domingo, 29 de agosto de 2010

Muse no Monte do Gozo

A las 9, después de aparcar el coche no demasiado lejos, entramos por la parte de arriba, para evitar aglomeraciones (que no hubo) y tomamos posiciones en un sitio bastante decente. Fuí con Rudy, su mujer Alejandra, y una amiga de ellos. Había quedado con un par de grupitos de gente más, pero era harto difícil encontrarse, en medio de 30.000 personas. Y me dejé el móvil en el coche. Sorry a los que llamásteis y no contesté....



El escenario, bastante imponente...



Cuando llegamos, empezó su actuacion Jónsi, el líder de Sígur Ros. Una gratísima sorpresa. Llevaba su disco en el ZEN que se perdió en Margarita, pero no llegué a escucharlo. Notita: Cogerlo con cariño, tiene la pinta de valer mucho la pena...



Cuando termina, empiezan a preparar el escenario para Muse. Emiusionados, nermiusísimos, aguardamos a que empiece...



A las 22:40 abren con New Born. Diez segundos y la piel de gallina...



Wasting our last chance
to come away
Just break a silence
´cause im drifting away
away from you...

Tenemos un sitio excelente. La última vez vinieron con 30.000 watios de sonido y esta vez traen 100.000. Siguen con Map of the problematique.

I can´t get it right
get it right
since i met you..

La tercera es Uprinsing. Ahi, los coros suben por encima de la voz de Matthew...

We will be vic-toooo-rioooouss...



No es Wembley, pero el show es espectacular. Supermassive black hole... La comunión con el público ya es total... Hace fresquito, pero no te puedes estar quieto, con lo que no se nota apenas...

Oh, baby, don´t you know i suffer?
Oh, baby, can you hear my moan?



Siguen Guiding light y Stockholm Syndrom... La épica...

But i´m lost, crushed, cold and confused,
with no guiding light left inside.

You were my guiding light...

La música es la mejor droga que hay....



United States of Eurasia... Resistance... Van cayendo, van cayendo. Conciertazo...

It could be wrong, could be wrong, are we digging a hole?
Love will be our resistance...

Este tío es un genio. En mayúsculas. GENIO...



Undisclosed desires... El tema exhuda sensualidad en cada segundo...

I want to exorcise the demons from your past
I want to satisfy the undisclosed desires in your heart

Y en ese momento entramos en el éxtasis total. Empezando con Time is running out... El vídeo no es muy bueno, pero vale la pena para ver como se lo pasó la peña... Yo vine, sobre todo, por esta y por Hysteria...



I think I'm drowning
Asphyxiated
I wanna break this spell
That you've created

You're something beautiful
A contradiction
I wanna play the game
I want the friction

You will be the death of me
You will be the death of me

Bury it
I won't let you bury it
I won't let you smother it
I won't let you murder it

Our time is running out
Our time is running out
You can't push it underground
You can't stop it screaming out

Acto seguido... Starlight.

Hold you in my arms
I just wanted to hold
You in my arms

My life
You electrify my life
Let's conspire to re-ignite
All the souls that would die just to feel alive

But I'll never let you go
If you promised not to fade away
Never fade away

El enésimo apoteósis estalla con Plug in Babe... Anoto la letra para repasarla mejor en otro ratito...

I've exposed your lies, baby
The underneath is no big surprise
Now it's time for changing
And cleansing everything
To forget your love



Ahi hacen una pequeña pausa, para entrar con el otro gran temazo, Hysteria... (Jordi, me´n vaig recordar molt de tu...)



'cause I want it now
I want it now
Give me your heart and your soul
And I'm not breaking down
I'm breaking out
Last chance to lose control

And I want you now
I want you now
I'll feel my heart implode
And I'm breaking out
Escaping now
Feeling my faith erode

Terminan la canción enlazando con un punteo del Black is black de AC/DC... Luego suena la armónica de "Hasta que llegó su hora", una película de Sergio Leone de esas de planos largos de miradas que matan... Me arrepiento taaaaaaanto de no haber ido al Vicente Calderón. Y todo por ahorrar. A veces tomamos decisiones taaaaan equivocadas....
La armónica es el preludio de Kinghts of Cydonia. Es una canción a la que le sobran los tres primeros minutos y diez segundos, lo que tarda Matt en hacer la segunda entrada para luego hacer estallar las guitarras. Me recuerda, en ese sentido al The Path, de HIM, de la que hay que quedarse con los dos últimos minutos y borrar el resto (escuchar a partir de 6:09, vamos)...

