jueves, 16 de diciembre de 2010

El Camino de Santiago. Día veintialgo...




Han llegado a pedirme que resumiera mi experiencia en el Camino en tres palabras. o en una frase.  Puede parecer difícil, pero lo he mejorado.  Lo haré en un  solo término:  Corto.
Hay muchas maneras y diversos motivos para hacer el Camino.  Si vas para menos de un mes, tienes que escoger una.  O no.  Yo fuí con un billete de autobús y una mochila, a ver que pasaba.  Y pasó demasiado.  Demasiado para tan pocos días.

Repasemos motivos diversos por los que uno puede meterse a caminar como un gilipollas durante varias jornadas:
* Por el contacto con la Naturaleza y para hacer algo de ejercicio.
* Para encontrarse a uno mismo o para darle vueltas a algún  problema personal. Para que afloren los demonios de cada uno.
* Para ponerse a prueba en lo físico.  Para descubrir el dolor en partes desconocidas de tu cuerpo. Para descubrir que cuando crees que no puedes más, aún puedes el doble.
* Para conocer gente.  Sus historias y sus ganas de pasarlo bien.
* Para ligar.  No fué mi caso, pero vi formarse dos parejitas la mar de monas, ellas...
* Para conocer Galicia.  Y Asturias, Cantabria, León, Portugal, la meseta Castellana, Navarra, la Rioja..., dependiendo de donde lo inicies.
* Para hacer una ruta gastronómico-enológica.
* (En blanco, rellenar al gusto.)
Todos muy válidos.  Y he obviado los religiosos, que pueden ser tan válidos o mas que cualquiera de los anteriores, pero que no eran los que me interesaban.  Un pretextoes válido si a ti te sirve, independientemente del rating que ese motivo pueda tenr para la mayoría.
El problema con el que te vas a encontrar, es que tienes sobredosis de todos los motivos, todos los días.  Así que, o te concentras en uno o decides disfrutarlos todos a la vez.  No es mala idea llevar en la cabeza uno de ellos, si vas por pocos días y renunciar expresamente a los otros, si quieres concentrarte en él. Yo me submergí plenamente en todos.  Me lo pasé genial, pero me faltaron días para poner en orden un par de ideas.  Por eso no descarto volver en breve, quizá en una ruta poco transitada, para tener más tiempo para mi solo.

Ahora, con el cuerpo recuperad (aún colea un poco la tendinitis en la rodilla izquierda, aunque ya no molesta), me encuentro felizmente inmerso en una ataraxia total.  Ataraxia es la ausencia de preocupaciones.  Y cada día la disfruto más.  También he puesto mi ritmo de vida al ralentí, dejándome llevar por lo que me apetece hacer, no por lo que toca hacer. Y se está de muerte, creédlo.  He ido haciendo cosillas, pero sin ningún orden.  Supongo que pronto tendré que imponerme una disciplina, para no caer en la haraganería total . Pero pronto no quiere decir ahora, ni mucho menos. Y con las Navidades al caer, menos aún.

Una de las decisiones que tomé en El Camino era la de no volver a trabajar.  Al menos en la forma tradicional.  Quedé bastante desengañado de la última experiencia.  Innumerables horas dedicadas, todos los logros conseguibles y en la calle, por un plan estratégico.  No se que mierda de plan será el cargarse a 7 de los 8 Jefes de Ventas, algunos con muy buenos resultados.  Salvar el culo, supongo.  El mindundi que nos pusieron como Jefe no creo que pueda seguir capeando el temporal más allá de mayo, en cuanto siga presentando resultados tan nefastos como lo está haciendo, sin ninguna estrategia más que echarle la culpa de esos resultados a otros.  Ya se le terminan las cabezas de turco.  Pero se habrá dejado una docena o más de personas muy válidas por el camino.  
Pero antes pienso, antes sube el pan.  Tengo una oferta en la frontera de la aceptación.  Ni es mala para rechazarla, ni es taaaaan buena como para tirarse de cabeza.  Está al lado de casa, pagan bien, el trabajo es fácil y entretenido... El problema es que... no me apetece ponerme a currar, tu...  Al menos de momento.  Pero bueno, aún no me han cogido, igual hay suerte y le dan el curro a otro y sigo teniendo el tiempo para poner en marcha un par de proyectos que me rondan por la cabeza y que no he arrancado por que aún me encuentro adaptándome a esto del slow life rythm...

