martes, 26 de mayo de 2009

Dark Sanctuary

Compré una treintena de cd´s a través de Amazon y me están llegando estos días. Discos buenos, de los que hay que tener, pero cuyo precio de salida en tienda desaconsejaba en su día. La verdad es que en Amazon se compra bien si no fuera por los gastos de envío. Al final es mejor ir directamente a la web del distribuidor. La primera vez, pero, se paga la novatada.

Estoy escuchando el "Exaudi vocem meam 1" de Dark Sanctuary. Piezas tranquilas, muy influenciadas por el gótico atmosférico, en un estilo definido como dark ambient. Cuca, la gata, está durmiendo al lado del altavoz con cara de estar en otro estado de conciencia. Luego la azuzo, no sea que la haya palmado y yo aqui pensando que le gustan... Acabo de encargar el volumen 2, tan bueno como el primero. No puedo hablar demasiado de las letras pues no domino ni el francés, ni el alemán, ni el latín, las tres lenguas que utilizan. Simplemente me quedo con las atmósferas musicales.

Dejo una muestra de lo que hay en el disco. No siempre apetece música movidita y bailonga. A vecs como menos bpm´s tenga, mejor acompaña...



sábado, 23 de mayo de 2009

Una semana en la República Dominicana

Ahi, con la vena poética hasta en los titulares. Si es que llevo la literatura tatuada en los genes.

Pues eso. Ahi va el tocho acerca de la semanita que me gané en el curro por los resultados del año pasado. Queee bue-nos son los franceeeeseeeees, que bueeeenos sooooonnnn, que nos lleeeevan de excursióoooooon... Ahora, por fin, ya se lo que es una república bananera., de primera mano.

Salí el sábado a las 10 de la mañana de casa, para pillar un avión en Coruña con destino Madrid. Allí abandoné la maleta con la desagradable sensación (que no se cumpliría) de no volverla a ver nunca más. Por si acaso llevaba un bañador y una muda completa en la maleta de mano. Eso, preservativos, antigripales (porsi la N1H1) 1000 pavos por si se terciaba una mesa de poker y crema protectora factor 20 (a todas luces insuficiente, como se demostró). Preparadísimo.

Llegamos a Barajas bien y nos juntamos con los de Vigo, Josué y Abel, con Juan de Barcelona (Juju, de aqui en adelante) y con Elena e Ismael de Zaragoza. El club Elite de Elis, versión 2009. A las 3 de la tarde embarcamos en un bicharraco que iba hasta los topes. Me tocó al lado de una señorita la mar de simpática, una víctima mas de la crisis. Iris estuvo trabajando 9 años de camarera en Donosti. Al quedarse sin trabajo, pa casa. "Para no tener nada, al menos estoy con los mios". Va a Pedernales, a la otra punta de la isla, con lo que, muy probablemente, no nos volveremos a ver mas. Que tenga suerte, señorita.

9 horitas infernales, dos peliculas y dos periódicos después aterrizamos en Santo Domingo, con la rabadilla completamente anestesiada. Elena aprovechó el tiempo mejor que yo.



Mi reloj marca las 12:20, spanish hour. Ya hace 14 horas que salí de casa. Las maletas tardan una hora en salir, con la consiguiente intriga. Josué es especialista en que le pierdan el equipaje y no lo pasa nada bien.

Menos mal que el guia nos recibe con el producto estrella del país, la cerveza Presidente. Mas de un día cantamos lo de ¡Presiden-te, presiden-te, presiden-te! en la barra de la piscina.



Luego nos meten en un bus para hacer los 280 kilómetros hasta Punta Cana. Tengo que explicarle al que montó el viaje que hay un aeropuerto a 20 minutos del hotel donde íbamos, mamón. 4 horas de bus. Cuaaaatroooooo.  Vaya malleira. Son las 11 de la noche cuando llegamos al hotel. Mi reloj marca las 5 de la madrugada. Total: 17 horas de viaje. Ya puede estar bien esto, ya.