No one's gonna take me alive
The time has come to make things right
You and I must fight for our rights
You and I must fight to survive

El final del show es espectacular....





Después de Muse venían Pet Shop Boys. Pero, con todos los respetos para los autores de West End Girls, preferimos irnos con el regusto de Muse en el paladar...
La única pega... La hora y media que duró el concierto se hizo corta, la verdad... Hay que ir a verles a Wembley...

jueves, 26 de agosto de 2010

Isla Margarita. Retales.

Por supuesto, 18 días en Isla Margarita dan para muchos grandes momentos.

Los margaritas en la piscina... Jonás, como me acordé de ti...



Los desayunos del hotel, después del paseíto matinal que sigue a haber dormido, al menos, 9 horas todos los días...



El personal del Casino, que nos atendió fenomenalmente, otra vez. Muchas gracias a Enrique, en especial. Y a Angelo, por su magníficos tragos. Eché de menos a Carolina. Para mi, es una gran pérdida para el Casino.



Estupendas fueron las cenitas de grupo. En el mexicano repetimos dos veces...



Los jugos de fruta naturales. Me quedo con el de guayaba, en primer lugar y con el de parchita, en segundo. Comprar fruta en paradas ambulantes, para licuarla en casa, tampoco tiene precio. El puesto de jugos de la foto está en el mercado. Anoto para la próxima vez. Venir con ropa para dos días y una maleta vacía. Precios a la mitad o menos que en España.



Los pargos de Playa Parguito...



Los paseos en ruta o buseta. 20 cts de euro para ir a donde quisieras... Glamour, quizá poco. Efectividad, 1000%. Hasta cuando te equivocas de chisme y das la vuelta del tonto, puedes entretenerte viendo el paisaje y la gente... ¿quien tiene prisa?. En ese sentido, el ritmo vital es muuuucho más lento que aqui, Galicia incluída. Aprendí la diferencie de inmediatez entre ahora (en un rato), orita (en un cuarto de hora) y orita mismo (ya vamos)... Diez minutos quiere decir media hora.



¿Sopas en agosto? siiii... Deliciosas... Y, aunque parezca mentira, ayudan a mitigar el insoportable calor húmedo que hace aqui, en agosto. La humedad es la única pega que tiene la isla...



Del hotel nos mudamos a un apartamento con excelentes vistas a la ciudad...



Y al mar. 25 euros/dia, al cambio. Vigilancia privada incluida. Es espectacular la actitud reposada de los centinelas profesionales. Nunca vi a uno fuera de una silla. Una vez vi una silla de un vigilante apoyada sobre las cuatro patas.



Magníficas playas llenas de gente, con unos chiringuitos donde podías pasar el día gastando menos de 10 euros, comida incluida. Puedes gastar más, claro. Pero no hace falta...



En la comida incluyo sopa de marisco. A ver por donde metes la cuchara, con tanto bicho. Se llaman fosforeras.



Las playas depararon múltiples imágenes bucólicas...



Y encontrar una playa desierta, no es nada complicado...



Comer en los puestos de comida rápida no es como aqui. Es mucho mejor... Un pollo a la brasa o una pizza hecha en horno de leña son otros dos grandes placeres que te depara la 4 de mayo.



Creo que de la gastronomía local me quedó poco por catar...



Sorprendentes bichos varados en la arena...



Ir de compras. Descubrir como los precios de la comida son algo más baratos que aqui, pero no tanto como para compensar la diferencia de sueldo base. Como hay 50 tipos de mostaza, pero no suele haber mantequilla o el aceite de oliva es un lujazo. Lo de la falta de abastecimiento es una trola, eso hay que decirlo. Pueden faltar un par o tres de productos. Pero eso también me pasa aqui cuando voy a Carrefour...
Y, por supuesto, el precio de los licores. El botellón sale regalado. Una botella de Johnnie Walker, etiqueta negra, 9 euros... Eso si, si quieres una copa de reserva, en la mayoría de los bares te vale con pedir etiqueta roja. Con lo que suelen tardar en traerlo, cuando llega ya es añejo... En el Casino, gran reserva...



Una parrillada en la piscina puede ser una forma excelente de pasar un día.



Las ostras naturales. 0,50 euros, la docena. Si quieres no cayeron diez docenas, para abrir el apetito para los Pargos....



Y, después de comer, un masaje completo. 45 minutos, 10 euros... Si alguien va a Margarita y quiere el teléfono o el mail de Mari manosdeoro, se lo paso...



