viernes, 25 de junio de 2010

Julieta...

Llevo 6 años en Galicia y aún no había estado en un concierto en el Multiusos del Sar, ya es raro.

Cornelius 1960 esperará a otra ocasión. Curro y no me fué posible llegar a las 20:30 a Santiago. Los gallegos abrian el Help festival. Después suyo, Morcheeba. Aprovecharon para presentar su último trabajo, Blood like lemonade. Los británicos, lo que hacen lo hacen como los mejores en su género. Que no es muy saltarín, vamos. Volvían con Skye, la cantante originaria, quien con un llamativo vestido de plumas, made by myself, como dijo, se encargó de animar constantemente al público, visiblemente ayudada por los efectos de la sangría. Durante el concierto volaron varios vasos de medio litro entre los miembros del grupo, que viva España.

Eso si, por la noche, al llegar al hotel, me tuve que duchar para quitarme el olor a porro, que se me había pegado no sólo a la ropa, si no que hasta mi piel olía a hachís... Skye se debió dar cuenta y pidió al público a ver si había alguien que le podía pasar un cigarrillo con marijuana para el DJ... ¡Que lejos quedan aquellos tiempos en los que lo máximo de un concierto era pasar al backstage y colocarte con los artistas!. Los mánagers de ahora no valen ni para conseguir drogas...


Lo del DJ merece comentario aparte. ¡Peaso curro tiene el tío!. Ya me lo imagino en las comidas de Navidad.

El cuñao: y tu.... ¿a que te dedicas?
El DJ: Pos yo le hago los escraches a Morchiba..
El cuñao: joer, eso debe ser peligroso, digo yo...
El DJ: Ya te digo... Ahora estoy de baja, que pillé silicosis en las muñecas, de tanto darle.

Imagino que, como en la mina, tendrá derecho a jubilarse unos años antes de los 65.
Pero bueno, ironías aparte, la actuación estuvo estupenda, tanto por la banda como por la calidad del sonido y las luces. Habrá que buscar su último trabajo. Sonaba bien


Después de una pausita, la esperada. Juliette empezó su actuación tocando un solo de batería. No es su fuerte, pero se le perdona todo, en pos del chou. Tardó dos canciones en meterse a todo el público en el bolsillo.


Juliette es electricidad pura. Exuda sexualidad por todos los poros, lo sabe y juega con ello en las pausas entre canciones.


Tardó dos canciones en tenernos fascinados. Alguien dijo que debe ser la hija de Iggy Pop. Pues es muy probable. Con Purgatory Blues, la comunión llegó a su punto máximo.


Un repasito por su último trabajo (aceptable) y un paso por el escenario de una hora y cuarto que pareció corto. Se despidieron sin bises, dejándonos con un ligero regusto de que podía haber sido más. Aún así, un concierto de Julieta es como una recarga de stamina o una dosis triple de vitaminas...



No hay comentarios: