sábado, 17 de noviembre de 2012

Yo confieso

Con el subtítulo "La crisis de la confianza" interviú publicó este artículo con declaraciones de empleados de banca que traicionaron a sus clientes, engañándoles muchas veces sin saberlo, otras presionados por sus jefes, los que firman deshaucios, cobraban bonus exorbitantes, reciben las inyecciones de liquidez que salen del bolsillo de todos y siguen, de momento, llevando su excelente ritmo de vida.

Aún sigo sorprendido de que no ardan las calles más a menudo.  Y algún banco, con el ladrón atado a su silla.

2 comentarios:

la MaLquEridA dijo...

Viniendo de los bancos, nada me sorprende.


Saludos

Albert Tortajada dijo...

No. Lo que debería sorprender es la pasividad del Estado para con sus desmanes. Pero cuando eso no es sorpresa quiere decir que se da por hecha la connivencia entre ambos.
Lo que si me sorprende es la paciencia de todos para con ambos. Tanta paciencia sólo puede ser acomodo o cobardía. Y eso si es preocupante.