martes, 20 de diciembre de 2011

A propósito de Lucía

Mira que no me gusta rajar de nadie, pero la niña lo ha puesto a huevo...
No he leído ningún libro de Lucía Etxebarría.  Tiene una sección en un dominical y cuatro o cinco veces empecé a leerla, pero nunca la terminé.  Mi interés se desvanece con mucha facilidad, sobre todo los domingos por la mañana. Y con insustancialidades, más aún.
Una amiga me recomendó un libro suyo y lo tenía en el montoncito de para leer, pero esta mañana se lo he devuelto.  No me molan l@as lloron@s.  Igual, de leerlo me hubiese gustado y hubiese seguido su obra, la de Lucía.  Ahora ya no.

Leí ayer su comentario de que en el primer día de ventas, las descargas por internet triplicaron las ventas.  Menuda mentira demagógica.  ¿de dónde saca el dato exacto?. Oí su entrevista en la SER por la mañana.  Pataleta de niña malcriada. El comunicado que ha publicado hace poco, patético.

Se queja de que, por culpa de internet, a este paso va a tener que dejar de escribir.  Ay Dios, la reencarnación de Alejandro Sanz y Ramoncín, con ovarios.  Raja del chaval (¿conoce su edad?) que regenta SeriesYonkis (que levante la mano el que no conoce la página al dedillo), que gana 5.000 millones (coño, Lucía, ¿tienes acceso a su declaración de la renta?) con publicidad de Yoigo y que los mete en un paraíso fiscal (Joder, sabe, además, sus canales de evasión.  Esto a mí me a mi me parece el argumento para un buen libro...).  Se queja de que la editorial sólo le paga un 8% del importe del libro, pero no dice nada de la promoción y la distribución que ésta le hace.  No haber firmado el contrato con ellos, rica y véndelos tú en el metro o en la puerta del Corte Inglés.  O busca otro modelo, que es a lo que hay que ir.  La industria del libro y la del disco viven aún en el siglo pasado y así les irá, si no espabilan.  Alguien aparecerá (ya están apareciendo) que les levantará el negocio, cuando lo tenían todo a favor, simplemente con evolucionar un poco.

No discutiré sobre la moralidad del dueño de SeriesYonkis y otros cientos de páginas que se lucran del trabajo de otros sin pagarles por ello.  Pero la culpa no es de los dueños, si no de la regulación del modelo.  Han sabido aprovechar el vacío legal para hacer negocio.  De una forma poco honesta, quizá.  Pero legal. ¿Por que no negocian una compensación o se regula en ese sentido?  El argumento de que una descarga es un libro o un disco vendido menos es una falacia inmensa.  
Tengo una amiga con un contrato de 20 horas que hace 50 y cobra 850 euros.  Tampoco es justo, pero es lo que la ley permite.  También le embargan la casa a la gente y sigue debiendo, pero la culpa no es del banco, tampoco.  Es la ley, la que está mal, de nuevo.

Yo estoy escribiendo un libro.  Y pretendo vivir de él un año más.  Si lo consigo terminar y decido que es suficientemente bueno para intentarlo, ya le digo que ir a una editorial tradicional es la cuarta o quinta opción que contemplo, antes de dejarlo y buscarme un trabajo de lo que siempre hice, vender.  Y tengo claro que el primero que lo va a colgar gratis, en internet, voy a ser yo.  Tengo la teoría de que cuantas mas descargas haya del PDF o del word, más ejemplares físicos o en formato digital voy a vender.

Acabo de descargar todos sus libros en un plis plas (estaba por poner los enlaces, pero no haremos el burro, que esta gente no tiene sentido del humor)  y los he borrado acto seguido.  A ver si es verdad que deja de escribir y de llorar.  En esta casa se descarga mucha música, muchísima.  Y se compra un montón.  El que ha estado aquí lo sabe.  Entre 100 y 200 cd´s al año, aunque ya los tenía ilegalmente descargados.  Me gusta el soporte físico, tanto en música cómo en libros.  Libros no compro tantos, pero leo un montón.  ¿Cuantas personas leen cada ejemplar físico que se vende, de promedio (sin pagarle nada al prestatario ni al autor)?

Vale la pena seguir los comentarios en twitter, algunos son para descojonarse.  Hasta hay un hashtag #luciaetxeberria, donde le dan cera por todos lados.  Y en su cuenta @LaEtxebarria, hay de todo.  Desde la ironía fina al peloteo repelente, pasando por el (seguro) buscado efecto solidaridario de comprarle el libro para tenerlo y para regalarlo.

La verdad, me parece un acto promocional tan descarado que es para hacerle una anticampaña (justo lo contrario que le estoy haciendo).  Por jugar sucio.  Si regalo cultura, casi siempre compro cd´s.  Si ahora tuviese que comprar un libro, antes compraba el del reconocido pederasta Sánchez Dragó que el suyo.  Por cutre.

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