En el check-in ya entramos en contacto con el concepto "minuto dominicano". Cuando te dicen "un minuto" se refieren a un espacio indeterminado de tiempo que no tiene nada que ver con nuestros 60 segundos.

A la recepción llega el sonido de la discoteca. Bachata, merengue... Esto va a ser un infierno musical, me temo. Pero nos miramos y quedamos en ducharnos y dar una vuelta de reconocimiento. Nada mas entrar, los peores presagios se cumplen. La música es la típica del Caribe. Una auténtica mierda. Menos mal que el ron es excelente. Volví megafan del Barceló añejo, tú.

A estas Juju me comenta: "Tio, tio, me ha entrado esa morena". Me giro y veo una mulata espectacular. "Ojito, neno, que aqui hay muchas putas sueltas" (leí un artículo, antes de partir, que decía que se calculaba que en la República había 200.000 prostitutas). "Que no, que no, que le gusto". En fin. Cinco minutos después vuelve y me dice: "Joder, tio, me ha pedido cuarenta dólares". Ves, ves, si es que estás más verdeeee...

"¿Cuarenta dólares?. Preséntamela", le digo. Erika, que tal, pues eso, de vacaciones ¿y tu? pues eso, buscándome la vida. Pues vente a la 2214, a ver si la encontramos. Fin del primer día. Esto promete.

Al levantarnos (a las ocho, a las ochoooooo, hay que estar jodido de la cabeeeeeza) el día no parece claro. Josué es un tipo matinal, se nota. Yo es que evoluciono mejor conforme avanza el día. Y no te digo na cuando se aproxima la noche.



Damos una vueltita por el resort, antes de desayunar como si fuese la última cena, que jartá de comer los primeros días, mi ma...





El garito tiene muy buena pinta.



En principio, mi idea de la semana era rascarme los percebes y leer, como deporte de riesgo. Relax total, vamos. Si yo soy hiperactivo, Josué déjalo ir. A las 11 de la mañana, 36º nos ponemos a jugar a tenis. Albert Federer barre a Josué Nadal 6-0 6-1 a pesar de que hacía cinco años que no empuñaba una raqueta. Oé oé oé o-é o-é...



De ahi, a la piscina, al deporte que mas practicamos durante toda la semana: el ronconcacacoling. Obsérvese que ahi aún tenía cámara de fotos. Le quedaban pocas horas de vida.



El grupo, al completo. Una semana por delante, cobrando la nómina y sin perder dias de vacaciones. ¿Que más se puede pedir? (se me ocurren algunas respuestas, se me ocurren...)



El stress y la presión empiezan a afectarme, como se puede ver en la foto...



La verdad es que la piscinita no está nada mal, no...



A estas alturas ya han empezado a asaltarnos los vendedores de excursiones, que lacra. Vaya pesadez de tipos, tu. ¡que no me sale de los cojones hacer submarinismo, hombre, a ver si así te enteras de una reputa vez! Es una agonía constante. En dos días ya ni se nos acercaban, pero al principio lamenté haberme dejado el colt 45 en Miño. Son descendientes de piratas, que quieres. Después de comer, primer contacto con el Caribe.



El Caribe es ese líquido azul de varias tonalidades y que rodea a la tipa de la tumbona. El bicho se llamaba Elizetta (o algo así) y prefiere habitualmente la compañía de los especímenes de su género. Excelente re-raise, con toda la Fold Equity del mundo. Decidimos darnos una vuelta en barco.



En este no. Estaba fuera de nuestras posibilidades. Nos tuvimos que conformar con una propuesta algo mas modestita, pero divertida, al fin y al cabo.



Olvido que no me había montado nunca en un chisme de esos, con lo que mi pericia a los mandos debía ser limitada, como así resultó. Termino volcando. Es entonces cuando descubro que la cámara fotográfica no es submergible. La tengo dos días en arroz pero no da señales de vida. En fin, intentaremos ejecutar la garantía, a ver si cuela.

