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viernes, 29 de mayo de 2020

Error en el sistema. La falacia del crecimiento

La historia debería sevir para que aprendamos de los errores y que no los repitamos.

En 1929, el crack de la bolsa en EEUU colapsó en pocas semanas la economía del país. Hoover, el presidente, confió en políticas liberales clásicas para salir de ella, con el resultado de que 14 millones de estadounidenses se fueron al paro entre 1929 y 1932. Un tercio de la población estaba en niveles de pobreza extrema.

Entonces llegó a la presidencia Roosvelt, un tipo que se definía como "algo a la izquierda del centro," impulsó el new deal, una serie de medidas sociales y una regulación de los mercados financieros para evitar que volviera a suceder el pelotazo especulativo del 29. Esencialmente, esa regulación consistía en que los bancos no podían especular con los depósitos y ahorros de los clientes, estableciéndose la distinción entre bancos de ahorro y bancos de inversión. Muy resumido, pero claro.

jueves, 14 de mayo de 2020

Reflexiones desde la pandemia

Los cambios radicales en los grupos humanos sólo surgen después de convulsiones profundas.  Ya sean tribus, empresas o naciones, sólo los terremotos que socavan los cimientos provocan la reconstrucción de un edificio.. Lo demás son chapuzas estéticas que se van ejecutando dependiendo de lo quisquillosos que son los inquilinos y lo dispuestos que están los dueños.
Ahora que estamos pasando una  de las gordas se hace imprescindible tatuarnos algunas cosillas en el subconsciente colectivo. Ahora, sí, antes de que se pase el susto.  Porque si dejamos que se pase, la memoria es muy efímera, ya lo hemos visto muchas, muchísimas veces antes y el ritmo vertiginoso nos volverá a absorber y todo seguirá igual.

La más importante de todas es que no sólo no debemos perder el sentimiento de comunidad si no que hay que reforzarlo.  No somos individuos, somos parte de un algo que está completamente conectado.  En casos de crisis, los postulados neoliberales (que muchas veces son los que las provocan) se desmoronan.  No se sale de algo así tirando cada uno por su lado.  Hasta los más defensores de la supresión del Estado (en épocas de bonanza) imploran ahora que les proteja.

No nos sirve un modelo de sociedad que sólo vale (y eso también es discutible) cuando las cosas van relativamente bien.  Digo relativamente, porque bien no iban.  Para alguos, si, pero no para la mayoría.  Es más, para la gran mayoría iban mal. Y si, el modelo económico y social está terminando con el equilibrio ambiental del planeta.  Probablemente, el 1% de la población podrá establecerse en colonias refrigeradas en este o en otro planeta.  Pero el 99% restante no.  Pienso en la gente que trae hijos al mundo con este panorama y me parece, lo siento, algo imprudente.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

El triunfo de la perversión del lenguaje

El siguiente artículo se publicó ayer en Letra en Obras, una web de libros y literatura en gallego.  El porqué insertan ahí mis artículos, cuando casi nunca escribo sobre libros y nunca hago buena literatura, es un misterio, pero la vida está lleno de ellos y nunca los vamos a resolver, sería muy aburrido vivir sin incertidumbre.  Es cierto que el punto de partida de este artículo es el lenguaje (y la abusiva perversión que se hace de él), pero sólo es la excusa para tratar de agitar la conciencia de la gente sobre los continuados abusos que estamos sufriendo y la pasividad con que los encajamos.


El Letra en Obras publican en gallego, lo que me sirve para evitar que se me oxide la que es mi lengua de adopción y que, lamentablemente, no se usa demasiado al nivel de la calle.  Normalmente, para ellos escribo directamente en gallego. Pero esta vez, dada la extensión del tocho-post (ocho folios), lo redacté inicialmente en castellano porque así sólo tenía que hacer el esfuerzo de traducir las ideas del catalán (la lengua en la que funciona mi cerebro) a las palabras en la lengua de Cervantes, Victor Manuel y Sergio Ramos, entre otros.  Luego vino la traducción al gallego, para la que conté con la ayuda de un buen amigo, Montxo, el Director de Letra en Obras, pero nos queda la versión original, en castellano, que es la que viene a continuación.  Ya avisé que son ocho folios...