miércoles, 6 de abril de 2011

Toreando el dolor

Capea emocional toca.  En el albero un magnífico morlaco cuatreño, uno, de casta cabrera y excelente trapío, de la ganadería Graciosaeslavida.  Enfrente, el Niño de Miño.  Espero tener más arte con este que el que tuve en mi debut como toreador (En el video, a partir del minuto y 40 segundos).  
Espero que conservar el sentido del humor sea señal de cordura y no de lo contrario...

Antes de que se me olvide. Millones de gracias por todos los mensajes, mails, llamadas y visitas que he tenido estos días.  Cuando toca comerse un sapo gordo como este, cualquier palabra o gesto de apoyo es un pedacito de ese sapo que no hay que tragar.  Las devolveré personalmente una a una, pero necesitaré unos días.  Ahora mismo me cuesta un poco hablar, la verdad.
Asumir lo que ha pasado será fácil en cuanto lo haya asimilado.  En cuanto suene el teléfono y me de cuenta de que no sólo no es ella, si no que nunca más lo será.  Que los martes por la tarde ya no vamos a quedar para tomar un té y ponernos al día de chismes y que, en fin, ya no está físicamente con nosotros.

Abrí este blog por recomendación de Pacocho, ante otro revés de la vida que me tocó pasar, que cambiaría, sin pensarlo ni un segundo, por éste de ahora.
El objetivo principal era el que reza en el subtítulo del blog, autopsicoanálisis.  Nunca he sido de dar la brasa a mis amigos con mis problemas, lo que lleva a que me suela comer solito los malos tragos.  Como hay sentimientos que no es bueno acumular, hay que sacarlos contándoselos a alguien.  Descartados los amigos y la familia, mi lado catalán me impedía pagarle 100 pavos por sesión a un profesional que me escuchara, asintiera con la cabeza y dijera "ajá...", cada poco tiempo..  Solución: este blog.

Estos días lo usaré para ese fin más de lo habitual.  Como terapia necesaria.  El duelo es imposible de ignorar y hay que pasarlo.  Sin mortificarse y sin revolcarse demasiado en la melancolía.  La vida sigue y hay que empujarla aunque no tengamos, a veces, demasiadas ganas.

Estuve tentado de borrar el post del jueves, la versión del Feeling good de Jennifer Hudson.  En el momento en que yo lo publicaba, Sesé se empezaba a apagar definitivamente.  Podría parecer desafortunado, pero es lo que siempre intenté transmitirle, sobre todo las últimas semanas.  Tratar se sentirse bien, a pesar de todo.  Así que ahí se queda.  Sobre todo por que ahora ella está mucho mejor que hace una semana y hace dos.

Habrá varios pensamientos no demasiado constructivos que me asaltarán reiteradamente en los próximos días, quizá semanas.  Se que no debo rechazarlos, ni dejar que se instalen en mi cabeza.  Ambas actitudes serían contraproducentes.  Debo dejar que fluyan, debatirlos y refutarlos.  Agradecerles que vengan y demostrarles que no tienen cabida en mi, para que, tal como vinieron, se vayan.

Podría haber hecho más.  Este es inevitable. Todo el mundo podría haber hecho más.  Sobre todo en  sus últimos días, si hubiésemos sabido que lo eran.  Lo hecho o lo omitido en el pasado no tiene reparo y hay que pensar en hoy y en el mañana.  Un poco de melancolía puede estar bien.  Retozar en el lodo emocional, un error grave.

Podíamos haberlo llevado de otra forma. Es evidente que me equivoqué en la gestión del optimismo.  Creí firmemente que, a pesar de lo complicado de su enfermedad, con una actitud de lucha sin tregua y con entusiasmo y esperanza ganaría esa guerra particular.  Había que haber contemplado la posibilidad de perder la batalla definitiva y aprovechar los últimos días para vivirlos de otra forma.  Haré una lista de cosas por hacer y sitios por visitar que teníamos pendientes y me encargaré de hacerlas por los dos.

He malgastado tiempo. Esto empieza a parecer la lista del karma de Earl... :) He derrochado muchas cosas, en mi vida.  Pero tiempo, demasiado.  Sobre todo las últimas semanas.  Ya había reflexionado al respecto en otro post y en un par que estaban en modo borrador y que hay que reescribir un poco.  Efectivamente, no sabemos cuando se acabará nuestro tiempo.  Y ese momento puede llegar en cualquier instante.  Aprovecharé mejor el tiempo, a partir de ahora.  Y más sabiendo que ahora me observa 24 horas y que no puedo engañarla.

Hay otras ideas negativas que ya se han ido.  Pero los ennumero por que pueden volver.  Que sepan que no tienen cabida.