Trato de averiguar si televisan en algún sitio el Barça-Villarreal, pero nasty. Me entero por la internete de la relaciones públicas que no seremos campeones hasta la semana que viene. Cenita, espectáculo de circo en el teatro y unas copichuelas en la discoteca. La disco está bastante apagaducha. Aún así liamos alguna conga y unas rondas de chupitos para todo el personal. El animador del complejo se fué media hora antes de cerrar, viendo que no hacía ninguna falta.

El lunes Josué nos aporrea la puerta a las siete y media. Dios, esto es un infierno y este tio es Satanás. Aunque el verdadero infierno nos esperaba en la excursión en bicicleta. Unos hierros con dos ruedas, sin frenos y con un sillin que pugnaba por llegar al estómago por el lado opuesto al píloro.
Para aminorar velocidad había que pedalear marcha atrás, tecnología espacial.



Me tengo que cubrir el cuello pues ayer, al sol del Caribe, le dió la risa con mi factor de protección 20. Casi me chamusco. Entramos en contacto con la arquitectura típica del país.



Obviamente nos llevan a una bonita playa donde, cómo no, hay unos puestos de souvenirs que untan al guía. Consejo nº1: No compren ningún recuerdo hasta el último día. Si lo hacen antes, se irán de la isla con la sensación de que les timaron, lo que es del todo cierto. Descienden de piratas, ¿recuerdan?



Como el cuerpo parece no estar suficientemente castigado, nos damos una tunda al padel. No sabemos el reglamento, ni tenemos ganas de preguntarlo, asi que no gana nadie. Lo dejamos estar cuando vamos hartos de ir a por las pelotas fuera de la pista... Sabiendo algo de estrategia tiene que estar bien, el jueguecito.



El resto del día, en el bar de la piscina. Solecito y risas. El Tiki-taka empieza a hacerse oír. Nos juntamos con un grupo de Madrileños, con unas amigas valencianas, con unos extremeños y con unas chicas de Alcanar. El rincón ya se conoce como la "Little Spain". Aprovecho que Josué está distraido jugando al fútbol para escaquearme y echar una buena siesta, que falta me hace.

Por la noche cenamos en el restaurante de pescado. La comida es excelente. De la discoteca (pedíamos los chupitos de Mamajuana de 20 en 20 y el animador se volvió a ir antes de hora, algo frustrado) al bar de la playa, que está abierto 24 horas. Es el primer día que vemos salir el sol. Algunos, que otros están derrotados en la cama.

Juju está preocupado por la baja tasa de presencia femenina. A base de cerrar la puerta de la habitación con pestillo y de dormir con el reproductor de música conectado, el martes consigo levantarme algo mas tarde. Comemos a la una, que nos vamos de excursión. Parece ser que el Universo ha escuchado las plegarias de Juan y acaba de llegar un autocar de solteras canadienses.

Ejecutamos el truco de la mesa ouija, que consiste en levantar la mesa con las rodillas y acercarla a la de al lado mientras sigues comiendo como si no pasara nada. Lo único que conseguimos es que recojan los bolsos y los pongan lejos de nuestro alcance. No me extraña que Canadá también se esté yendo a tomar por culo. Lo merecen.

El tipo que nos vendió la excursión se olvidó mencionar que el trayecto en transporte de ganado hasta el punto de salida duraba una hora y 45 minutos. Apunto mentalmente utilizarlo como papel higiénico cuando llegue. En el trayecto pierdo mi gorra del Wynn. Tendré que volver a Las Vegas a comprar otra, carallo.



Empezamos a darnos cuenta que la seguridad en las carreteras no es una de las preocupaciones de los dominicanos. Acuñamos la frase: "Tienes menos futuro que un vendedor de cascos en la República Dominicana", como situación con una clara EV-. Eso hay que decirlo. El país huele muy bien. Supongo que serán las flores de la selva lo que le confieren ese aroma tan agradable.



