo pensando que es una historia más que decente y que, una vez le de una vuelta más y que veinte manos amigas le añadan si visión personal, va a ser una lectura aceptable para tener al lado del inodoro por las mañanas, que es mucho.

Mientras no sale al aire Pokerviu, donde apenas escribo (yo, de poker, ya lo dije, poco tengo que decir), que que me sigan publicando desvaríos en Letra en Obras me infla el autoestima (lo que siempre viene bien), sobre todo por la gente con la que comparto página. Espero que no continúen fichando firmas que saben escribir de verdad, porque, con suerte, me voy al filial...

Pokerviú, la página sobre poker que abrimos casi ya con Pacocho, Pableras y Periquillo salta al aire en un par de días, espero.  No hay enlace a ella porque aún están los pintores rematando esquinas.  Pero ya está casi lista.  Montarla ha estado bien porque ahora puedo conversar con gente que hable HTML, XLS y domine el arte de trastear las capas de Photoshop.  Seguiré follando lo mismo, casi nada, pero al menos me iré menos avergonzado a dormir.

¡Ah! mi desvarío mensual en Letra en Obras puede leerse aqui.



jueves, 19 de abril de 2012

Soñé muertos

Abro los ojos y miro al despertador; 15:13.  Tengo la vejiga a punto de estallar. Salgo a vaciarla y vuelvo a meterme debajo del edredón. Tengo una sed horrible pero la botella de litro que hay en la mesita de noche está vacía. Hay dos camisetas empapadas en el suelo y la otra almohada parece que haya caído en un charco.  No recuerdo haber hecho los cambios de ropa. Salgo de nuevo de la cama para llenar la botella de Minute Maid y vuelvo rápidamente a sumergirme en ese espacio de confort absoluto que es el lecho de uno, en una habitación completamente a oscuras. 

El cóctel de medicamentos que me tomé para el resfriado talla XXL que me estalló ayer ha surtido efecto y me encuentro mejor. Algunos pasajes oníricos siguen flotando en mi cabeza.  He soñado con muertos olvidados. Con la abuela, la rencorosa; con el tipo que me puteaba en el internado en 8º de EGB porque la niña que a él le gustaba prefería que yo le ayudara con las tareas de ciencias y que trazó fatalmente mal una curva de la carretera de Falset y con Anna, la medio novia que me dijo que no podíamos quedar ese día porque venían unos familiares suyos y que salió volando 30 metros, sin casco ni guantes, después de que la MBX en la que iba de paquete con un guapito, se empotrara contra el BMW de un alemán borracho que se saltó un ceda el paso, en el paseo de Salou.  Hubo más esta noche, pero ahora no soy capaz de acordarme de ellos.  Excepto la abuela, que hace ocho años que se fue, los demás llevan fuera de este mundo más de 20 años. ¿Porque habrán vuelto?

Parece que tratasen de recordarme que les he olvidado. Ni he intentado excusarme.  No hay ningún motivo por el que merezca recordarlos. Pero es curioso que aparezcan ahora, todos juntos.  El subconsciente es un misterio apasionante.

Ya es la tercera vez que descanso una cantidad exagerada de horas seguidas en tres semanas.  A pesar de que algunos días me he acostado pasadas las nueve de la mañana, no duermo más de seis horas.  Eso, al final, pasa factura y supongo que el cuerpo decide tomar el mando sobre la mente y cobrarse el descanso atrasado.

Dedico media hora de edredoning a ordenar el día mientras hago estiramientos con las piernas y la espalda, preparándolas para la salida en bici.  Hay que aprovechar que hoy no llueve. Al borde del mar, me quedo divagando durante un buen rato.  Hoy soy el único que ha venido a dejar flotar la mente al ritmo de las olas.  Normalmente, siempre hay alguien más, pero hoy el nordés sopla fuerte y frío y no va a aparecer nadie para que pueda jugar a ¿Que habrá dentro de su cabecita?


El paseo ha sido magnífico.  Con un bol enorme de verduras asadas, regadas con abundante aceite de oliva, me pongo delante de la lista de tareas pendientes para la web nueva: 23, entre chorraditas de diseño que hay que pulir, artículos a subir, mails a gente que no responde y...  Ya desisto de que esté lista para éste domingo 22 y habrá que dejar la inaguración para el día 29.

