martes, 11 de agosto de 2009

Piragüismo

Me tenía algo carcomido el vivir a la orilla de la Ría de Betanzos y no haberme dado nunca un paseo en barca por ella. Como mi círculo de amigos no frecuenta ningún Club Náutico y a mi no me da para ir a ver al señor Rodman (el del basket no, el de los astilleros), me apunté a un curso de piragüismo en el Club de Betanzos.
Ahi he aprendido cosas fundamentales para la vida de un hombre que desconocía hasta la fecha. Que existen canoas y kayaks. Que el remo no se llama remo, paleto, se llama pala. Y que lo de las piraguas involcables es un mito de internet. Todas vuelcan.
Después de unas primeras lecciones, hoy me atreví a llevar la cámara de fotos, aún con el recuerdo del desagradable bautizo en Punta Cana en la mente. Pero la semana pasada no terminé en el agua ningún día y eso me daba ánimos.
Enfilé Ría abajo pasando por debajo del puente del ferrocarril.



Unos minutos mas tarde, Betanzos tenía este aspecto, a mis espaldas. Me curzo con una planeadora de la Guardia Civil. Menos mal que no iba a por ningún fardo hundido. Si me piden la papela, me pillan indocumentado.



Cuando enfilaba la abertura de la Ría empezó a levantarse algo de aire.



La cosa se fué poniendo cada vez mas fea. Costaba mantener el kayak con la proa apuntando al mismo sitio. Había tremendas olas de hasta dos palmos. ¡Dos paaalmos, mi má!. Cuando la situación estaba casi controlada, saltaron las alarmas en la nave. Se aproximaba un tronco de unos unmetrocincuenta y ocho centimetros de grosor. Estuve a punto de mandar soltar los botes salvavidas y abandonar el barco al grito de "¡Las mujeres y las ratas, primero!". Pero pude mantener la cabeza fría y esquivar el peligrosísimo obstáculo que me podía haber abierto una vía de agua a babor. Ya me veía en pié, en la popa del barco gritando: "Caguentó, caguentó. El mundo era miooooo!"
Ahí decidí que quizá era mejor dejar la excursión para otro día. En la maniobra de media vuelta entra algo de agua en la embarcación. Entre eso y mis 96 kilos estábamos con la línea de flotación tres dedos por encima del agua. Notita mental: tengo que llevar un cacito para achicar el agua, la próxima vez.
En estas que se me cargan los aductores y echo el cuerpo un poco hacia atrás para relajarlos. Exactamente el mismo error que en la República Dominicana. Con idéntico resultado. Hombre al agua. El agua de la Ría se parece bastante a la del mar. Y es igual de salada.
¡La cámara, la cámara! estaréis gritando. Tranquilos, me proveí en Decathlon de una bolsita impermeable, que gran idea. Eso si, tengo que comprar un gadget para atar las chanclas a los tobillos, como los windsurfistas. Perdí la del pie izquierdo.
Por suerte, un buen señor (¿donde coño estaba la Guardia Civil entonces, eh?) me recogió en su embarcación (un Rodman, que casualidad) y me ahorré la penuria de arrastrar el puto kayak hasta la orilla. En el rescate se le enganchó la hélice en un amarre y casi se carga el motor, pobriño. Mira que andar recolectando gafes...
Una vez en la orilla y drenado el bote, volví a puerto sin mas sobresaltos. Allí me esperaba el instructor con ojos como platos. "¿con esa canoa saliste a la Ría? Pero si es para jugar a kayak-polo en piscina. Se te la ha tenido que llevar el viento, fijo...". Pues no, listillo. El finde estuve viendo unos vídeos de técnica de paleo. Cuando quieras te echo una carrera...
En fin. A pesar del incidente, hoy vuelvo a la carga. Conmigo no puede un trozo de plástico, eso lo tengo claro. A ver quien domestica a quien... En cuanto el potro se docilice, este deporte tiene que ser la repolla. Y cuando consiga no terminar en el agua, el Valhala...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Jajajajaj... Me parto Bidan Jones... quien la sigue la consigue... ánimooooooo

Tsuna.

Albert Tortajada dijo...

Pues si es por cabezón, que se prepare David Cal...

todavia dijo...

Bien que sabias en que momento ibamos a preocuparnos por la camara y que pensariamos primero en ella que en el naufrago jeje. Bueno, es que no cuestan cuartilla...

Deja leo la parte 2.

Albert Tortajada dijo...

Dicen que un experto es un tipo que cometió todos los errores posibles en un campo determinado. Y aprendió de ellos. Por eso no comete mas...