A falta de una partida limpia en vivo, hicimos alguna larga sesión con Luis Rodríguez, algún día hasta que salió el sol... Lástima de un par de badbeats en momentos claves, para un pinchazo gordo. Al final, unos cuantos itm, para calderilla. Pero me llevo todo lo que aprendí con el crack, que fué mucho.



La gente que conocí. Flor y su hija.



Las relaciones públicas del Casino.



Los del equipo Poker009



Algún crack local. Kamel es un tipo muy especial. Me faltan fotos de Tullio y su hermano.



Los cacereños...



Juan Carlos, otro gran tipo... Un abrazo, amigo. Y muchas gracias por intentarlo, de verdad.



Pero como mejor me lo pasé fué haciendo de papito por unos días. Le tenía algo de respeto a a la experiencia, pero es de lo mejor que me ha pasado últimamente. Es agotador, de acuerdo, pero no es tan complicado...





Bueno, algunos detalles se me escapan. Es lo que tienen los bebés muy activos. Ami no para y es muy difícil tenerla bajo control absoluto. Bueno, difícil, no... imposible...



Lo normal, era esto...



Si piensas que estás en forma, carga una personita durante un par o tres de días y ya verás como te encuentras a las diez de la noche. Notita mental: Intensificar la preparación física.





En fin, una experiencia realmente maravillosa. La pena es que con su mamá no terminara tan bien. Yo llegué al trópico con ropita de verano, me encontré Islandia y me resfrié. Con la nariz llena de mocos no pienso demasiado bien, así que se estropeó en un estornudo de los gordos. Igual si hubiera sido previsor y me hubiera llevado una prenda de abrigo o si alguien hubiera bajado o apagado el aire acondicionado... quien sabe...



Como hay que escoger una foto, me quedo con ésta, que creo que transmite perfectamente el espíritu de la Isla... De día. La noche consiste en rumba, joda y tusabes... (fiesta, cachondeo y sexo...)



En diciembre hay otro torneo coincidiendo con el puente. Y la presentación de Poker009 en Venezuela, o algo así, lo que hace más atractivo el viaje. Ahora parece lejano, pero quien sabe si volveremos. Pasando por Caracas, ni loco, eso si...

Anécdotas del Camino

Estamos comiendo en O Pino, una de las etapas finales del Camino de Santiago. Van entrando peregrinos al comedor. La mayoría, anda como patos. Las ampollas que deben llevar en los pies hace que parece que estén escocidos. Sus caras denotan mucho cansancio.
Me miro a un grupito y cruzo una mirada con un tipo que está en la barra:
- No me dan ninguna pena. Hay que estar mal de la cabeza para venir desde allí, a pié... (leáse en gallego profundo)
Me lo miro con algo de incredulidad y sigo comiendo. Al poco entra otro grupito que arrastra los pies.
- Ninguna pena. Venir a pié desde allí. Hay que estar tarado.
Apura su cerveza y se va.
Luego, el dueño del restaurant nos aclara. Es el dueño de la gasolinera. Está claro que, para determinados negocios, el Camino no es la gallina de los huevos de oro...

miércoles, 25 de agosto de 2010

Caracas. Aeropuerto Internacional

A pesar de que hice un missclick con el objetivo principal del viaje a Venezuela y el secundario (el torneo) tampoco va a pasar a la historia, los días que pasé en Margarita han tenido algunos momentos muy bonitos. Con calma ya haré un post sobre ellos.
Pero mención aparte merece el viaje de vuelta. La experiencia vivida en el aeropuerto de Maiquetía fué vergonzosa. No sólo para mi, si no para la mayoría de viajeros que pasan por la Terminal Internacional, así que lo relataré aparte, para no empañar el recuerdo del viaje.

El domingo por la mañana, a las 10:30, me recogía un taxi en el apartamento. Paré por el camino a despedirme de Marian, en el momento más amargo de todas las vacaciones. Quien sabe qué depararan nuestros caminos.
El taxista, supongo que para agradarme, lleva un cd de José Luis Perales. Canciones de desamor es precisamente lo que menos me apetece escuchar. Peor que el día en que estábamos con Luis Rodríguez en el lobby del hotel, jugando tranquilamente al poker online, cuando se puso un tipo al piano y una señorita desenamorada nos torturaron a dúo durante dos horas largas con canciones tristes mientras nos cosían a badbeats en FullTilt. Cantar, cantaba bien, pero ninguna alegre, tu... Y la sesión de poker fué para olvidar.
En el taxi, desconecto y me concentro en el paisaje.
Llego bien al aeropuerto de Porlamar. Los controles, los normales de cualquier aeropuerto. Facturo la maleta y me dispongo a pasar la hora que falta hasta la salida del vuelo tratando de no darle demasiadas vueltas a la cabeza. Imposible.