Me parece sentir que Anna me sigue recriminando que no me acuerde de ella.  La rememoré durante mucho tiempo hasta que dejé de hacerlo, no recuerdo cuando.  ¿Por que debería conservarte un lugar en la memoria, querida?  Excepto besos falsos, no me diste nada más. ¿Por que vienes ahora, 20 años después? La verdad, no sé en que puedo ayudarte.  Si me lo cuentas más claramente, vemos que se puede hacer.

Me voy a la báscula: 83.4.  Al menos algo sigue el plan trazado.  Lo mejor de saber que estás loco es poder disfrutar de esa realidad que los demás no ven, a sabiendas de que es una ficción propia.

Ya son las siete y media de la tarde.  Habrá que ponerse a trabajar. Justo ahora me rebrota la congestión, maldita sea...

miércoles, 4 de abril de 2012

Letra en Obras (3)

La entrega de este mes para Letra en Obras me pilló a pocos días de terminar el primer borrador de la novela, así que aproveché para hacerles una introducción a ella.
El artículo, escrito en galego, puede leerse en este enlace.

martes, 27 de marzo de 2012

El diario de Bidan Jones

84.6 kgs.  Esto tira, a pesar de que sigo con la misma rutina caótica que el mes anterior.  Se que "rutina" y "caótica" pueden constituir un oxímoron, pero no es así, porque el caos se puede volver rutinario.

Aún conservo la gran suerte de no usar un despertador. Mis días empiezan cuando lo decide mi reloj interno, que suele ser a las siete horas de haberme dormido.  Esa hora si que varía en un abanico amplio que va de la una de la madrugada a las diez de la mañana, dependiendo de lo productiva que haya sido la noche.  Eso hace que lo planificado para el día siguiente sufra constantes cambios.  Bueno, para eso están las agendas electrónicas.

Vivir en el caos sin estresarse es como nadar en la mierda y no pringarse, complicado.  Pero se puede, con el traje adecuado. No perdono el ratito de ejercicio matinal y relajarme media horita en la playa, aprovechando las últimas semanas que la tendré para mí solo, antes de que lleguen los veraneantes.  La brisa del Atlántico ayuda a refresca las neuronas.

El resto del día, horas y horas ante las pantallas.  Va tomando forma el proyecto web y espero que podamos tenerlo funcionando en un par de semanas, si todo sigue el rumbo normal.  Aunque estoy mentalmente preparado por si surge algún inconveniente técnico, que surgirá.  Pero ya lo solucionaremos en su momento.

La novela ya tiene un cuerpo interesante. De hecho quedan ocho capítulos que estarán escritos antes de este fin de semana, si o si.  Eso son horas de más que no perdonaré; pienso cumplir el plazo del día 31 de marzo.  Luego viene la parte de documentación, pues la historia está ubicada en un sitio y una época que no viví, pero ya he quedado con gente que me ayudará a completar detalles.  Y, finalmente, una revisión a fondo para completar algunas anécdotas y eliminar otras que no son transcendentales para la narración.
Y darle coherencia al estilo.  Convivir con multiples personalidades proporciona una vida más entretenida, pero me obligará a unificar el estilo narrativo, para no confundir al lector.
Espero poder mandar al equipo de correctores una copia más o menos definitiva la última semana de abril o la primera de mayo aunque no me estresaré por ello, con todo lo que llevo entre manos.

También he conseguido desacostumbrarme a recoger la mesa en cuanto termino de trabajar.  Antes me molestaba que hubiese demasiados papeles cubriendo el timeline de la novela, pero al final uno puede ser capaz de mantener un relativo orden dentro del caos, incluso sin pasar a limpio notas y notas sobre la web, sobre música, sobre ideas para la segunda parte de la novela, para mejorar un personaje o un capítulo de ésta. Bueno, el Universo es así, ¿no? orden dentro del caos...

martes, 13 de marzo de 2012

El Diario de Bidan Jones

12 horas como mínimo delante de la/s pantallas de ordenador, 7 días a la semana desde hace un mes.  Suerte del fútbol televisado, porque así sé más o menos en que día de la semana estamos.  