Vamos recogiendo pringados como nosotros por varios hoteles. Tengo la sensación de que el conductor pilota algo demasiado rápido. Cuando lo veo salir de esta guisa de uno de los hoteles ya no me quedan dudas. Esto es de locos. Observad los guantes que me lleva el tipo. Pa flipar.



Al llegar nos montamos en los buggys, después de escuchar una serie de recomendaciones-amenazas sobre seguridad vial (increíble viendo como conducen) y firmar un descargo de responsabilidades. Vamos, que el que la rompe la paga y el que se rompe se las apaña solito.


Nos llevan a una bonita playa del Atlántico por caminos, que son mejores que las carreteras.



La cervecita se agradece a pesar de que me intentan cobrar 20 dólares por 3 de ellas. Son descendientes de piratas y lo manifiestan continuamente. Al final se tiene que conformar con 6. El sombrero es artesanía popular, 5 pavos. Te los pide un niño y no hay buebos a regatear.



El recorrido está bien pero no te dejan hacer demasiado la cabra. Por supuesto, agotamos los dos avisos que te dan.
Pasamos por delante de muchas chozas al lado del camino. Los niños salen a saludar la comitiva. Se me pone un nudo en la garganta sólo con pensar el negro futuro que les espera.
La experiencia sirve para recordar lo afortunados que somos por haber nacido donde nacimos. Prometo no volver a quejarme hasta que perdamos la Champions.



Por supuesto paramos en una tienda de souvenirs. Intentan venderme una Pela, la Viagra local. "Te pone la pinga que puedes pelar un cocotero". Excelente slogan comercial, pero no pico.
El encargado de la tienda se nos presenta como "El Paquirrín de Puerto Rico". Podemos estar orgullosos de los estereotipos que exportamos. Cuando alguien quiere ser como Paquirrín es que no estamos yendo demasiado bien.
Paramos en una cueva que tiene una laguna interior. Bañito al canto.



Terminamos la excursión con barro hasta las cejas. Consejo 2: Unas gafas cerradas por el lateral y un pañuelo para la boca son accesorios imprescindibles para la excursión en buggy.



El trayecto de vuelta es otro infierno. Vamos empapados y refresca. Llueve a ratos. Para entretener el trayecto vamos haciendo la ola. Al final parece el autobús de la alegría.





Me pregunta un mejicano por el Tiki-taka. Gustosamente le explico el concepto. Que viene del fútbol del Barça, pero se puede aplicar a muchos aspectos de la vida. El trabajo, las relaciones entre géneros... Una actitud ante la vida, en resumen.
Cenamos en el mejicano. Pocas veces he visto a Josué disfrutar tanto.
Yo me lo paso bien en casi cualquier parte...



Ese dia, rendidos, vamos a dormir relativamente pronto, después de adulterar el concurso de Miss Oasis. El rollo iba por volumen de aplausos y le dedicamos una ovación increíblemente espectacular a la mas petarda de todas. Su novio todavía debe estar flipando.

Tratamos de entablar amistad con unas estadounidenses pero esa gente vive con un palo de escoba metida en el culo. Es normal que el país se les vaya a tomar por saco. El miércoles amanece espléndido y Josué ya está aporreando puertas, a las 8 de la mañana. ¿que carallo tomará nada mas levantarse?



Decidimos tomarnos el dia de relax absoluto. Piscining. Las vistas son muy agradables.



Me moló el bañador del tipo. Tengo que conseguir uno.