En la libreta se quedaron perdidas tres anécdotas del camino:
Los calzoncillos de pelo...  No diré quien, pero en las duchas de Triacastela, creo que fué, nos contó uno que fué a depilarse las piernas por lo de ir en bici.  Ya puestos con la esteticista, le puso una tira de esas de cera en el pecho.  Ya puestos... se hizo todo el pecho.  Una vez terminado, no pensó, antes de irse, en los calzoncillos, con lo que su aspecto, en pelotas, era bastante divertido, con todo el cuerpo perfectamente depilado, excepto la zona de los slips, que conservaba todo el vello original.  Aún recuerdo el sonido de las carcajadas retumbando en las paredes del albergue.  Yo creo que me pude quitar el jabón con los lagrimones que me caían...
Otra... En la subida a O Cebreiro, en una parada técnica, a uno de los isleños se le ocurrió preguntarle al lugareño que regentaba la tasca de rigor si tenían Marie Brizard.
- Aqui no servimos mariconadas, obtuvo como respuesta.
...
- Ya estamos en Galicia, ¿verdad?, me preguntó... Efectivamente, amigo... 

Y la tercera: En una espera antes de ir a cenar, sentados en los banquitos frente al albergue, mientras esperábamos que saliera el resto, me comenta uno:
- Se me ocurre un negocio para montar en El Camino...
- ¿si?
- Una Disco-movil....
- ¿?
- Yo, es que a la gente del albergue, la veo con ganas de bailar...
Fina ironía isleña...

Una de las ideas que creo que si funcionaría, sería la de montar una especie de autobús de apoyo - guardería, para que las parejas con niños pequeños pudieran hacer el Camino sin tener que preocuparse de sus retoños.  Esa la dejo al aire, para el que la quiera explotar.  A mi, los niños me gustan un ratito y sólo los de los demás...

En fin, suponogo que me irán viniendo más cosas a la cabeza, conforme pasen los días. Ya las postearé, en su caso.

Dejaré, para acabar, ocho de las diez bienaventuranzas del peregrino.  Son las que casan conmigo.  Las otras dos tienen fundamento religioso.
* Bienaventurado eres, peregrino, si descubres que el Camino te abre los ojos a lo que no se ve.
* Bienaventurado eres, peregrino, si lo que más te preocupa no es llegar, si no llegar con los otros.
* Bienaventurado eres, peregrino, cuando contemplas el Camino y lo descubres lleno de nombres y de amaneceres. (Y de atardeceres)
* Bienaventurado eres, peregrino, porque has descubierto que el auténtico Camino comineza cuando se acaba.
* Bienaventurado eres, peregrino, si tu mochila se va vaciando de cosas y tu corazón no sabe dónde colgar tantas emociones.
* Bienaventurado eres, peregrino, si descubres que un paso atrás para ayudar a otro vale más que cien hacia delante sin mirar a tu lado.
* Bienaventurado eres, peregrino, cuando te faltan palabras para agradecer todo lo que te sorprende en cada recodo del Camino.
* Bienaventurado eres, peregrino, si en el camino te encuentras contigo mismo y te regalas un tiempo sin prisas para no descuidar la imagen de tu corazón.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Me han encantado todas tus entradas sobre el camino!
Gracias

Anónimo dijo...

Hola Albert , soy Juan Antonio ( propietario de los calzoncillos de pelos XD) Solo decirte que me ha encantado tu blog y que tiene una currada de cojones, enhorabuena.
Con tu permiso le he dicho a algún amigo que entre en el blog a leer sobre tus vivencias en el camino en la que estamos nosotros involucrados.
Un abrazo amigo. Nos vemos por Marzo.

Albert Tortajada dijo...

Me alegro, Anónimo...

El blog está para que todo aquel que quiera pasarse por él, lo haga. Cuantos más, mejor. Las visitas le dan sentido al trabajo que lleva mantenerlo.
Respecto de la anécdota, tu te desvelas. Yo suelo contar las historias de otros sin indicar quien son. Así me permiten ver otras y volver a contarlas. Imaginé que no te importaría, pero la anécdota creo que es buena, aunque no se personalice en alguien concreto.

Y si, si nada cambia, nos vemos en Marzo...

Unknown dijo...

Hola,
Me han gustado mucho tus anecdotas y la forma que tienes de vivir el momento presente. Enhorabuena.
Yo, en mi camino no tuve ningún sobresalto, de lo organizada que soy me llevé el portatil con la aplicación de geoposicionamiento del BBVA (que por cierto esta genial) y todo estuvo planificado, las rutas, los albergues, los sitios de interes...Repetiría sin dudarlo. Un saludo!

Anónimo dijo...

La aplicación del BBVA con el Camino de Santiago está en éste enlace: http://www.bbva.es/TLBS/tlbs/esp/segmento/particulares/necesidades/vivirtra/gps.jsp

Albert Tortajada dijo...

Muchas gracias, Lorena y Cris. Tomo nota de la aplicación para una futura aventura. No está de más llevar la ruta del día siguiente algo planificada...