Eso es debido a dos razones; la novela, que ya pasó de la página 300 y el proyecto web que estamos montando con tres amigos.  Después de llenar el equivalente a una quincena de folios diarios, pocas ganas más me quedan de escribir aqui.  Ni de leer, la verdad.  Así que no me estoy enterando demasiado de lo que sucede en el mundo.  Ni en el cercano ni en el que está algo más allá del alcance de mi vista.

85.7.  Eso supone tres kilos menos en el mes que ha pasado desde que volví de Reus.  Es cierto que los primeros gramos se pierden más deprisa, pero no está mal.  Me había propuesto perder los 10 en seis meses, pero igual caen antes.  Sobre todo porque aún no he empezado a hacer ejercicio de forma seria. Hago todos los días algo, pero bastante light, lo que alegrará a mi mamá y aleja la posibilidad de que vuelva a ver al reumatólogo o al neurocirujano antes de hora.  Esta semana ya empezaré a ir 3 días a la piscina, que más la clas de Pilates, Dios que bien me sienta, y los paseos hasta el final de la playa algo son.

Intenté sacar la bici para probarme.  Espero que el reumatólogo no lea estas líneas porque supongo que no le hará gracia que me pase por el forro sus recomendaciones.  A los cien metros se me rompió el cable del cambio con el plato pequeño puesto, con lo que no había posibilidad de forzar.  Encima el mecánico está cerrado diez días, así que no volveré a tenerla arreglada hasta el miércoles que viene.  Y no, no intentaré arreglarla yo mismo.  Me saldrá más caro que llevarla al mecánico.  Con el termo ya he tenido suficiente.  Ahora sería capaz de desmontarlo y  volver a montarlo en menos de 45 minutos y con los ojos vendados.

Acepté una invitación para ir jugar a padel el jueves pasado. Debo tener por ahí un Ángel de la guarda que va tratando de evitar que haga demasiado el cafre.  El miércoles sufrí un pequeño accidente doméstico con el palo de la fregona y me hice un corte en la palma de la mano.  Nada del otro mundo, si no fuera porque le dió por abrirse en el segundo palazo del calentamiento del jueves y tuve que abandonar el partido por el molesto (para los demás) goteo de sangre sobre la cancha.

Con el tiempo voy entendiendo mejor las señales del Universo y ya me queda claro que tengo que tomarme la recuperación con más calma de la que quiero.
Pero necesito moverme.  Esas doce horas (que algunos días son más) delante del ordenador no son demasiado buenas para la espalda.

También sigo intentando jugar torneos de poker, lo siento Tizona, sin remedio... Los descansos de cinco minutos cada hora me sirven para acordarme de levantarme a estirar las piernas. Por la noche, los jugadores rusos me tienen tan sodomizado que por las mañanas defeco en cirílico ¿Que coño hace un ruso gambleando Q3o a las dos de la madrugada de aqui?. Hoy le peté AA a uno con JJ y me tipeó en el chat "fuckin spanish gambler. Donk".  Estuve a punto de mandarle el historial de "grandes movimientos preflop de los jugadores de la ex-URSS" pero pensé que no valía la pena el tiempo empleado en ello.

A ver si en el próximo post adelanto algo sobre el proyecto web y tengo escrito el capítulo 100 de la novela...

domingo, 5 de diciembre de 2010

El Diario de Bidan Jones

Ando en Babia (en la luna de Valencia). No se si será bueno o no, supongo que si, por que me encuentro bien así, pero estoy viviendo en una nube atemporal. Trato de mantener un horario de acostarme-levantarme, pero sin excesiva rigidez.  Es mi única imposición.  Bueno y algunos compromisos sociales, aunque la gente se ha acostumbrado a llamarme el día antes (o el mismo día) para que no se me pase por alto. Alguna comida, alguna salida, algún concierto, la liga de billar (por cierto, quedamos 1ºs otra vez en la fase previa de la liga regular que ganamos desde hace 4 años), el partido del Barça... Al respecto del match del lunes alguien me reclamó una cróniquilla del baño.  ¿Para?.  No vale la pena.  Sería feo, como burlarse del tonto de la clase.  Al menos los juligans merengues estarán calladitos unos días, que pesaditos se pusieron bastante estas semanas atrás.  Las cosas no son como son, si no como terminan, repito, como siempre. Y sigo ofreciendo apuestas por la liga, dando 6 puntos de  ventaja, pero ahi se rajan todos los moucazas.  Tengo un solo call por 100 pavos, nada más.  Engaaaa... ¿andestáis?