Vaya agujero me dejas.  Este es el más común y el más egoísta de todos los pesares que sentimos los humanos cuando alguien nos deja.  Las personas no nos pertenecen, así que cuando lloramos su pérdida es por que nos acerca un poquito más a la soledad, ese monstruo tan temido por todos.  La gente que muere, lo último que quiere es hacerte un burato o dejarte solo.  Así que destierra esa sensación cuanto antes.
Es más, nunca dejará de estar a mi lado.  En mi vida he perdido innumerables gafas, llaves, guantes, prendas de vestir, mochilas...  Nunca recuperé ninguna.  Hasta el día en que se fué.  El jueves por la noche, olvidé en la terraza de un bar muy transitado (beber para no pensar, no para olvidar, lamentable recurso, lo sé) una mochila que contenía un par de guantes que valen 180 pavos, una faja, unas gafas de sol, un pantalón de agua, una braga, un juego de llaves del parquing y 20 euros.  Lo encontró la mujer de la limpieza a las siete de la mañana.  Ningún camarero ni nadie la vió antes.  La terraza estaba llena y la mochila estuvo en la silla durante seis horas.  No creo en las casualidades.  Fué una coincidencia.  Podría parecer una anécdota cogida por los pelos, pero estoy seguro que será la primera de muchas.
No es justo.  Que se muera alguien de 36 años, con sus ganas de vivir y con la alegría que transmitia a todo el mundo no es, efectivamente, justo.  Quejarse de eso es como hacerlo de los 20-80 del poker que se van para el rival.  Si no lo tienes asumido, más te vale que dejes la partida, por que volverán y volverán y volverán.  La vida es muchas cosas.  Pero justa, lo que se dice justa, no suele serlo con algunas personas.  Simplemente, es así.

Se la han cargado. En sus ocho años de periplo por innumerables hospitales, hubo varias cagadas por parte de algunos médicos, de las gordas, que no ayudaron para nada a su curación.  Venganza y Justicia son palabras para otras Fuerzas del Universo en la que no debo interferir.  Pero hay que intentar que nadie vuelva a pasar por lo que ella tuvo que pasar, debido a un error de diagnóstico o de tratamiento.  Creo que es una obligación.  Eso hay que debatirlo con la familia (si ellos quieren) en frío, dentro de un tiempo.  Ahora, el dolor y la frustración no dejaría que pensáramos con la cabeza clara.
Pero tenía dos outs y la baraja estaba marcada.  Así que tratar de pensar que los médicos tiraron mal el turn y el river no tiene demasiado sentido.

Ahora me conviene distraerme.  Me voy a ver el fútbol...

 

17 comentarios:

todavia dijo...

Eres un sujeto increible, Bidan. Yo no se si lo sabes, pero lo eres.

Noemí dijo...

Creo que a veces no se da ni cuenta :)
Ánimo Albert.

DOORMANGORE dijo...

Ánimo, y no te mortifiques; todo esto es un río que va en una sola dirección, y remar hacia atrás no tiene sentido.

¡Adelante, Albert!

Albert Tortajada dijo...

El río sigue fluyendo y hay que seguir nadando, eso lo tengo claro.

Pero creo que el duelo creo es necesario e imposible de evitar. Aún no he conseguido un estado de absoluta ataraxia y ahora mismo no sé si lo quisiera, la verdad.

Me considero una persona la mar de normal. Quizá soy un poco más valiente que el resto a la hora de enfrentarme a mi mismo, lo que a veces puede resultar contraproducente, la verdad.

Anónimo dijo...

Que ben escribes.Aí unha das cousas nas que debes volcarte. Unha aperta

Monchp

Albert Tortajada dijo...

Moi indulxente, Meu. Pero fareino. Ainda que sexa coma terapia...

José L Ferreiro dijo...

Hay momentos en la vida en los que no paran de darte cartas de mierda y lo mejor es dejarlas pasar. Empiezas a ponerle caras al crupier, a acordarte de su familia más cercana y observas que le han salido unos cuernecillos en la frente. Las figuras están por llegar, te llevarás tus manos legítimas y la imagen te permitirá ganar muchas manos sin enseñar. Coincido con los comentarios en sus apreciaciones sobre ti y tu forma de expresarte. Par mi lo mejor es tu autencidad. Creo que tienes un blog X, desnudas tu alma en cada post.
Un fuerte abrazo, meu.

Albert Tortajada dijo...

Bueno, Jose, paciencia para esperar cartas ya demostré que tengo... :)

En cada post me ahorro 100 pavos de un psicoanalista, así que trato de quedarme a gusto con lo que escribo...

jose javier dijo...

Animo, Albert.

Anónimo dijo...

Te deseo mucha fuerza para estos duros momentos,un abrazo.

manjarin

Anónimo dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=mRQ_l6GEHCs

Animo...

Albert Tortajada dijo...

Soy de ánimo incombustible, ya sabéis. Pero un poquito más, por si acaso, nunca está mal.

Muchas, muchas gracias...

Albert Tortajada dijo...

Me mola, también, la versión de Apoptygma Berzerk. Es más, llegué a la original a través de ellos...

Anónimo dijo...

:) Bueno mi época de house pasó, pero no suena mal....

PD: Mi época heavy también... A ver si me bajo tu segunda sesión de Salou....

Anónimo dijo...

Da gusto leerle , señor.

La positividad que intentas desprender con tus palabras tras este durisimo palo es un gran punto de partida para seguir empujando la vida como tu dices.

Fuerza.

Tizona

Albert Tortajada dijo...

Esas sesiones son algo digamos... ¿antropológico?... En cuanto las termine, probablemente enterraré esas carpetas.... :)

Albert Tortajada dijo...

No hay otra, amigo Tizona. La vida sigue. Por suerte, tengo el honor de tener grandes amigos, entre los que le cuento, para seguir considerando muy interesante la existencia en este mundo...