domingo, 31 de marzo de 2013

Chove en Santiago

Este mes traté de organizar mi ciclotimia, pero no salió demasiado bien.  Ya sé, lo hablamos a menudo; se puede fluir, pero no nadar contracorriente.  Aún así quise intentar que no me coincidiera el pico bajo con el fin de mes, pero exprimí demasiado el subidón.  El resultado es más lluvia en el alma que en la calle, que ya es un decir, estos días.

No deberían afectarme los aniversarios, nunca les dí importancia.  Pero estos dos de marzo, el tuyo y el de Maribel, me cuesta pasarlos.  Probablemente porque viendo la cantidad de malnacidos que siguen respirando un aire que no merecen, me sigue pareciendo muy injusto que dos personas como vosotras, con esa alegría inacabable, a pesar de lo que se pudiera torcer el Camino, ya no estéis entre nosotros.  Físicamente, claro.
Me olvidé de las margaritas de Maribel.  Al menos en su día, el del aniversario de su ausencia, el decimocuarto.  No sé si lanzarlas al Atlántico, sabiendo que nunca llegarán al Mediterráneo, tiene sentido.  Supongo que el sentido está en el gesto.  O quizá el sentido esté simplemente en el recuerdo, quien sabe.  Se las debo.  Estos días me cuesta ir hasta la playa.

Las personas no nos pertenecen.  Por tanto, la nostalgía de los abrazos, del contacto físico, de los sonidos y los olores es algo egoísta.  Nos sentimos mal por el vacío que nos queda y que los recuerdos y otras formas de comunicación no llenan.  Que quieres, es humano, supongo.  Hoy estoy egoísta de esos abrazos.  

Y, claro, llueve en la Quintana de Santiago. Algún día volveremos a disfrutar de un concierto allí, prometido.  De este año no pasa.



She promised me three wishes
My only wish is she should remain here

Al menos, como aún lo haces.



4 comentarios:

la MaLquEridA dijo...

Esto no sé, se lee triste.

Albert Tortajada dijo...

Un poquito si, Querida. No creo que sea malo, un poquito...

ѕocιaѕ dijo...

:(

Bien dices, creo que en algo natural de las personas está el pensar/sentir que mientras sea MÍ amig@, MÍ mamá, MÍ papá, MÍ pareja... nos pertenece su presencia en nuestra vida a corto y largo plazo, planeamos contando con ellos siempre aunque por naturaleza unos se tengan que ir mucho antes que nosotros, o por cosas de la vida otros se adelanten, y aunque pase el tiempo no hay una resignación porque simplemente no es justo que se vayan, que nos dejen, que se lleven parte de nosotros y nosotros sólo tengamos de ellos recuerdos sin presencias.

Duelen mucho las pérdidas, duele mucho cuando es alguien cercano y creo que sólo queda darle tiempo al tiempo, pensar que si pasó y allá va a ser cierto que todos nos encontramos en algún momento estaremos juntos. Y si no, fuimos lo suficientemente suertudos como para haber gozado de compañías que valen oro y aunque ya no estén con nosotros, marcaron huella imborrable en nuestra historia.

Un fuerte abrazo.

Albert Tortajada dijo...

Se recibe ese abrazo con mucho cariño, socias, sabéis que aqui se os quiere.
La teoría de los sentimientos es muy sencilla cuando se habla de los de los demás. Es muy fácil decirle a otro lo que debe sentir o como debe afrontar una situación, todos lo sabemos.
La aplicación racional de esa teoría nos sorprende muchas veces porque no es tan sencillo hacer para nosotros lo que es evidente para los demás. Porque una cosa es el frío matemático de la lógica del raciocinio y otra, más complicada de manejar, el calor de los sentimientos que nos envuelven, para bien o para mal.
En ese juego pasamos los humanos la mayor parte del tiempo dedicado a la duda, esa inseparable compañera.

Besos.