En el avión dormí hasta que llegábamos a Maiquetía. Es sorprendente la capacidad que tengo de sobar en un avión en cuanto arranca los motores.
Mi maleta sale la tercera por la cinta. La recojo y me voy hasta la terminal internacional. Entro por la primera puerta, error. Tenía que haber recorrido la terminal por fuera, a pesar del calor. Recordando la experiencia de febrero, donde nos pararon hasta tres veces, traté de mentalizarme y de poner buena cara, lo que no era nada fácil, dado mi estado de ánimo. Los mostradores de Air Europa están en la otra punta. Cuando ya estoy llegando, una señora vestida de azul me pregunta, sonriente:
- ¿Que aerolinea busca?
- Air Europa
y señalo los mostradores, disponiéndome a seguir. Pensé que era de atención al viajero o algo así.
- Espere, espere... ¿viaja solo?
Me la miro, con incredulidad. Mide 1,50 y algo menos de cintura. Podría pasar por personal de mantenimiento. Me señala una insignia que lleva en el brazo. Policía Judicial. Ah, coño, ya empezamos...
- Si, viajo solo.
- ¿De dónde viene?
- De Margarita
- ¿Que lleva en las maletas?
- Ropa sucia.
- Tendremos que hacer un chequeo de sus maletas.
Pues bueno, vamos, que remedio... Me llevan al final de un pasillo, donde hay una mesa. Un tipo me abre la primera maleta y esparce el contenido sobre una mesa. Consejo nº1. No hace falta doblar la ropa y meterla con gracia, si vas a pasar por ese aeropuerto, de salida; es inútil. Abre la segunda. Esa si está llena de cualquier manera. Me pide que saque la ropa. Señoritos hasta para eso. La saco. Inspecciona posibles dobles fondos y cuando se cansa me indica que ya puedo volver a meter la ropa dentro.
Mientras, un tipo alto, de paisano se pone a hablar con la señora amable que me llevó hasta allí. Me dice:
- No se preocupe, ahora le llevo al principio de la fila.
Bueno, son amables, al menos. Cuando tengo la ropa dentro, firmo un impreso, pongo las huellas digitales de mis dos pulgares en él y el tipo me acompaña hasta el mostrador de Air Europa. Pasamos toda la fila y me coloca delante de la entrada de Business, que está vacía. Le doy las gracias. Pero se me coloca de tal manera que no le oigan el resto de pasajeros y me dice:
- Habrá que darle algo a la supervisora.
Aaaaah, amigo, así que era eso... Me iba a rebotar, yo no tengo ningún problema en hacer cola, pero vista la connivencia del tipo con la policía, empiezo a imaginar cuartos oscuros y guantes de látex y claudico.
- ¿cuanto?
- Con doscientos será suficiente.
Son 20 euros de nada, pero llevo moneda local justo para pagar las tasas, comer algo y comprarme un libro. 350 en total. Y no tengo ganas de cambiar euros.
- No llevo ese dinero. Como mucho puedo darle 100.
Después de un tira y afloja, el tipo coje los 100 bolos y desaparece. Ahora tengo que escoger entre comer y comprarme el libro para el viaje. El ZEN no es un recurso para distraerme durante las 9 horas del vuelo. Es el segundo viaje que vuelvo sin el chisme. El otro lo perdí en la danubiada, en Budapest. Habrá que empezar a incluirlo en el coste de la próxima salida, antes de partir...
Son las 3 de la tarde. La gente está algo indignada por que debían abrir los mostradores a las 12. Hay quien lleva esperando desde las 11 de la mañana.
Entablo conversación con mis vecinos de cola, que deben pensar que soy un VIP o algo parecido. A las 16:30 abren la facturación. La supervisora se hace la longuis y cambia las cintas para que todos pasen por los mostradores de clase turista. Vaya, te timaron, que sorpresa... A pesar de ello, nadie pone objeciones para que entre el tercero a facturar. Se ha puesto un soldado del ejército regulando el paso de gente. Cuando me toca pasar, empieza el ritual:
- ¿Viaja solo?
- Si
- ¿De dónde viene?
(y 10 preguntas más que no reproduzco, por repetitivas)
- Tendremos que chequearle las maletas.