El animador del traje de baño cachondo fué el que me dijo: "Los dominicanos somos como ustedes, los españoles, nos va la gueeeerraaaa". Los madrileños son un equipo de fútbol que está aqui después de ganar un torneo. Cuesta encontrar alguien en el resort que se haya pagado el viaje, aparte de las charcuteras de Valencia. Los chavales llevan la quinta puesta y Máximo, el camarero casi no da abasto a servir... ("Eres lo máximo, chaval", frase con 97 hits ese día)



Diálogo para la historia:
Policia Nacional de Vacaciones: "Disculpales, Máximo, que no saben beber, los pobres"
Máximo: "No paaaaasa naada, hooombre...."
PNDV: "Pon 10 chupitos de Mamajuana"
M: "Acabo de poner 35 para todos...."
PNDV:"Ya, ya, es que estos son para mi...".
La fiesta no para.


A estas alturas ya hemos llegado a la conclusión de que no es nada sano beber cosas de colores extraños. Decido dar dedicación exclusiva al ron. A lo sumo lo mezclaré con Cola, pero simplemente con hielo está espectacular.

Los nombres de los chupitos denotan que a la isla se viene por turismo cultural. "Sex on the beach", "chochitos azules", "mamadita" y una larga lista de delicatessen parecidas. Ni la lluvia puede parar la fiesta.



La República Dominicana me confunde. Esto es un infierno. Me acuerdo de Doormangore, Pacocho, Tizona y Periquillo. Tenemos que venir juntos algún día.

Nos acordamos de Jorge, que está en Vigo intentando por nosotros que no se hunda la delegación de Galicia. Dan la final de Copa por el canal Hondureño (TVC). No conseguimos que nos la pongan en el salón de recepción. Aqui si no vas con un billete por delante no consigues nada. La excusa es que "las condiciones climatológicas adversas impiden instalar el proyector". A ver, idiota, hemos dicho en el salón, no en la piscina. Na de na, vamos a la habitación. Los comentaristas hacen una excelente retransmisión.

Oído: Al respecto de un sexy move de Messi: "Cuando los genios piensan, los estadios tiemblan". Etoo manda un balón a las nubes: "Buen proveeeeecho, señor Etoo". Con el 4-1: "Esto es para salir corriendo de la cancha y darle la copa al Barça". Tiki-taka total: "¡Que bueno, el Barça... ¿alguien lo podrá parar?" a lo que el compañero responde: "Sólo el silbato del árbitro, al final del partido". Muchos de Cuatro y de la Sexta podrían hacer un clinic de retransmisión en esa emisora.

Me dejo la voz cantando los goles desde la terraza. Hay tres capullos mas que, como yo, están en la habitación. Terminamos entonando el himno del Barça, cada uno desde su balcón, preludio de una tremenda afonía. Los madrileños ni aparecen por la discoteca, por la noche, que valientes.

Vamos a la médica para que le cure un cortecito que se ha hecho Juju por la tarde, en un dedo y que le sangra a ratos. Cuando la tipa le limpia y le pone una tirita le espeta: "Pero... ¿no me echas alcohol?", a lo que le responde la galena "pero... ¿no has bebido suficiente?". Jo, jo.
La consulta, 20$.

El jueves la diana es a las 08:40. Esto es un infierno...

Nos espera otra excursión. Esta vez es en esos chismes de dos ruedas. Al llegar al punto de salida veo que tienen una mascota. Su nombre: "Dolar". Claro, descienden de piratas, ¿que querías? ¿que se llamara Manolo?



Los chismes son entretenidos, aunque el recorrido es algo soseras. En principio es casi imposible caerse. Casi. Preguntadle a Josué que se siente...



Nos cruzamos con el barquito de la excursión de "Nade entre delfines y tiburones". Yo vi la película Tiburón con 13 años y aún tengo secuelas. Nada, nada, mejor en tierra.



El grupo, al completo, en una paradita.



Por la tarde, deportes acuáticos y torneo de petanca. A las bolas metemos dos parejas en semifinales, pero se nos escapa el premio. Como me jode no ganar. Si no puedo ganar, no juego. Si algún dia tengo un niño y me viene con el cuento de que lo importante es participar, va a llevar una buena galleta. Si no puedes ganar, te apuntas a otra cosa.



