domingo, 7 de agosto de 2011

Autopsicoanálisis matinal


Me mola un montón esta foto, que quieres.  Parece que sepa pilotar de verdad.... :) A ver si me la mandan en alta calidad de una vez (los artistas son gente muy ocupada) y la puedo colgar en un lugar preferente de la cueva.

Cada vez que, en el parquing de casa,  me subo a la Daytona lo primero que hago, antes de poner la llave en el contacto,  es pedirle disculpas.  Por que me parece un poco indigno que un paleto como yo se permita conducir (ya no digo pilotar) una máquina maravillosa como esa. Ni se me ocurre pensar que la puedo montar por qué la he comprado, como si fuera una fulana cualquiera, por que tenía, en su momento el dinero para adquirirla.  Se que ella podría más feliz con otro, que podría estar mejor tratada y por eso me disculpo, para que continúe siendo dócil y no le de por rebelarse ante uno de mis excesos de confianza (que tengo pocos) con ella.  Y gracias a eso, me sigue proporcionado unas sensaciones que no se pueden describir con palabras aptas para menores.

No me interesa poseer cosas.  Mi tránsito por esta vida lo quiero orientar a acumular vivencias, no posesiones.  Las cosas sólo me sirven en la medida que aportan experiencias.  O comodidades.  O utilidades. O recuerdos... Pero no siento especial fruición por tener algo simplemente por el valor que tiene.  O el que le ha otorgado la Sociedad.  Cuando muera, todas mis posesiones quedarán aqui.  Espero, quien lo sabe, llevarme las experiencias y lo aprendido.

Estos días estuve tres semanas sin el ordenador principal.  Una agonía, la verdad.  Las cosas  que utilizas más  habitualmente sólo las hechas de menos cuando te faltan.  Esa es una de las cosas que tengo que me simplifica la vida, me permite mantener ordenado mi universo, me conecta al mundo y me entretiene.  Prefiero que se me queme la tele o la lavadora, que apenas pongo en funcionamiento una vez a la semana.   Pero se le quemó el microprocesador... 

Una vez en casa, con una placa base nuevecita y un corel duo de esos (no tengo ni puta idea de mecánica de coches, ni de motos, ni de ordenadores, lo que no quita que no los pilote mal...), me pasé una semanita dejándolo como un pincel.  Primero, readaptándolo a la red, para que reconociera las impresora fotográfica y la multifunción laser, el servidor, el portátil, el notebook, la BB, el Disco duro multimedia, la nevera y el gato.... Luego reinstalando programas.  En el Disco Duro principal no creo que haya un 0 o un 1 que no tengan su sentidiño.  En el escritorio ha quedado vacía la parte inferior de la pantalla, que era donde tenía los iconitos de las salas de poker.  Donde antes había 28, ahora hay sólo uno, el de Rox, que es donde hacen los satélites para el Atlántico.  Espero volver a ver algún día el de Full Tilt ahi...

Así que he podido retomar el curso de Photoshop y pronto seré un importante terrorista gráfico... :)  Y ahora no tego excusa para no añadirle cinco o seis folios diarios a la novela.  Es curioso como cambia la percepción de las cosas, en cuanto se convierten en una obligación.
Ya veo que estoy divagando bastante, señor Psicoanalista, nada más empezar el día.  No le molesto más.  Con su permiso me voy a dar una vueltita por la playa, a que me de el aire del Atlántico que tan bien me sienta...

4 comentarios:

la MaLquEridA dijo...

He dejado de desear cosas desde hace tiempo y las que compro las uso hasta terminar con ellas, ya no me interesa almacenar cachivaches, ahora almaceno experiencias.

Si las cosas pudieran hablar tu Daytona estaría orgullosa de pertenecerte por lo menos en el tiempo que sales con ella a pasear.

Un placer regresar por acá.

Saludos.

todavia dijo...

Te impresionaria -aunque se que sabes de lo que hablo- la cantidad de muertes de motociclistas que ocurren en esta cuidad tan pequeña. Me alegra que tengas tu Daytona pero mas que te controles. Si ella se siente sub aprovechada, muy su problema. Que se busque otro para pareja suicida. =)

Albert Tortajada dijo...

Bien, Malque! Almacenar buenas experiencias te hace sentir rico de verdad.
La Daytona tampoco creo que se queje mucho. Podría haber sido peor para ella, también...
Cuando estamos juntos lo pasamos muy bien los dos, te lo aseguro...

Albert Tortajada dijo...

La moto tiene un evidente problema de proteccion del piloto.
Por eso hay que andar en ella con el triple de atención que con otro vehículo, conduciendo casi como un paranoico, esperando que te la jueguen en cualquier momento.
Después de 25 años de ir sobre dos ruedas ya hueles el peligro con más facilidad. Eso no quiere decir que te puedas relajar. Cualquier despiste te cuesta la vida.

Mi madre siempre me dice "Despacito, sobre todo" Mi respuesta es: "Mamá, si quisiera ir despacio, me hubiese commprado una Harley".

La Daytona es como una jovencita caribeña. No puedes ir a medio gas con ella. Hay que entregarse con toda la pasión del mundo mientras dura el viaje...