- Me lo acaban de hacer.
- ¿quien?
- La Policía Judicial
- Es igual, volveremos a hacerlo.
No me lo puedo creer... Me dice que vamos a ir a un cuarto reservado y le contesto que no hace falta, que podemos hacerlo allí mismo. Así que cojo la maleta, la pongo sobre una mesilla que tienen los soldados al lado de la fila y me la abro. Puedo pasar sin comer, llevo varios dias desganado y comiendo apenas, así que un día más no importa. Pero no quiero subir al avión sin comprarme el libro.
- Espere... ¿quien le revisó la maleta?
- Ya le dije, la Policía Judicial.
El soldado manda a un compañero a preguntar y cuando vuelve, al cabo de 10 minutos, me indica con la cabeza que pase. Con la mirada, además, me perdona la vida. Recojo la ropa que había sacado, me muerdo la lengua por primera vez durante el día y facturo la maleta.
Decido pagar las tasas y pasar los controles de seguridad y de inmigración. Si doy demasiadas vueltas por la terminal, acabaré contestándole mal a alguien. Y eso no es buena idea. Aqui le pones un uniforme con insignias a cualquiera y se cree Teniente Coronel. Y no me apetece, para nada, perder el vuelo. Aún así, antes de entrar, vuelvo a enseñarle el pasaporte al presidente de la república. Debe ser eso, por los aires que se da. No sabe ni manipularlo y me despega las hojas centrales de las tapas. Estupendo. Pasaporte roto. Maldito inútil...
En el control de seguridad, mi equipaje de mano pasa por dos scanners. Sin problemas.
Al rellenar el formulario de inmigración, ante la casilla donde pone "motivo del viaje", dudo entre escribir:
* Terrorismo internacional a gran escala
* Narcotrafico organizado de pequeñas cantidades.
* Convalecencia mal curada de una Gripe N1H1.
En Méjico no recuerdo cual de las tres escojí, contando que no lo leerían. Esta vez decido no pulsar el sentido del humor de los funcionarios locales y me dejo llevar por la vena romántica y escribo la verdad:
* Amor.
Menos mal. La funcionaria si se leyó el formulario y al ver mi respuesta, me mira, sonríe y me pregunta:
- ¿y que tal?
- Bueno... a veces las cosas no salen como queremos.
Me sella el impreso y termina el último control, menos mal. Bueno, eso creí...
Una vez en la zona de embarque, veo que faltan 3 horas para que salga el vuelo. Decido pasear, viendo tiendas. Embarcamos en la 25 de 28. Voy hasta la puerta 1. Hay soldados y Seguridad Aeroportuaria paseando, pero no me molestan en el trayecto de ida. En el de vuelta, dos veces tengo que enseñar el pasaporte. En una, además, abrir el trolley. En las tres, las diez preguntas de rigor. Que cansinos son...
Decido meterme en la feria de comida y moverme lo menos posible. Una arepa, una cachapa y un jugo de guayaba consumen casi todo lo que me queda de moneda local. Ya pagaré el libro con tarjeta, que más da, ahora.
A las seis, me dirijo a la puerta de embarque. Tengo que enseñar el pasaporte dos veces más. Hasta los cojones, me tienen. Esto no es control, es acoso.
En una tienda ofrecen un masaje exprés por 40 bolos. Me quedan 32... La tienda de libros está cerrada y tengo que conformarme con una revista.
En las tiendas oficiales de cambio, te dan 4.28 bolos por dólar (nosotros los cambiamos en la isla a 8.5) y 2,6 si los quieres comprar. 5.2 bolos por euro (los cambiamos a 9.8) y 3,5 si los quieres comprar. Normal que nadie las use, habiendo personal de todo tipo pululando por el aeropuerto que te vende lo que te haga falta.
Ya en la cola entablo conversación con un gallego que, como yo, va hasta Vigo. Nos contamos anécdotas varias del viaje y de Galicia. En vista de que eso no se mueve, vamos a tomar unos refrescos. En la tele dan un partido de fútbol local. Juega el Lara contra el Esppor. Gana el Lara 1-0 a la media parte. Como es de Barquisimeto, me pongo de su parte. Terminan perdiendo 1-2, con la luna, casi llena, luciendo en lo alto.