Tiki-taka...
Justificar a ambos lados


Tiki-taka...



Por la tarde vamos al Tower, el casino mas grande de la isla. En el casino del hotel no hay Poker y paso de jugar a la ruleta o al blackjack. En el Tower hay UNA mesa de poker. Pero no tienen jugadores, que decepción. El jefe de sala dice que me avisa si se monta una partida, pero paso de volver a hacer los 30 kilometros en taxi. Gambleamos 100 pavos en comunitario al blackjack (ganó la casa) y nos piramos al hotel.



Terminamos, como cada día, en la discoteca. Me pasé toda la vida denostando el reggetón y me encuentro metido en medio de un concurso. Bueno, ya lanzados que sea lo que Dios quiera. Si me apunto a algo es para ganar, por supuesto. Que terminara llevándome la botella de ron del primer premio fué debido, esencialmente, a cuatro factores importantes:
1- Mi gran capacidad de adaptarme a las situaciones mas imprevistas.
2- El lamentable nivel del resto de participantes y/o el elevado grado de intoxicación alcohólica que llevaban.
3- Me tocó una pareja bastante apetitosa. El reggetón consiste en frotarse con tu partenaire y en acercar lo máximo el culo al suelo sin ayuda de las manos. Aún puedo. Ambas cosas.
4- Lo fuerte que aplaudió la cuadrilla hispánica, a la que se nos habían agregado las catalanas, que colaboraron, posteriormente, en gastarle una broma a Josué desde la habitación de Abel...


Le llaman a la habitación haciendo ver que son de recepción y que vaya a recogernos, que estamos montando un pollo y que avisarán a la policia. Vigilé su salida de la habitación, por la mirilla, y no hacía demasiado buena cara al pasar, jo jo, aún nos estamos partiendo. Su venganza consistió en rodearme de cascos vacíos de cerveza mientras dormía y ponerme un preservativo desplegado en la frente. Guarda esas fotos para cuando no me porte bien, dice. Jodo, yo siempre me porto bien.
Algunos se levantaron pronto para ver la salida del sol. Otros nos acostamos tarde...



El viernes, el único idioma que puedo hablar es un infernal afonicano.
Hemos conseguido que dos de las camareras nos hagan de guía. Queremos salir del circuito turístico y ver la auténtica República Dominicana. Nos llevan hasta Higüey en el transporte público.



Por el camino, nos van contando multitud de detalles que entristecen. La dejadez de la gente con la basura y los escombros. La nula cultura de reciclar, que hace que todo parezca un vertedero.
Su sueldo es de 140 dólares mensuales. Un litro de leche vale un dólar y es un producto de producción local. Sin las propinas no se puede sobrevivir. Repudian al hombre dominicano. Mientras la mujer está en casa, falta de comida y de ropa, ellos suelen andar todo el día por ahí, gastando lo poco que tienen en bebida.

Una tiene tres niñas. Se casó con 14 años y tuvo la primera con 16. Ahora, con 30, está separada y con un bebito de 8 meses. El padre, un zángano. La otra tiene 23 años y tres churumbeles. El mayor, de 10 años. Las tratan como conejas. Es normal que estén locas por salir de la isla a toda costa. Sólo les vale un matrimonio o un contrato de trabajo.

Nos cuentan que, en el hotel, comen aparte de los clientes. Lógico. Pero no la misma comida. Y todo lo que sobra en el buffet, se tira. Ni pueden llevarse nada a casa ni se da para beneficiencia. Mu bien, mu bien, señores del hotel.

No se cuantos kilómetros hay hasta Higüey. Aqui las distancias se miden en tiempo. Es una hora que discurre a través de un sistema de vida muy humilde, sin apenas posibilidad de mejora. Es una pena, viendo la cantidad de dinero que entra con el turismo.



Hay grupos de motoristas por todas partes. Extraña manera de pasar el tiempo, pienso. Me explica que son motoconchos. Taxistas de dos ruedas. Llegué a ver cuatro personas en una moto. Taxista, señora sujetando a churumbel y bocadillo trasero de marido.