Este alienamiento no quiere decir que me esté rascando la barriga.  Los que me conocen saben que si estoy tumbado en el sofá, sin hacer nada, es por que tremenda resaca debo tener.  Si no, siempre ando liado con 20 cosas.  Como ahora.  Pero me las tomo con mucha calma y sin ninguna obligación.  Si no me apetece hacer una, hago otra.  Las crónicas del Camino me llevan su tiempo, pero también se lo dedico al ratito diario de gimnasio y piscina, a leer algo (voy a libro por semana), tengo borradores para 8 o 9 sesiones, que caeran como churros en cuanto termine con las crónicas del Camino, aprovecho para quemar algo de adrenalina con la moto los días que el asfalto está seco (que no son muchos, la verdad) y no perdono una peliculilla antes de meterme en la cama a leer un rato.  Para la semana empiezo un curso de fotografía, a ver si aprendo a tirar fotos de una vez por todas y otro de Photoshop (a ver si aprendo a salvar alguna y algo de creación digital).  La bici sale algún día, voy a pinchar de vez en cuando y trato de quedar con amigos un par de veces por semana, aparte del martes de billar.  Entretenido, estoy...
No me queda mucho tiempo para el poquer, la verdad.  Online he tenido un año bastante horrendo, si exceptuamos los satélites.  Pero los satélites no valen para nada si no pinchas en los eventos principales y ahí no he olido nada decente.  Asi que, de momento, dedico el tiempo a otros menesteres.
En vivo quería jugar este mes el torneo del Atlántico y el de La Toja.  El primero se me pasó... Me llamó un amigo para recordarme que comíamos al día siguiente (si no me llama, yo ni fú del día que era) y me preguntó si jugaba el torneo.  Claro, el que se juega en el puente, dije... Si... empezaba hoy, me contesta... Así que estamos en pleno puente de diciembre y yo sin enterarme.  Llamé al Atlántico para que me apuntaran al día 1B y este año no hay días 1A y 1B, si no que han hecho tres días de corrido, con lo que me quedé sin jugarlo.  Tengo que empezar a utilizar la Blackberry para marcar algunos eventos.  Esta semana tenía cita para renovar el DNI y se me olvidó, también.  Y el análisis médico rutinario de cada trimestre...  Tres cosas que tengo y se me pasan... Menos mal que los gatos se encargan de recordarme que tienen el plato vacío, que si no, apañados iban...
Pues eso, que ayer, aprovechando que estaba en Coruña (excelente cocido, Rudy, muchas gracias a los dos) me pasé un ratito por el Casino, a ver a la gente.  No me quedé mucho, por que el poquer es como el sexo.  Puedo mirar como juegan otros, pero cinco minutos.  Si no participo, me aburro enseguida.
Y la verdad es que nivel había.  Buenos jugadores, buena estructura y premios apetitosos.  De esta tarde no pasa que coja el manual de la BB y empiece a sacarle mas rendimiento que subir fotos al feis.
Una muestra de la galería de cracks.  Había más.  Se me pasó  saludar a Oscar Dereito, quien, discretitamente, como es él, pasó a la final como chipleader.










En la web de Galicia Poker encontraréis un muy buen (como siempre) seguimiento.  Suerte a todos, menos a Vilariño, que ya suele tener su dosis aparte... :)  Y nos vemos en La Toja.  Si alguien me llama el jueves para recordarme que día es, por si acaso, se lo agradeceré...
Bueno, parece que llueve poquito, así que aprovecharé para sacar un rato la bici...