A las 19:55 debía salir el vuelo. Desde las 18:50 en la pantalla que anuncia el vuelo, pone Boarding. Son las 20:15 y aún no se ha montado nadie. Por la megafonía van llamando gente para revisar las maletas. Antes de cargarlas al avión las pasan por un scanner y por los perros. Si ven algo raro, llaman al dueño para que la abra. Absolutamente tercermundista. ¿Que coño les cuesta revisarlas antes de facturar?.
Si todo este periplo te lo hacen pasar al llegar, mira... con las vacaciones se te olvida. Pero al irte, lo que consiguen es que se te quiten las ganas de volver otra vez. Si alguna vez vuelvo, lo haré via Frankfurt-Porlamar. Algo muy gordo tendría que pasar para que vuelva a pisar esa mierda de aeropuerto.



A las 21:36 abren la puerta del finger. Tengo asiento en la primera fila, así que soy el penúltimo en entrar. Son las 22:34. Ya dentro, haciendo cola mientras la gente acomoda su equipaje de mano, un mono vestido de soldado se queda mirando al señor que tengo al lado de arriba abajo. Ni Stallone igualaría esa mirada de chulo de barrio bajo. El señor, supongo que tan hasta los huevos como yo, le espeta:
- ¿que miras, culebra?
Uy, lo que le ha dicho, lo que le ha dichooooo... Sonrisa pérfida del chimpancé uniformado y le empieza con la batería de preguntas:
- ¿viaja sólo?
(y lo que sigue habitualmente)
Como se ve que yo también miré mal al animalito, empieza conmigo:
- ¿Viaja con él?
... con tu puta madre...
Así que ya nos ves, al señor, a menda y a una señorita, que también viaja sola y que cumple el otro perfil principal de traficante a pequeña escala, camino del scanner corporal. Como perdamos el avión, te arranco la cabeza y te la meto en el culo como una aceituna, me pase lo que me pase luego...
Lo que pongo en cursiva son pensamientos. Calladito como nunca he estado, paso el puto scanner, mientras el señor (que resulta ser de Barquisimeto) y el General de Brigada siguen dale que te pego. Que si cumplo con mi deber ¿tu deber, acosar a todo el mundo, mamón? Que si no soy un malandro para que me hable así (un malandro está por encima tuyo en la escala social, mona de circo...) Que si no hay derecho que traten a los viajeros así... (no, no lo hay) En fin. Dan ganas de arrancarle un brazo, congelarlo y luego golpearle la cabeza hasta que no sea más que una papilla.
Otro trámite más y vuelvo corriendo al avión. Nos esperaban. El señor, al llegar, resulta tener el asiento contiguo al mío y reclama a la azafata que pagó por viajar solo. Me piden si me importa cambiarme. Miro al gordo de mierda y cuando veo que me ofrecen el mismo asiento al otro lado, al lado de una señora, no pongo pegas y me mudo. Hoy no es el día para hermanarse con Barquisimeto, parece...
La señora resulta ser una encantadora profesora de Yoga que trabaja en París. Anoto. Iniciarme en Yoga. Tenemos una entretenida conversación hasta la cena, donde, obviamente, me da su punto de vista de opositora feroz a Chávez. ¿quedan partidarios de Hugo?
Luego dormimos hasta prácticamente llegar a Madrid. Al menos, yo. Ella, supongo.
El retraso de la salida hace que perdamos el enlace a Vigo. Tirados en Barajas hasta las 18:30. Los controles de Barajas y la atención del personal del aeropuerto parecen el Majestic, comparados con el zoo de Caracas. Nos dan de comer y echo una siesta de cualquier manera, en un banco. No me siento las piernas. La rabadilla ya ni te digo.
Llegamos a Vigo a las 20:00. Mi maleta sale la primera. Llamo a un Guardia Civil y le digo que quisiera abrirla delante suyo, para evitar lo que sea. Me pregunta que llevo. Yo metí ropa sucia, le digo. Pues eso es lo que habrá, me contesta. Pues vale.
Al salir del aeropuerto de Vigo, más recuerdos amargos, hay niebla y llueve. Perfecto, ya estamos casi en casa...



Fran, el gallego con el que he compartido penas de viaje, me acompaña a recoger mi coche. A ver cuando podemos tomarnos unas cañas en una situación decente, señor...



Una hora y media de autopista después llego a Miño. Me ducho y me meto en cama. Son las 23:45. No me puedo dormir hasta las tres. Llevo 40 horas dando vueltas por el mundo...
Me cago en la revolución bolivariana.