Vemos muchos anuncios de motocréditos. Ni quiero saber el tipo de interés.



Al pasar por delante de este establecimiento pensamos en adquirirlo como parte de los planes de expansión de Elis. A ver que opinan los franceses...



Al ver el siguiente vehículo, las conjeturas se disparan. ¿Que estará pasando dentro?. Cumpliendo resulta ser el apellido, nada mas.



Visitamos la catedral. No saben de que año es. "Pero muy antigua. Sólo queda vivo uno de los que trabajó en ella y tiene 101 años. Y el Papa vino a verla una vez...". Vale.



Nuestra simpática guía.



Nos llevan a bailar al Melo y a tomar unas cervecitas. ¡Presiden-te, presiden-te!. Las sirven a punto de congelación, que delicia.



Paseando veo esta sala y me salta el instinto de buscavidas del billar. Pero el cartel en la lámpara es bastante explícito. Y nos comentan que el dominicano tiene mal perder. Desisto de hacer horas extra, aprecio mucho mis piernas. Nos siguen contando lamentables historias de como se vive en la isla. Una pena.



Las invitamos a cenar en el D´Yaira. Cena para seis, por todo lo alto, langosta incluída, 5500 pesos, 150 euros al cambio. Les doy parte del bank que llevaba para jugar al poker, para las niñas, como agradecimiento por la magnífica tarde que nos han dado. Se lo han ganado. De vuelta al hotel, pues, como no, pasamos por la discoteca, a tomar el último chupito de mamajuana. Dios, que infierno de bebida. Damos el último paseíto por la playa para disfrutar la noche y el espectacular olor del Caribe.
Por la mañana, la última piña colada antes de los adioses.


Luego el check-out y despedida de los anfitriones. Es una pena no poder sacarles de allí, con lo que valen.




Desisitimos de llevarnos como recuerdo una de las gallinas rosas de cuello largo que hay por el resort. No creo que cuelen como equipaje de mano.


El trayecto de vuelta es otro infierno. Las carreteras son lo que sea, menos carretera...



Y el pais lo que es. Los slogans de los negocios son la repolla...



Vehiculos con aire acondicionado lateral...



Semáforos con contador de tiempo, para que no te estreses esperando. Una gran idea, la verdad.



Y la última presidente, tamaño regular. Es la cantidad perfecta para una cerveza. 650 cl. En esta tienda de recuerdos descubrimos que todo costaba la mitad de lo que nos habían pedido a lo largo de la semana. Descienden de piratas, que quieres. Ahora ya se donde comprar los souvenirs, si algún día vuelvo.



Facturamos maletas y comemos algo. Compramos unas botellitas de Ron Barceló añejo a 7$ cada una en el duty-free. Truco para no declararlas al llegar, si haces trasbordo: Las metes en el equipaje de mano y lo facturas al llegar a Barajas. Nada que declarar en la maleta grande.


9 horas mas de avión. No consigo dormir mas que a ratitos cortos. Me queda el esqueleto deshecho. Al llegar a Barajas, a las 10 de la mañana veo que el Madrid perdió en Villarreal. Oé oé oé o-é o-é. ¡Ya tenemos dos!.

Los maños se van a por el AVE. El resto tiene el vuelo sobre la una, menos yo, que salgo a las cinco. Siete horas tirado en la T-2, sin posibilidad de irme antes. Veo las carreras de motos y echo un sueñecito antes de embarcar. Otra horita hasta Coruña.

Me dejan en Miño a las siete y media de la tarde, 26 horas después de dejar el hotel. Un infierno. Pero la semana ha valido la pena. Desconexión total y el grupo se ha portado genial. Y conocimos gente maravillosa. Juan, Miguel, Gabriel, Antonia, Carmen, Jesi. De esas experiencias que se recuerdan toda la vida.